Estrenos online: crítica de «Other Music», de Puloma Basu y Rob Hatch-Miller

Estrenos online: crítica de «Other Music», de Puloma Basu y Rob Hatch-Miller

por - Críticas
26 Ago, 2020 07:11 | Sin comentarios

Este documental se centra en la historia de la mítica tienda de discos de Manhattan que cerró sus puertas en 2016 y que representó un punto de encuentro para los buscadores de «otra música» a lo largo de dos décadas.

Los que tuvimos la suerte de ir algunas veces a Nueva York en la década del ’90 –en mi caso, por trabajo, fui en bastantes ocasiones durante esos años– pudimos conocer, quizás, los últimos años de «vida real» de una ciudad que, con el tiempo, iba a convertirse en una imitación de sí misma. Beneficiados también con el finalmente problemático «un peso, un dólar» íbamos constantemente a disquerías y tendíamos a dejar buena parte de nuestros sueldos allí. Una de las visitas obligadas era Other Music, en 4th. Street y Lafayette. A diferencia de otras tiendas de discos míticas de Estados Unidos (como las enormes Amoeba’s, por ejemplo), Other Music era un lugar pequeño, muy selectivo en su catálogo y casi intimidatorio en sus refinados criterios y elecciones. Una suerte de templo hipster que hacía de su selección casi un símbolo de pertenencia.

Uno no iba ahí a comprar un CD que se podía conseguir, digamos, en Tower Records (de hecho, había uno enorme justo enfrente, que cerró mucho antes, donde convenía comprar álbumes más «comerciales») sino que se metía a encontrar rarezas escondidas en categorías tan precisas como específicas, entre las cuales se destacaban artistas de música experimental, pop europeo de los ’60, la llamada lounge music, electrónica de vanguardia y las variedades más detalladas de lo que en otros lugares vendían bajo el generalista rótulo de «World Music».

En 2016 Other Music cerró y con su desaparición se terminó de clavar otro clavo en la tumba de Manhattan como «comunidad musical», que ya mucho antes se había movido a Brooklyn y quien sabe lo que quedará ahora post-pandemia. El año pasado tuve la suerte de volver por ahí después de mucho tiempo, y descubrir que en su lugar hay una suerte de local donde venden variedades de yogures, me resultó bastante deprimente. Si a los cambios de Manhattan (convertida en una ciudad de oficinas y turistas, aunque hoy sin turistas) y a la desaparición generalizada de las tiendas de discos se le suma la crisis generada por la pandemia y la incógnita respecto al regreso del turismo, ver este documental termina volviéndose una experiencia emocional, nostálgica de una época cultural y personal, pero también de un concepto de comunidad que, trasladada al mundo online y a las redes sociales, no es exactamente lo mismo.

OTHER MUSIC sigue el recorrido y la historia de este local, cuyos dueños —Josh Madell, Chris Vanderloo y Jeff Gibson– eran empleados de Kim’s Video & Music (otro hito desaparecido de esa Nueva York de los ’90) que decidieron abrir su propio negocio no muy lejos de ahí, en una zona un tanto más céntrica del East Village. Los directores entrevistan a los dueños y a sus empleados, se narran muchas anécdotas del lugar, decenas de famosos músicos cuentan su íntima relación con la tienda (miembros de Animal Collective, Vampire Weekend, TV on the Radio, The National, Regina Spektor y otros aparecen ahí) y hay mucho material de archivo de íntimos shows en vivo que se hacían in store, con el público casi encima de los músicos. El film retrata a la perfección esa mezcla de lugar de encuentro e intimidante templo para iniciados que tenía la tienda.

Es simpático notar que esa sensación que yo tenía al entrar al lugar era muy común en muchos clientes u ocasionales compradores, que también se acercaban con cierto miedo a los vendedores. De hecho, se muestra un sketch un televisivo con Aziz Ansari en el que se parodia la situación (que se puede ver aquí, en YouTube) y que deja en claro la aparente exigencia de los vendedores de que los clientes estén a la altura de las circunstancias. Por lo que se muestra en el documental, no es tan así. Ellos reconocen esa fama pero aseguran haber sido casi siempre muy amables con el público. Y, por lo que se ve en el film, habría que creerles. Cada vendedor tenía un conocimiento casi enciclopédico de distintos estilos musicales –las cartulinas con recomendaciones escritas a mano son otro clásico de ésta y otras tiendas independientes en Estados Unidos– y era el tipo de lugar en el que mucha gente compraba los discos que ellos les recomendaban sin tener idea qué se llevaban. Casi nunca fallaban, aseguran.

Other Music no está más (hay una tienda online de todos modos en la que se venden cosas), los discos físicos (vinilos, CDs, casetes) han sido remplazados para casi todo el mundo por Spotify y sucedáneos, Manhattan se ha vuelto un museo de sí misma y viajar de ahora en adelante es un enigma que no sabemos cómo se resolverá. Es difícil ver esta película sin soltar un lagrimón por la desaparición de un local, de una industria, de una fuente de trabajo y de una era. O quizás seré yo, que me estaré volviendo viejo y nostálgico.