Estrenos online: crítica de «Nocturne», de Zu Quirke (Amazon Prime)

Estrenos online: crítica de «Nocturne», de Zu Quirke (Amazon Prime)

Esta nueva producción del estudio Blumhouse para la plataforma de streaming cuenta la historia de dos hermanas mellizas, pianistas ambas, que compiten salvajemente entre sí. Disponible en Amazon Prime desde el 13 de octubre.

Es una curiosidad, casi una satisfacción, que un estudio como Blumhouse haya aprovechado este acuerdo con Amazon –que incluye producir ocho películas directamente para su plataforma Prime– para hacer films mucho más sofisticados que lo esperable. No me refiero a valores de producción ni efectos especiales. Ni siquiera me importa que sean buenas o malas películas (aunque, claro, es preferible lo primero), sino a que por suerte no utilizan este sistema para facturar producciones rápidas de esas que antes se calificaban como «películas para TV». Al contrario. Da la impresión de que estos son los guiones que a Jason Blum y a su equipo les gustaban, pero que no veían con importantes pretensiones comerciales como para grandes estrenos cinematográficos y que decidieron filmar y estrenar en un marco que les puede quedar más cómodo y amable.

Al menos analizando los dos films que vi de los cuatro que ya están disponibles –en total se estrenarán ocho, pero ya he leído que varios de los otros proceden por el mismo camino–, la búsqueda de este pack llamado «Welcome to the Blumhouse» parece estar más volcada a dramas con elementos fantásticos, de terror o ciencia ficción que a películas de género puro y duro. Y los que estamos un tanto agotados de ciertas rutinas del cine de horror contemporáneo agradecemos el gesto. NOCTURNE quizás no funcione tan bien como BLACK BOX –su trama es menos original, la combinación entre lo dramático y lo fantástico es un tanto más forzada–, pero de todos modos es un retrato bastante inquietante acerca de la complicada relación entre dos hermanas.

La propuesta de la opera prima de Quirke no es novedosa, pero sí efectiva. Estamos ante un universo conocido: la presión, tensión y violencia que existen en las academias artísticas en lo que tiene que ver con la competencia entre sus miembros talentosos y también las complicadas relaciones que hay entre profesores y alumnos. NOCTURNE tiene elementos de EL CISNE NEGRO y de LA PROFESORA DE PIANO y quizás hasta de SUSPIRIA o la reciente película alemana THE AUDITION. Acá se suma además que las dos competidoras son hermanas mellizas, lo cual le da un elemento dramático extra a la pelea.

Juliet (Sydney Sweeney, de EUPHORIA) y Vivian Lowe (Madison Iseman, de JUMANJI) son mellizas de 17 años. Van a un instituto artístico y ambas son eximias pianistas. Pero hay una diferencia. Vivian es la más talentosa y exitosa de las dos, la que ha entrado a Juilliard (la exclusiva escuela neoyorquina), la que tiene novio y una vida social activa. Juliet es buena también… pero no tanto. Frustrada, solitaria, obsesiva y tensa, sufre por ver los triunfos de su hermana melliza y no sabe qué hacer para destacarse por su cuenta.

El elemento «terrorífico» (que, convengamos, es casi innecesario) aparece de entrada, en la primera escena del film, cuando vemos a otra talentosa pianista tirarse inexplicablemente por la ventana del instituto. Casualmente (o no) Juliet encontrará el diario personal de esta chica llamada Moira que consiste en una serie de dibujos con textos escritos al revés que parecen ir adelantándose a todo lo que le irá sucediendo a Juliet de ahí en adelante y que seguramente le pasó a ella también. Lo cierto es que, a partir del anuncio escolar de que hay que elegir a otra solista para reemplazar a Moira, la chica empezará a intensificar la rivalidad con su hermana hasta llegar a límites, bueno, complicados.

La primera hora de NOCTURNE funciona realmente muy bien ya que la influencia del libro en cuestión todavía no es demasiado trascendente. Al poner a Juliet como protagonista, Quirke obliga al espectador a empatizar con la que, de hecho, parece ser la más complicada y peligrosa de las dos hermanas. Para superar a Vivian, Juliet irá pasándose más y más límites de los imaginables no solo con su hermana sino con otros personajes que la rodean: su novio, sus padres, un exigente profesor particular de piano y así. Y con sí misma, tomando cada vez más pastillas para calmar sus nervios y su ansiedad. Su frustración es tal que nada parece satisfacerla. De algún modo tiene que vencer.

Ahí empezará a cobrar peso el libro en cuestión. Y lo mejor que un espectador debería hacer es dejar ese tema de costado, tomarlo más que nada como una visualización –una metáfora, si se quiere– de lo que está pasando por la cabeza de Juliet y no tanto desde la perspectiva «el libro me está dando más talento pero me convierte en un monstruo» con la que parece coquetear la película. Si uno entra en esa línea más fantástica, NOCTURNE empieza a perder fuerza y su complejidad psicológica (relativa, pero complejidad al fin) se banaliza a puro golpe de predestinación y oscuro realismo mágico.

Con muy buenas actuaciones de las dos hermanas protagonistas (raro que Quirke no haya decidido usar a la misma actriz para ambos papeles), la película logra ser bastante efectiva como retrato de ciertas tensiones adolescentes ligadas a la competencia (por la atención de los chicos, de los padres, de los maestros, de los cazatalentos) y a los celos. Y si bien es cierto que es un tema tratado mil veces, el ángulo familiar y la incómoda idea de que la protagonista se sepa a sí misma menos talentosa que su rival le dan a NOCTURNE una cierta y fastidiosa relevancia.