Festivales: crítica de «4TRO V3INT3», de Raúl Perrone (DocBuenosAires)

Festivales: crítica de «4TRO V3INT3», de Raúl Perrone (DocBuenosAires)

En su nueva película –en este caso, documental– el realizador de Ituzaingó deja la cámara a un grupo de adolescentes de la zona que, en tiempos de pandemia, filman sus callejeras actividades cotidianas.

En los últimos años, Raúl Perrone parecía haberse alejado bastante de las calles de Ituzaingó en las que se desarrolló como cineasta. En su permanente proceso creativo «hacia adelante», el director había optado por hacer narraciones de época, experimentales, trabajando muchas veces sobre fondos proyectados y otras experiencias formales con momentos fascinantes pero que muchas veces lo metían en un universo un tanto cerrado en sí mismo, asfixiante, alejado del mundo real. En su frondosa filmografía reciente hay muestras de su intención de retomar la calle (en la recientemente estrenada CORSARIO, por ejemplo), algo que combina con otros materiales de corte más experimental.

Curiosamente (muchas críticas de los films de Perrone podrían comenzar así), al veterano maestro de Ituzaingó le pareció una buena idea salir a las calles en plena pandemia. O, al menos, llevar una cámara a captar las vidas y las noches cotidianas de un grupo de amigos adolescentes en tiempos de cuarentena. Y eso es algo que uno se entera leyendo sobre el film, porque ninguno de los personajes –son pocos, igual– habla del tema, usa barbijos ni nada parecido. La vida en la calle de los adolescentes continúa, amigo. La pandemia… ¿Qué pandemia?

4TRO V3INT3, que inaugura el jueves 27 a las 19 el festival DocBuenosAires (hay un par de repeticiones, siempre gratuitas, en la semana), cuenta o más bien sigue a un pequeño grupo de adolescentes de Ituzaingó a lo largo de lo que parecen ser un par de días en los que se reúnen, conversan, caminan, bromean, consumen alcohol y drogas, pasean perros, andan en skate, tocan música (o escuchan canciones de amigos) y siguen conversando sobre los temas más diversos, desde algunas bromas casuales a discusiones sobre las diferencias entre las películas de SPIDER-MAN.

Perrone no está presente –la cámara la manejan los chicos– pero su presencia se hace sentir claramente en la edición, en la musicalización y, seguramente, en algunas alteraciones a la imagen que le dan a la película un tono un tanto apocalíptico. 4TRO V3INT3 comienza con la noticia de una tormenta gigantesca en Ituzaingó (que se siente de un modo brutal) pero pronto se desvía para seguir a los chicos, con un extenso momento que transcurre una madrugada en algún tipo de lugar un tanto destrozado.

Allí logramos conocerlos mejor a partir de sus bromas sexuales, sus conversaciones sobre drogas y la serie de comentarios que pueden surgir en chicos que, se ve, han pasado una noche larga y están de a poco cayendo a la tierra. Perrone jamás juzga ni comenta sobre la acción. Acaso lo más parecido a una marca autoral está en el uso de la música, que por momentos torna ciertas situaciones un poco más «dramáticas» de lo que serían sin ella.

Hay un par de temas musicales con letras bastante directas que se mezclan con los ya adelantados comentarios sobre cine, menciones a Joy Division y a Mac de Marco, poemas urbanos de realismo bukowskiano y otras pinceladas de la vida adolescente en estos tiempos de pandemia. De nuevo: sabemos lo de la pandemia porque es parte de la información de prensa que acompaña al film y por el hecho de que la cámara la manejan los propios protagonistas. Fuera de eso, da la impresión que el mundo –o lo que queda de él– sigue funcionando más o menos como siempre. E ignorándolos, también, más o menos como siempre.