Estrenos/Festivales: crítica de «Tengo miedo torero», de Rodrigo Sepúlveda (Cine.ar/Venecia)
La adaptación de la novela de Pedro Lemebel tiene a Alfredo Castro en el papel de «La Loca del frente», una travesti que se ve involucrada, sin saberlo, en un atentado contra Pinochet. Con Leonardo Ortizgris, Julieta Zylberberg, Luis Gnecco y Amparo Noguera, entre otros. Se estrena en Argentina el 15 de octubre a las 22 en Cine.Ar TV. Además, el 16/10 llega por una semana a la plataforma Cine.ar Play y el 17/10 tiene una segunda emisión televisiva.
Política nacional y política sexual se mezclan en TENGO MIEDO TORERO, la adaptación al cine de la novela de Pedro Lemebel que se presenta en la sección Giornate degli autori del Festival de Venecia. Protagonizada por Alfredo Castro en el rol de la travesti “La loca del frente” y el mexicano Leonardo Ortizgris, como Carlos, la película toma como eje y punto de partida el encuentro entre estas dos personas en el que se mezclan el interés romántico y el político. El film de Sepúlveda arranca con el encuentro de ambos al escaparse de una razzia policial en un club nocturno e irá profundizando en esta relación, que tendrá complicaciones que exceden lo esperado en un principio.
“La loca” es todo un personaje en el barrio popular en el que vive –se dedica a “coser y bordar para gente muy importante”, explica– y también en la noche de Santiago, que habita de distintas formas. Veterana travesti, experimenta las dificultades de vivir de esa manera en la Chile de la dictadura de Pinochet. Pero, de alguna manera, ella vive en un mundo personal, que intenta funcionar alejado de las más duras realidades del régimen, un universo de escape, alcohol, amigxs, performers y sueños privados. La violencia política se hace presente en las persecuciones y muertes de colegas y amigas, pero ante la adversidad prefieren poner música melódica, bailar y en cierto modo negar lo que sucede. “A mí la realidad no me gusta, me da miedo. A mí me gusta la noche, el show”, dice.
Carlos no es un conocido común sino un hombre con un plan que necesita de la ayuda de ella para ponerlo en funcionamiento. El no lo dice directamente, pero está trabajando en una operación secreta para asesinar al dictador Augusto Pinochet, algo que realmente tuvo lugar en 1986. Sutilmente, Carlos se va metiendo en la vida de ella. Guardando cajas con libros (y otras cosas) en su casa, escondiéndose allí de las autoridades, usando a la enamoradiza “Loca” para protegerse y conectarse desde allí con otros miembros de su grupo revolucionario (que integra, entre otros, Julieta Zylberberg), Carlos se va convirtiendo en una presencia constante en su vida. Y los límites empiezan a cruzarse, obligando a ella a decidir si quiere colaborar con lo que ellos están haciendo o seguir mirando para otro lado.
La película se toma algunas libertades respecto de TENGO MIEDO TORERO, única novela del multifacético Lemebel, enfocando su atención en la relación entre la Loca y Carlos, y dejando de lado otros aspectos del texto, como los relacionados a la vida de Pinochet y la relación con su esposa. Y esto la vuelve más concentrada y específica en torno a la experiencia de su personaje principal, una travesti que pese a las enormes dificultades que ha enfrentado en su vida parece haberse ubicado en un lugar social que le resulta hasta cierto punto cómodo. Pero la irrupción de la realidad en su vida la pone en una situación en la que debe replantearse algunas elecciones y decisiones, incluyendo el hecho de trabajar para “las esposas de los milicos”.
TENGO MIEDO TORERO es un melodrama de tintes fassbinderianos con momentos emotivos en medio de un opresivo clima político que respeta el corazón de la novela de Lemebel y que sirve, fundamentalmente, para el lucimiento actoral de Castro que se transforma completamente en este extrovertido y rimbombante personaje. Por “La Loca” se cruzan varias emociones contradictorias, ya que su parte enamoradiza y apasionada debe enfrentarse a ideas un tanto ajenas como las del compromiso y la responsabilidad, que de a poco se van haciendo carne en ella.
Esa no es la única complicación, ya que ella tampoco está demasiado convencida que un radical cambio político hacia la izquierda le sirva para cambiar su vida. «Si alguna vez hacen una revolución que incluya a las locas como yo me avisas», le dice a Carlos. Pero ese conflicto ético se le enreda y vuelve personal porque está claramente enamorada de él, hecho que Carlos aprovecha para usarla de maneras tramposas y ambiguas, jugando con sus sentimientos para convencerla de ser parte de la causa. ¿O quizás realmente empieza a enamorarse de ella?
Coproducción chileno-argentina, la película del realizador de AURORA cuenta también con las actuaciones de Amparo Noguera –en el rol de una vecina–, Luis Gnecco y Sergio Hernández –como dos colegas travestis de “La loca”–, la fotografía de Sergio Armstrong (habitual DF de Pablo Larraín), la edición de la dupla argentina de Ana Godoy y Rosario Suárez, y la elegante y nostálgica banda sonora de Pedro Aznar, además de varios boleros clásicos interpretados por Lola Flores, Chavela Vargas, Eva Ayllón, Elis Regina, Paloma San Basilio y Paquita del Barrio, entre otras. Sin duda uno de los puntos destacables del film es un diseño de producción, arte y vestuario, llevando al espectador a vivenciar de manera creíble y precisa la vida en una barriada humilde de Santiago en los años ’80, un lugar en el que la realidad se hace presente aún en la más romántica de las fantasías.
TENGO MIEDO TORERO se estrena en Argentina el 15 de octubre a las 22 en Cine.Ar TV. Además, el 16/10 llega por una semana a la plataforma Cine.ar Play y el 17/10 tiene una segunda emisión televisiva.
Esta no es una crítica sino una síntesis de la película.
Suele pasar que hacen una reseña y resaltan un par de puntos positivos, cuando la peli no tiene mucho que entregar.
Gracias, Marco. Creí que era yo el único que lo notaba y hasta imaginaba.