Clásicos online: crítica de «2046», de Wong Kar-wai (MUBI)
La más reciente de las películas del realizador de Hong Kong restauradas para la Criterion Collection ya puede verse en la plataforma de MUBI. Un film que funciona como sumatoria y fantástico remix de sus reconocidas obsesiones.
Hace casi 17 años, 2046 llegaba al Festival de Cannes retrasada hasta el máximo de sus posibilidades -hubo que suspender función de prensa y todo, algo rarísimo allí– debido a que Wong Kar-wai trabajó en ella hasta último minuto. Y el recibimiento no fue el esperado, acaso porque la expectativa era tal que resultaba muy difícil estar a esa altura. O, acaso, porque a diferencia de lo que parecían prometer su título y su trailer, 2046 no tenía prácticamente nada de película de ciencia ficción.
Comento esto a modo informativo y también personal. Fue allí que vi la película por única vez (le siguió, a la mañana siguiente, esta entrevista con Wong) y no la había vuelto a ver hasta revisar esta versión restaurada que presenta MUBI. La memoria juega sus trucos y la 2046 que vi hace unos días tiene poco y nada que ver con la que recordaba. Es que, alejada de los bombos, platillos, expectativas y problemas de aquel nervioso momento, la película prueba ser una muy lograda, emotiva y visualmente impecable secuela tanto de IN THE MOOD FOR LOVE (2000) como de DAYS OF BEING WILD (1990), que así termina convirtiéndose en la primera parte de una trilogía inventada sobre la marcha.
Lo que cuenta Wong aquí es una cadena de acontecimientos en la vida de Chow Mo-wan –más que nada, de relaciones amorosas– que le siguieron al frustrado romance que se contaba en aquel film con el personaje de Su Li-zhen (Maggie Cheung). La historia transcurre la mayor parte del tiempo en el Oriental Hotel y 2046 refiere fundamentalmente al número de un cuarto de ese hotel, el mismo (número, no cuarto concreto) en el que tenía lugar parte de la historia romántica de CON ANIMO DE AMAR. A la vez, en función de un texto de ciencia ficción que Chow escribe, y que forma parte de la película como metáfora que se visualiza en varios momentos, el título también hace referencia a ese año, aunque de una manera un tanto oblicua.
En esa futurista «historia dentro de la historia», 2046 es una suerte de lugar de la mente al que se viaja cuando uno quiere que nada cambie y que las cosas se mantengan tal cual son. Número que también funciona como referencia al año en el que Hong Kong volverá a ser parte definitivamente de China, 2046 termina siendo una suerte de limbo, de tiempo en suspensión, en el que nada de lo que pasa tiene consecuencias ni genera sufrimientos. Ese es el estado en el que está Chow después de su frustrada relación con Su. Y sus actos allí intentan reflejar ese limbo emocional en el que lo único que vale es tener frías relaciones sin compromiso alguno, casi como un asiático Don Draper.
La película elegirá cuatro de esas relaciones. La primera y más breve es la que dispara la conexión con ese cuarto de hotel. Chow se reencuentra con Lulu (Carina Lau), quien fue amante suya en DAYS OF BEING WILD, pero la mujer no lo recuerda. En Nochebuena (día del año que se repetirá como fecha clave de las distintas subtramas de la película), Chow deja a una Lulu alcoholizada en su cuarto de hotel, que es el famoso 2046. Al volver a buscarla unos días después la mujer no está más ahí. Chow quiere ocupar su cuarto pero le dicen que lo están limpiando –algo oscuro allí sucedió– y el hombre termina yendo al vecino 2047.
Desde allí es que se conecta con las siguientes dos mujeres, que ocupan en distintos momentos el cuarto contiguo. Primero andará por allí Wang Jing-wen (Faye Wong), la hija del encargado del hotel. La chica estudia japonés para poder comunicarse mejor con su novio, con el que se piensa casar, pero su padre está en contra de esa relación, complicando su estabilidad emocional. En algún momento, Wang y Chow cruzarán sus caminos de una manera similar a la que el hombre tuvo con Su en el film anterior: ella lo ayudará con la escritura y de a poco algo parecerá surgir algo entre ellos.
Las historias se van cruzando entre sí en función de la entrada y salida de mujeres en ese cuarto (y en la vida de Chow). La siguiente será Bai Ling (Zhang Ziyi), una joven y bella prostituta, tan elegante como aparentemente segura de sí misma, que hace del 2046 su base de operaciones. Desde su cuarto de al lado Chow se irá acercando a ella, la relación se volverá romántica –en otra Nochebuena– y luego se complicará cuando la chica no quiera lidiar con la idea de Chow de seguir viendo a otras mujeres, algo que el emocionalmente bloqueado escritor no piensa dejar de hacer.
La última de estas historias –que se deja entrever al principio del film– es la que Chow tiene con Su Li-zhen (Gong Li), que se llama igual que la protagonista de IN THE MOOD… (Cheung, quien tiene aquí apenas un cameo), pero es otra mujer, una que se dedica al juego en los casinos de la ciudad bajo el misterioso alias Black Spider. De un modo breve pero intenso –casi como un cortometraje separado del resto de 2046— la mujer vivirá una relación con Chow, una que tiene raros ecos de VERTIGO, de Alfred Hitchcock, en tanto el protagonista parece querer «reconvertir» a esta mujer en la otra del mismo nombre.
En medio de estas subtramas románticas, el realizador irá incluyendo escenas de la novela de ciencia ficción que Chow escribe, centrada en un hombre que intenta abandonar ese «2046» en el que nunca nada cambia, viviendo también complicadas historias de amor con cyborgs encarnados por dos de las actrices (Lau y Wong) de la historia «real» de la película, que cumplen una muy directa función de doppelgängers. Pese al cambio de escenografía y vestuario, la lógica temática de estos segmentos es similar a la de los otros y, convengamos, al resto de la filmografía de Wong: relaciones amorosas complicadas, emociones guardadas y pasiones que, por algún motivo u otro, nunca terminan por desarrollarse o no se concretan como alguno de los involucrados desea.
Se podría decir que 2046 no tiene demasiado nuevo para aportar a la filmografía de Wong, pero en cierto modo funciona como una sumatoria de su obra previa y no solo de las películas que conforman esta trilogía. La estructura de historias de des/amor cruzadas en el tiempo y en el espacio que organizan el relato de 2046 tienen tanto en común con esos films como con la otra suerte de trilogía que integran CHUNGKING EXPRESS, FALLEN ANGELS y HAPPY TOGETHER. Aquí hay también una circulación del deseo que parece armado en función de casualidades, fechas concretas, desencuentros y esa suerte de «espionaje» romántico que es tan cercano al espíritu del cine de Wong. Y, claro, la voz en off como organizadora de todos esos otros sentidos –y sentimientos– que las imágenes por sí solas no alcanzan a transmitir.
Visualmente, salvo por las secuencias futuristas, la película se entronca casi a la perfección con IN THE MOOD FOR LOVE y con el sugestivo mediometraje THE HAND, que Wong hizo para el largo EROS, estrenado también en 2004 y que bien podría sumarse a esta serie de films que transcurren en los años ’60. Quizás lo que distinga a 2046 sea un espíritu un tanto más narrativo y menos circular que en su anterior largo, sin tantas reiteraciones formales. Al cruzar historias que van evolucionando en paralelo hacia un más o menos específico destino, Wong le escapa un poco a la reiteración casi obsesiva de leit motivs visuales y auditivos que caracterizaban a su film del 2000.
De todos los temas que hay en 2046 quizás el más relevante –el arco dramático de Chow, si se le puede aplicar esa estructura a los personajes del cine de Wong– sea el ligado al «recorrido» que el hombre hace para salir de ese «2046» mental en el que parece estar voluntariamente aprisionado. Sus cruces con Lulu, Wang, Bai Ling y «la otra» Su Li-zhen lo van despertando de ese bloqueo emocional, de ese limbo en el que lo dejó el fracaso de su historia de amor previa. Así, la película toda funciona como uno de esos simbólicos huecos en los que uno puede susurrar sus recuerdos y dejarlos allí para poder seguir adelante.
NOTA SOBRE LA RESTAURACION: La versión restaurada de «2046» no se ha modificado respecto a la estrenada originalmente en cines, que no es la misma que se vio en Cannes sino otra, terminada con más tiempo. En el texto que Wong dedica a explicar los cambios en estas versiones restauradas en 4K no hace ninguna mención específica a modificaciones en esta película.
Una frase de la película: «Todo el que va a 2046 tiene la misma intención, quieren recapturar recuerdos perdidos. Porque en 2046 nada cambia nunca. Pero, nadie sabe si esto es verdad o no porque nadie ha regresado jamás»
Y otra más: «Todos los recuerdos son trazos de lágrimas»…Está última es similar al final de aquel famoso monólogo de Blade Runner (1982). «Todos esos recuerdos se perderán como lágrimas en la lluvia».
Muchas gracias por la crítica.
Pueden ver 2046 en el sitio Zoowoman también. Hay varias más de Wong Kar-wai.
https://zoowoman.website/wp/movies/2046/
Una obra de arte. Para disfrutar muchas veces. Excelente la critica.