Festival de San Sebastián: crítica de «I Want to Talk About Duras», de Claire Simon (Competencia Oficial)
Esta película de la realizadora de «Gare du Nord» se centra en la historia del amante homosexual de la célebre escritora francesa, que él mismo cuenta en una entrevista. Con Swann Arlaud y Emmanuelle Devos.
Una propuesta osada, simple y compleja a la vez, I WANT TO TALK ABOUT DURAS es más una conversación que una película convencional, la puesta en escena en el formato más simple y directo de un hecho real, documentado en la propia grabación que es el centro de esta película de la realizadora francesa de GARE DU NORD. Documental ficcionalizado, o algo así, el film de Simon toma como principio y fin de su relato una larga entrevista realizada a Yann Andréa (interpretado por Swann Arlaud) por Michèle Manceaux (Emmanuelle Devos) en 1982 y centrada en la relación que Yann tuvo durante muchos años con la escritora y cineasta Marguerite Duras.
A excepción de algunos materiales de archivo de la propia Duras y unas pocas escenas en exteriores, la película se centra en la conversación entre los dos en un cuarto de la casa de Andréa y Duras. Por la manera en la que Simon juega con el sonido (silenciando, en partes, las conversaciones entre ambos que no quedaron grabadas), la película da a entender que todo lo que escucharemos es lo que se dijo allí, material que se editó en libro tras la muerte de la escritora. Dicho de otro modo, los textos que dicen Arlaud y Devos son, palabra por palabra, lo que se grabó en esos casetes.
Se trata, sí, de un material muy llamativo porque desnuda una extraña, fuerte y sumisa relación entre un fan homosexual de Duras y la propia escritora durante varias décadas en la cual Andréa fue prácticamente un esclavo sexual de la realizadora de INDIA SONG, 38 años mayor que él. Todo empieza con el fanatismo del joven que, a los 20 años, se obsesiona con la obra de Duras y con su película, que ve diez veces seguidas. En una de esas funciones Duras está presente y Yann logra hacerle unas preguntas. Tal es la obsesión del tipo que decide no leer otra cosa ni ver otras películas que no sean las de ella. Y empieza a escribirle cartas, todos los días, durante años. Cartas que ella jamás responde.
En algún momento, eso cambiará. Años después ella lo invitará directamente a mudarse a vivir con ella. El hombre aceptará e iniciará con la guionista de HIROSHIMA MON AMOUR una relación de sumisión absoluta, cumpliendo todos sus deseos, inclusive los sexuales que la película «representa» a través de unos dibujos. De hecho, la propia entrevista que Yann da es «auspiciada» por la propia escritora, que vive en la misma casa en la que la conversación tiene lugar. De a poco la conversación seguirá husmeando en los secretos de esa extraña relación que se extendió durante varios años, relación que cada espectador podrá analizar de distintas maneras.
La propuesta de Simon, uno podría decir, bien podría funcionar como pieza teatral. Y seguramente ese es un escenario más que apropiado para este tipo de relato verbal de largo aliento. Salvo por mínimas situaciones donde vemos escenas con Duras, una interrupción entre dos sesiones de entrevistas que permiten observar un poco más al personaje de Devos, muy poco desarrollado en la película, I WANT TO TALK ABOUT DURAS tiene muy poco de cinematográfico en el sentido convencional de la palabra. Y su interés pasa más que nada por lo que cuenta Arlaud como Andréa y la fuerza, el drama o el dolor que el actor le pone a la extraña historia de su personaje. Una película menor, curiosa y bastante inquietante de la realizadora de ÇA BRULE.
En todo caso, Steiner sería bisexual, no categóricamente gay.