Estrenos online: crítica de «Sueños de Marte», de Christopher Winterbauer (HBO Max)

Estrenos online: crítica de «Sueños de Marte», de Christopher Winterbauer (HBO Max)

En el año 2049 dos jóvenes emprenden un largo viaje a Marte a reunirse con sus respectivas parejas, pero las cosas no salen del todo como lo esperaban. Con Cole Sprouse y Lana Condor. En HBO Max.

No hay muchas comedias románticas de ciencia ficción, al menos no en el sentido tradicional del género. Así que, de alguna manera, SUEÑOS DE MARTE hasta podría inaugurar uno. No lo hace, al menos no del todo, porque el asunto sci-fi es apenas una excusa para una historia romántica bastante clásica que transcurre en el futuro y en un viaje al planeta Marte aunque –con algunos cambios cosméticos– podría suceder prácticamente en cualquier otro escenario y circunstancia.

Se trata de un ejemplar bastante amable y simpático del género una vez que uno entiende que la cuestión pasará por ahí. Y si funciona es más que nada por la química y el carisma de sus dos jóvenes protagonistas. Walt (Cole Sprouse, de RIVERDALE) trabaja de barista en un café pero sueña con viajar a Marte, adonde solo van los que tienen mucho dinero (los pasajes salen un millón de dólares) o algunos pocos seleccionados entre los que aplican para viajar. Sophie (Lana Condor, de la saga de películas TO ALL THE BOYS…) es una estudiante de astrofísica que podría viajar pero tiene pánico a hacerlo, aún teniendo a su novio y a la familia de este allá.

Finalmente Sophie se atreve a hacerlo y Walt –que la convence con la excusa de que su novia está también allí– de alguna manera se logra colar en la nave espacial. Y la película transcurrirá en casi su totalidad en ese set de filmación (perdón, en esa nave) a lo largo de un viaje de 35 días hacia Marte en los que Walt intentará que no lo descubran las autoridades y a Sophie no le quedará otra que ayudarlo. A través de esa colaboración un tanto forzada empezarán a brotar algunos sentimientos.

Quizás la característica más curiosa del film es que Walter es, claramente, un tipo sin ningún talento en particular. Es un chico nervioso que habla todo el tiempo y que sueña con ir a Marte aunque no tiene muy en claro porqué. Y cuando se revelen ciertas cosas más cerca del final quedará en evidencia que son muchos los que piensan lo mismo. Sophie, por el contrario, siempre se vio a sí misma (y su novio la ve así también, o al menos eso ella cree) como alguien especial, capacitado, talentoso. Pero a lo largo del viaje se verá que cada uno tiene talentos particulares.

Hay un solo punto del traslado a la ciencia ficción de esta historia que SUEÑOS DE MARTE trabaja de un modo interesante. Uno de los motivos de que muchas personas está yéndose a Marte tiene que ver con que en la Tierra todo parece estar funcionando muy mal y la película pone especial peso en la acumulación de basura a partir de los excesos de consumo. De todos modos, que los únicos que puedan escapar sean los millonarios tampoco parece una alternativa demasiado potable para la gran mayoría.

La película, convengamos, podría transcurrir en el viaje transatlántico de un barco con Walt como un polizón («colado») y no cambiaría demasiado en su estructura. Lo que aquí le aporta el cambio temporal pasa por el look retrofuturista que tiene la producción, que trata de disimular con su colorida escenografía que en realidad es una producción bastante barata, y algunos enredos tecnológicos que descubrirán al verla. Pero no mucho más. SUEÑOS DE MARTE es una comedia romántica bastante más tradicional de lo que parece. Como la escenografía de la nave en la que transcurre, parece futurista pero en realidad es bastante retro.