Series: crítica de «Super Pumped: la batalla por Uber», de Brian Koppelman y David Levien (Paramount+)

Series: crítica de «Super Pumped: la batalla por Uber», de Brian Koppelman y David Levien (Paramount+)

Esta serie de siete episodios narra el ascenso y caída de Travis Kalanick, el fundador y CEO de la compañía de transporte de pasajeros Uber. Con Joseph Gordon-Levitt, Kyle Chandler y Uma Thurman. Estrena el 12 de mayo Paramount+.

El liderazgo tóxico en el seno de diversas startups es tema de muchas series contemporáneas. De todas ellas, quizás la más típica, clásica y, sí, tóxica de todas sea la de Travis Kalanick, uno de los fundadores, motor fundamental y, durante mucho tiempo, CEO de Uber, la compañía que revolucionó el transporte urbano en la última década. Pero así como Uber se convirtió en un nombre de producto de esos que son sinónimos con un concepto y una función (acaso lo más deseado por cualquier compañía), adentro las cosas no eran sencillas sino, más bien, todo lo contrario. Esta es la historia del caos interno de los años de crecimiento de la compañía.

La serie, que transcurre en buena parte en San Francisco, sede de Uber, busca narrar la historia de la empresa con un permanente guiño de ojo, con una voz en off entre graciosa e irónica (cortesía de Quentin Tarantino, nada menos) que comenta muchas veces lo que vemos, con actores por momentos hablando a cámara, con reconstrucciones falsas y con algunas juegos audiovisuales que intentan convertir a esta historia en una suerte de producto pop. Eso la hace entretenida, no hay dudas, pero quizás menos profunda o analítica de lo que podría haber sido.

SUPER PUMPED es la historia de un asshole, como el propio «T.K» se define, más en su acepción «cabrón» o «pesado» que en la de «estúpido o «idiota». Es que el tipo no es ninguna de estas últimas dos cosas, pero de las dos primeras le sobra. Es un hombre que no tuvo la idea de Uber (eso lo hizo su colega Garrett Camp) pero sí el que juntó dinero para darle vida, entendió cómo hacerla crecer y batalló por conquistar el mercado. Cómo lo hizo y con qué métodos es lo que se cuenta aquí. T.K. puede ser un negociador nato y muchas veces le fue bien, pero su ego –y su incapacidad para reconocer errores– terminó tendiéndole una enorme trampa.

Personificado con su característica intensidad por Joseph Gordon-Levitt, Kalanick crea un clima de trabajo tóxico, imposible para las mujeres, complicado para los choferes, belicoso con las autoridades locales y con el resto del universo de las empresas punto.com, peleándose con Apple, con Google y con cualquiera que osara cuestionarlo o enfrentarlo. El eje acá será su relación con Bill Gurley (Kyle Chandler), el inversionista que fue el primero en confiar en él, el que lo ayuda a crecer en tiempos de necesidad pero también el que no sabe cómo hacer para controlarlo cuando Travis se excede más de lo conveniente.

Ya verán en estos agitados siete episodios muchos de los secretos y problemas de Uber a lo largo de los años que tuvo a Kalanick como líder, muchos de los cuáles son imaginables pero otros directamente sorprendentes, en especial los ligados a algunos manejos ilegales de espionaje realizados mediante la aplicación, algo que involucra tanto a los choferes como a los propios usuarios. ¿Asusta un poco? Sí, claro, aunque aseguran que eso ya no existe más…

Lo difícil en una serie como esta es sentir una mínima simpatía por su protagonista, que es pintado como un tipo sin escrúpulos ni tapujos y de una arrogancia sin límites. Gordon-Levitt hace lo posible para humanizarlo, pero no alcanza. Y acaso esa sea una de las zonas que a SUPER PUMPED más le cuesta atravesar: casi no hay personajes aquí (más allá de algunos muy laterales, como la primera pareja de Travis) con los que uno pueda simpatizar. Gurley, en un punto, puede parecer una figura «razonable», pero la serie se ocupa a la vez de dejar en claro que no siempre utiliza las mejores armas y sus intenciones pueden ser tan egoístas como las de T.K.

Además de los protagonistas, tienen roles importantes Uma Thurman (como Arianna Huffington, la ejecutiva periodística convertida en gurú y aliada de Kalanick), Elisabeth Shue (como su madre) y se destacan también los actores que encarnan a la «mesa chica» de la empresa, los que tienen que ejecutar las muchas veces dudosas órdenes del jefe. A la vez la serie dedica un buen tiempo a mostrar algunas reuniones de Kalanick con los líderes de Google y Apple, todos ellos personajes curiosísimos.

Como es el caso del fundador de WeWork, Kalanick es el típico joven rebelde que logra colarse entre los grandes gracias a su desparpajo y los riesgos que toma. Pero esas mismas características que le sirven a una compañía pequeña para hacerse notar se convierten en un problema cuando esa misma empresa se convierte en un nombre reconocido en la industria, en un «unicornio». Kalanick no supo hacer ese giro, pivotear hacia lo que podría considerarse como «adultez» o habilidad para el compromiso. Y SUPER PUMPED es el entretenido relato acerca de su ascenso, caída y ¿resurrección?