Cannes 2022: crítica de «Armageddon Time», de James Gray (Competencia)
En esta notable película autobiográfica, el director de «Ad Astra» y «The Immigrants» recuerda sucesos escolares y familiares vividos en 1980, un año clave de su infancia en Queens. Con Anthony Hopkins, Anne Hathaway, Jeremy Strong y el pequeño Banks Repeta.
Todo director pasa por la etapa de «la película autobiográfica» y ahora le ha llegado el turno a James Gray. Si bien muchos de sus films se inspiraron en personajes y situaciones tomadas de su vida, por lo general estuvieron envueltos en el ropaje del cine de género: policiales (THE YARDS), películas de aventuras (THE LOST CITY OF Z) y hasta de ciencia ficción (AD ASTRA). El mundo personal está en todas ellas pero acá aparece de modo frontal y directo. Es un coming of age hecho y derecho sobre un año clave en la vida de un chico judío de Queens, en el que algunos asuntos familiares y conflictos escolares se unirán para marcar un antes y un después en su vida.
Paul Graff (Banks Repeta) es un chico que va al sexto grado de una escuela pública neoyorquina en 1980. Y no parece muy interesado en lo que su burocrático y tedioso maestro tiene para enseñarle. De hecho trata de ganar amigos burlándose de él, especialmente haciendo dibujos, que es su especialidad. Es que a su manera un tanto infantil, Paul sueña con ser artista. Allí se hace rápidamente amigo de Johnny Davis (Jaylin Webb), un chico afroamericano, repetidor de grado, que vive en conflicto permanente con el maestro, que claramente lo desprecia.
La primera parte de una película que se une a la larga tradición de comedias dramáticas centradas en la colectividad judía (de Paul Mazursky a Barry Levinson, de Woody Allen a Neil Simon y así, al infinito) detallará casi minuto a minuto su experiencia escolar y de ahí pasará a la familiar, que es un caos un tanto prototípico (o al menos eso parece al principio) de lo que es una familia judía de clase media baja de Nueva York: caos, cacofonía, peleas y gritos por doquier.
Pero de a poco Gray va organizando ese mundo, adentrándose en sus contradicciones. Mamá Esther (Anne Hathaway) adora a Pete pero no sabe cómo manejar sus caprichos. El papá del chico (Jeremy Strong, de SUCCESSION) parece estar en su propio mundo, salvo para conectarse con el resto cuando hay que poner orden a su manera. Y está su hermano mayor, del que la película no se ocupa demasiado. Pero el grupo no acaba ahí ya que quizás el personaje más importante en la vida de Pete es su abuelo (Anthony Hopkins), un inmigrante, el único de todos que parece entenderlo, darle los gustos y verle su potencial artístico, ya que los demás quieren que cambie de escuela para conseguir un buen trabajo, en algo que «tenga futuro como computer graphics«.
Las relaciones más importantes de Pete serán con el zeide y con Johnny, que vive con su abuela (o eso dice) y siempre está metido en problemas, la mayoría de las veces a partir del racismo de los demás, incluyendo el de la propia familia de Pete, que no quieren que su hijo se junte con él cuando en realidad muchas de las travesuras y problemas en los que se meten los causa él mismo. Pero es evidente, tanto en la casa como en la escuela, que es más fácil echarle la culpa de todo a Johnny.
A lo largo de ARMAGEDDON TIME (cuyo título viene del clásico reggae jamaiquino versionado por The Clash) se verá la evolución personal de Pete, se entenderán los conflictos personales y económicos de su familia, se explorará la disparidad racial y social de la época y las diferencias del sistema escolar público y el privado, además de algunas reflexiones/bromas sobre la política estadounidense de entonces y sus conexiones con la actual. Pero más que nada será un retrato de un chico, su abuelo y su mejor amigo.
Hopkins se hace un festín (seguro se viene otra nominación al Oscar) contando historias, cantando canciones y luciendo más jovial y bromista que nunca pese a que su personaje tiene una dura historia de vida, como la de muchos de los que inmigraron a Estados Unidos a principios del siglo XX. Gray no teme mostrar las contradicciones de su familia que, como la de muchos inmigrantes, tenían también su cuota de racismo inscripta en la idea de triunfar. Es que para llegar a cumplir el famoso «sueño americano», parece, siempre hay que dejar a otro en el camino. Y es mejor si es uno que no tiene ni poder ni muchas formas de defenderse.
Pero eso es algo que ni Pete ni su abuelo pueden entender del todo. Y si de algo trata ARMAGEDDON TIME es de la idea de convertirse en un «mensch»: una buena persona, alguien noble y humano que puede pensar más allá de sus propios intereses personales. Y ese es el viaje que deberá hacer Pete a lo largo de esta encantadora y lúcida película que prefiere ser inteligente que sensiblera y que elige ser honesta y no manipuladora.