Cannes 2022: crítica de «God’s Creatures», de Anna Rose Holmer y Saela Davis (Quincena de Realizadores)

Cannes 2022: crítica de «God’s Creatures», de Anna Rose Holmer y Saela Davis (Quincena de Realizadores)

por - cine, Críticas, Festivales
21 May, 2022 08:50 | Sin comentarios

El regreso del hijo a su pueblo costero irlandés pone a una madre a atravesar una situación complicada entre el amor y el deber en este notable drama codirigido por la realizadora y la guionista de «The Fits».

Hay películas cuyo principal mérito es construir o reflejar un mundo. Más allá de la historia que tengan para contar, son films que traen a la pantalla a personajes que están vivos en un lugar que se siente real, verdadero, habitado. Con GOD’S CREATURES pasa exactamente eso. Uno puede no saber qué historia irán a contar –y aún cuando se empiece a delinear no considerarla demasiado original– pero se ve absorbido por un lugar, por su gente, sus relaciones, su idioma, sus costumbres y los detalles que se desprenden de cada uno de ellos.

Holmer y Davis logran eso en sus primeros cinco minutos de película, acaso menos que eso. La realizadora y la coguionista de THE FITS ahora dirigen juntas una película que mete al espectador en la vida cotidiana de un pueblo costero en Irlanda en el que la actividad principal es la pesca. Emily Watson encarna a Aileen, suerte de capataz de una empacadora de pescado, una mujer trabajadora cuyos años de experiencia se le notan en el rostro. Y apenas comienza la película nos topamos con que el hijo de una de las mujeres que trabaja ahí es sacado muerto del mar, seguido del primero de los funerales que se verán aquí.

El que llega al funeral casualmente es Brian (Paul Mescal, la estrella de NORMAL PEOPLE que protagoniza dos películas que se dan en Cannes), el hijo adulto de Aileen. El joven regresa tras lo que parecen ser muchos años en Australia con la idea de trabajar en el lucrativo pero complejo mercado de las ostras. Es evidente que su pasado fue problemático y que, salvo su madre (entre ellos hay una mutua adoración), tanto su padre, como su hermana y su ex novia lo reciben con cierta cautela.

Pero Brian parece haber cambiado y, al ponerse seriamente a trabajar «como un adulto», va despejando las dudas, calmando los nervios de los que lo vieron volver. Pero quizás no sea tan así. Y GOD’S CREATURES tratará básicamente de caer en la cuenta de esa realidad, especialmente para la madre, cuyo lazo amoroso con su hijo parece indestructible. Por más que le digan que Brian hizo o pudo haber hecho cosas horribles, ella lo defenderá a muerte.

Con la potencia dramática y el clima de una tragedia griega –pero en un tono bajo dado por sus personajes de pocas palabras y gestos adustos, especialmente cuando están sobrios–, el guión de Shane Crowley va metiendo a todos las personas ligadas a Brian en un problema. ¿Creerán realmente todos que el hombre cambió y que ya no es el mismo que fue antes? ¿O deberán resignarse, especialmente la madre, a admitir que no es así? El problema que sigue es aún más complicado: si se acepta que quizás hizo algo indebido, ¿qué se hace? ¿Se prioriza el amor o lo que parece ser verdad?

GOD’S CREATURES podría, armado de otra manera, ser un thriller acerca de un hombre acusado de un hecho grave y el suspenso que se genera en relación a saber si fue o no culpable. Acá eso es secundario. Cualquiera se da cuenta qué es lo que pasó (no se lo muestra, pero es obvio) y la tensión pasa por saber qué hará su familia con esa incómoda verdad. El problema lo tiene Aileen, más que nada, que está tan feliz de tener a su hijo de regreso que parece dispuesta a dejar pasar de lado cosas y creerle todo lo que le dice.

Además del universo creado y los complejos personajes que lo habitan (la ex novia, fundamentalmente, pero también la hermana y hasta un familiar con evidentes problemas de salud), las directoras aciertan con el casting, especialmente el de Mescal, un actor de rostro amable y gestos empáticos que confunde a los espectadores con su look de buen chico. La excepcional Watson es como una roca firme que habita el lugar desde, pareciera, el principio de los tiempos, trayendo a la mente escenas de CONTRA VIENTO Y MAREA, especialmente por lo parecido del clima, el mar y la vida pueblerina.

Una película inteligente, discreta, de bajo perfil y diálogos acotados pero mucho cuidado en la puesta en escena (la distribuye el reconocido sello A24), GOD’S CREATURES es de esos films que no llaman la atención sobre sí mismos (de hecho, las pocas escenas en las que eso se hace son las que menos funcionan) pero que quedan grabados en la memoria por transportar al espectador a un tiempo y un lugar concretos y únicos. Lo que sucede allí puede pasar también en miles de otros lados –películas que ofrecen una mirada crítica sobre la violencia masculina aparecen todos los días, especialmente durante los últimos años–, pero la gente que habita esta oscura y amarga tragedia humana es irrepetible.