Cannes 2022: crítica de «Un beau matin», de Mia Hansen-Løve (Quincena de Realizadores)

Cannes 2022: crítica de «Un beau matin», de Mia Hansen-Løve (Quincena de Realizadores)

por - cine, Críticas, Festivales
20 May, 2022 03:30 | comentarios

Léa Seydoux es una mujer viuda con una hija pequeña que lidia con un nuevo romance y con la enfermedad de su padre en este notable drama de la realizadora de «Eden». En la Quincena de Realizadores.

Uno podría definir a UN BEAU MATIN como una película francesa «de las de antes», de esas que parecen del todo desinteresadas por los cambios estéticos y sobre todo culturales de la última década del cine en ese país y en el resto del mundo. De no ser por un par de bromas sobre el presidente Emmanuel Macron y algunos detalles más, bien podríamos estar viendo un drama romántico familiar filmado en los ’70 u ’80, en excelso 35mm., con amantes, divorcios, enfermedades, literatura, filosofía y conflictos familiares fuera de toda época. De hecho, Hansen-Løve hace lo imposible para que ni se noten los teléfonos celulares.

Basada en parte en cuestiones autobiográficas, UN BEAU MATIN cuenta la historia de Sandra (una extraordinaria y muy natural Léa Seydoux con un corte de pelo a lo Jean Seberg), una traductora parisina, viuda y con una hija, que atraviesa otro momento muy complicado de su vida ya que su padre, Georg, un profesor universitario de filosofía interpretado por Pascal Greggory, sufre una enfermedad degenerativa severa que obliga a su familia a tener que pensar en internarlo con cuidados permanentes en un hospital o geriátrico. Sandra hace esfuerzos por sacar todo adelante, pero las lágrimas le aparecen cuando menos se lo espera.

En medio de sus trabajos de traducción y de lo que implica, en lo práctico pero también en lo emocional, cuidar de su padre (que es muy joven aún pero no puede valerse por sí mismo), Sandra se reencuentra con Clement (Melvil Poupaud), un amigo de toda la vida, casado y con un hijo. El reencuentro deviene en un previsible romance y en las complicaciones clásicas que conlleva: Clement quiere dejar a la mujer pero no puede –o eso dice–, cuando se atreve a hacerlo se arrepiente y así. Nada nuevo bajo el sol en el terreno del cine francés de siempre pero todo contado desde un realismo despojado de afectaciones melodramáticas o morales que aumenta todavía más la sensación de ser un film de otra época.

Y si bien las experiencias de Sandra con su padre (al que hay que internar y vaciar la casa, además de observar su dolorosa pérdida de la noción de realidad) son duras y la afectan de un modo más que evidente, la película tiene también momentos de humor, dados especialmente por Nicole Garcia, que encarna a la ex mujer de Georg y madre de Sandra, y por Linn (Camille Leban Martins), su pequeña y simpática hija que lidia de curiosas maneras con la gravedad de la situación de su abuelo y con la escurridiza presencia de un hombre en su casa.

UN BEAU MATIN recordará a ciertas películas de Eric Rohmer, dramas femeninos sobre «amores prohibidos» y desencuentros románticos, a lo que Hansen-Løve le suma una mirada más social ligada a las dificultades (económicas, además de familiares) de lidiar con geriátricos y adultos mayores con serios problemas de salud. En un estilo que ya es característico de la realizadora de EDEN y BERGMAN ISLAND, la narración no suele estar subrayada dramáticamente desde la puesta en escena ni la música y todo funciona y fluye, como dirían por ahí, «como la vida misma».

Quizás un poco más larga de lo que necesita ser para redondear su historia (un habitual problema de los films de la directora, que finalmente no es demasiado grave), la película logra de todos modos conmover con el retrato de esta mujer joven que debe encontrar la manera de sobrevivir a una etapa de su vida rara y compleja, plagada de momentos difíciles pero, como dice el esperanzado título del film, llena de bellas mañanas que siempre pueden traer buenas noticias. En más de un sentido, acá cada día hay que empezar de nuevo.