Series: crítica de «Después del Huracán Katrina», de Carlton Cuse y John Ridley (Apple TV+)

Series: crítica de «Después del Huracán Katrina», de Carlton Cuse y John Ridley (Apple TV+)

Esta serie se basa en un hecho real: el descubrimiento de 45 cuerpos abandonados en un hospital de Nueva Orleans después del huracán que destrozó la ciudad. ¿Qué sucedió ahí? Apple TV+ estrena los tres primeros episodios el viernes 12.

Una situación de crisis como la que se vivió en el Memorial Hospital durante y después del Huracán Katrina es algo poco común y prácticamente irresoluble sin tener que lidiar con pérdidas importantes. Los dilemas éticos, políticos, raciales y generacionales que generan situaciones como las vividas en ese hospital devastado por las tormentas, la inundación, sin luz ni gente capaz de atender o evacuar a todos los pacientes y sin la suficiente ayuda externa para hacerlo (ni pública ni privada) son enormes y complejísimos. Lo mejor de FIVE DAYS AT MEMORIAL, la serie que se basa en lo sucedido durante cinco días en ese hospital de New Orleans, pasa por entender los distintos puntos de vista de lo que terminó siendo una batalla legal. A diferencia de lo que sucede en la gran mayoría de las ficciones hollywoodenses, Cuse y Ridley no eligen un bando o un individuo por encima del otro, no piensan en héroes ni villanos en esta historia, sino que tratan de entender la lógica, las decisiones y las emociones de cada uno al actuar como actuó en un momento crítico.

Hay, sí, «villanos» en esta historia que quizás no son lo suficientemente acusados. Me refiero a los encargados de las políticas públicas (los inexistentes planes de evacuación, sin ir más lejos) y a los dueños del Memorial Hospital que manejaban un complejo lleno de defectos y limitaciones. Pero aquí el problema se presenta como un dilema ético entre seres humanos, más precisamente entre los médicos, enfermeros, pacientes y familiares. La serie empieza con los hechos consumados (es SPOILER, si quieren, pero es la primera escena): varios días después de terminado el huracán y las inundaciones posteriores, se descubrieron en el hospital 45 personas muertas que habían quedado ahí, abandonadas, en uno de sus pisos completamente destrozado por las inclemencias del tiempo. ¿Cómo sucedió eso? ¿Qué pudo haber pasado en esos «cinco días en el Memorial» (traducción literal del título) entre que comenzó el temporal y el lugar fue abandonado por la gente que siguió trabajando ahí hasta último momento?

Eso es lo que cuenta DESPUES DEL HURACAN KATRINA, serie de los reconocidos Cuse (LOST y BATES MOTEL, entre muchas otras) y Ridley (12 AÑOS DE ESCLAVITUD, AMERICAN CRIME) basada en el libro de no-ficción de Sheri Fink que cuenta uno de los episodios más oscuros e incómodos de los cientos o miles que tuvieron lugar durante y después de ese desastre ambiental de 2005. Con una estructura curiosa que es fiel al libro, Cuse y Ridley optan por armar los primeros cinco episodios como un estricto día a día de los acontecimientos dejando la investigación para los últimos tres. Es un formato que divide radicalmente la serie en dos (casi como si fueran dos temporadas en una) cuando quizás lo mejor podría haber sido estructurar, como parece que será en un principio, la investigación y los flashbacks a los hechos a la vez. Ver primero lo que pasó y luego ver cómo se lo investiga es, al menos en términos audiovisuales, un tanto contraintuitivo.

De todas maneras no afecta al impacto que la serie tiene, el horror que produce y los temas que dispara. Vera Farmiga encarna a la Dr. Anna Pou, una de las encargadas del lugar cuya principal responsable es Susan Mulderick (Cherry Jones). Es un hospital con 2500 pacientes que tiene, además, en el séptimo piso un «LifeCare», un tercerizado geriátrico para pacientes en su mayoría terminales a los que se les dan cuidados paliativos. Aún antes del huracán se ve que Memorial tiene varios problemas edilicios y de personal. Y claramente no estaban preparados para el desastre que se les vino. Katrina llegó a New Orleans como un violento huracán que duró apenas unas horas y tuvo, al menos en principio, menos impacto del que se preveía. Es así que al final del primer día todo parecía más o menos controlado. Pero eso era solo el principio de la historia.

Tras un segundo día relativamente tranquilo, pasó lo impensado: la subida de las aguas generaron innumerables fallas en los diques y muros contra inundaciones que protegen a la ciudad y pronto el 80% de New Orleans se vio arrasado por el agua, que la transformó en una ciudad fantasma, caótica y depredada. Y el hospital no solo se inundó sino que se cortó la luz, se volvió imposible entrar o salir, y necesitaban de la ayuda externa para hacerlo, algo que solo podía realizarse con botes o helicópteros. Claramente, muchos de los pacientes en cuidados terminales o con dificultades específicas tenían serios problemas para ser trasladados y allí empezaron a aparecer los dilemas y conflictos éticos ligados a lo que se conoce como triage, primero, y a la posibilidad de la eutanasia, después, para los pacientes en estado más crítico. Dicho de otro modo: darles una muerte digna ante la imposibilidad de evacuarlos de un modo más o menos seguro sin arriesgar en el acto las vidas de muchas otras personas.

Ya verán en la serie los cómo, cuándo y porqué de cada decisión, las disputas internas –no todos estaban de acuerdo en las decisiones más fuertes–, la sensación de que los «condenados» tendían a ser afroamericanos y ancianos, la dificultad de los rescatistas para cubrir con las necesidades del hospital en medio de una ciudad que se caía a pedazos en cien lugares a la vez y la inutilidad del gobierno de George W. Bush y del estado de Louisiana para responder de manera eficiente a la crisis. Los cinco primeros episodios empiezan con un repaso de los noticieros de la época y pasan de ahí a mostrar lo que sucede en un hospital que se va volviendo –como dicen algunos de sus médicos– «una zona devastada del Tercer Mundo» (sic).

Y si bien la investigación ya está adelantada en esos episodios (las caras de los que interrogan siempre están fuera de cuadro), a partir del sexto la serie pivotea hacia ellos. Se trata de dos comprometidos funcionarios (interpretados por el gran Michael Gaston y Molly Hager) que ponen todos sus esfuerzos en desenmascarar a los culpables de esas muertes. En sus entrevistas van encontrándose con médicos que apoyan su punto de vista (que básicamente consiste en culpar a Pou de homicidio) y otros que intentan contextualizar los hechos, lo cual terminará en un juicio cuyo resultado se puede googlear pero que no revelaré aquí.

Una combinación de drama médico, serie de investigación, película de terror y hasta cine catástrofe, FIVE DAYS AT MEMORIAL no es una experiencia sencilla ni liviana. Al contrario, como espectador uno sabe que atravesará situaciones densas y desgarradoras, pero la dupla creativa logra no sobrecargar las tintas desde el melodrama y apoya a la serie en el realismo de los problemas cotidianos de enfrentar un desastre natural con mínimos elementos y montones de decisiones difíciles que tomar. De hecho, pese a las diferencias, no es difícil imaginar algún tipo de situación similar a esta durante los primeros días de la pandemia de Covid-19. Seguramente una serie sobre dramáticas situaciones vividas en esas circunstancias no tardará en aparecer.

Más allá de su estructura bifurcada, DESPUES DEL HURACAN KATRINA se sostiene como una provocadora serie que no ofrece respuestas fáciles, que pone un tema complejo en discusión y que entiende las razones que motivan a los que están a un lado (los familiares de los fallecidos, algunos médicos, los fiscales) y al otro (los responsables de las decisiones, si se quiere, más radicales) de esta serie de desafortunadas y devastadoras circunstancias. Tomando en cuenta que desastres ecológicos de ese tipo seguramente serán moneda corriente en las próximas décadas, no estaría mal aprender las lecciones de casos como este e ir planificando respuestas más concretas y efectivas.