Estrenos online: crítica de «Goodnight Mommy», de Matt Sobel (Prime Video)

Estrenos online: crítica de «Goodnight Mommy», de Matt Sobel (Prime Video)

Esta remake del thriller austríaco de 2014 tiene a Naomi Watts en el rol de una madre que aparece con el rostro vendado tras una operación y sus hijos están convencidos que en realidad fue reemplazada por otra persona.

Estrenada en cines en Argentina en 2016 (acá pueden leer la crítica), GOODNIGHT MOMMY es un brutal y bastante «creepy» film de suspenso y terror austríaco que dio a conocer la obra de los directores Severin Fiala y Veronika Franz, quienes después harían la aún más extravagante THE LODGE. Como sucede con una buena cantidad de películas de género internacionales de éxito, tarde o temprano les toca la remake estadounidense. O, como se le suele decir, la innecesaria remake hollywoodense. Y a esta versión protagonizada por Naomi Watts y dirigida por el realizador de TAKE ME TO THE RIVER le cae a la perfección ese adjetivo. No porque sea una película impresentable ni mucho menos. Sino porque, bueno, básicamente no tiene demasiado sentido haberla hecho

Ya en mi crítica de la original advertí que esto iba a suceder. Es que el film de Fiala y Franz tiene esa frialdad clínica europea (más específicamente austríaca) que lo vuelve un consumo difícil para el público masivo. Y acá sucede lo previsible: se le quitan algunas de las cosas más ásperas, se le da un tono un tanto más accesible y un tempo más tradicional de un relato de suspenso/terror y se cuenta más o menos la misma historia solo que una versión un tanto más… pasteurizada.

Watts (toda una veterana de este tipo de remakes, con FUNNY GAMES y THE RING en su filmografía) interpreta a la madre de dos hermanos gemelos. Al principio la vemos en un video tipo Instagram cantándoles una canción antes de irse a dormir mientras su marido los filma. De golpe ha pasado un tiempo y vemos a los hermanos, Elías y Lucas, ya un poco más grandes, siendo llevados por su padre a la casa de su madre. Es evidente, cuando el padre los deja en la puerta y se aleja diciendo «seguramente no me quiere ver», que la pareja se ha separado y no en los mejores términos. Pero lo peor, como se diría en un trailer, está por venir.

Al entrar al caserón campestre ven que la madre tiene el rostro vendado, cubierto con una gasa que solo les deja ver sus ojos y labios. La imagen es fantasmagórica aunque no parece ser más que una cirugía estética, algo no del todo sorprendente si se toma en cuenta que la mujer es actriz. Pero el problema real para los chicos empieza cuando van notando que mamá no solo no luce igual sino que no actúa igual a lo acostumbrado. Tiene reglas muy férreas para que ellos se muevan en la casa y fuera de ella, es agresiva, los trata mal, antes no fumaba y ahora sí, no recuerda esa canción que les cantaba al principio y hasta tira a la basura un regalo que sus hijos le hacen.

Los niños empiezan a sospechar que algo raro sucede, especialmente Lucas. El convence a su hermano de investigar y van topándose con algunos datos y actitudes de su madre (hay una extraña y sugerente escena en la que baila semidesnuda frente al espejo, ante la mirada de uno de los chicos, esta canción) que los convence que algo ha pasado. Para ellos, su mamá fue reemplazada por otra. La pregunta que sigue es: ¿por qué? ¿por quién? En pesadillas imaginan desde un alienígena a cosas peores, por lo cual toman algunas decisiones un tanto bruscas para descubrir la verdad.

Revelar más que eso es innecesario y si vieron la original sabrán que, escenas más o escenas menos, la trama es bastante fiel a lo que pasaba allí. Hay un par de personajes diferentes, la locación genera otros climas y algunas escenas excesivamente brutales de aquel film acá están un tanto menos violentas o directamente no están. Pero sí las vueltas de tuerca. Las que se ven venir y las que no tanto. Si uno no recuerda demasiado bien la original, quizás hasta se vuelva a sorprender.

GOODNIGHT MOMMY tendrá algunas otras contextualizaciones psicológicas que suelen ser parte del desarrollo dramático de las películas de género estadounidenses, algo que las europeas no siempre precisan y por eso pueden ser más sorprendentes, crípticas y hasta caprichosas. Acá se trata más de observar y seguir pistas. Con eso, más o menos, se resuelve la cosa. El resto es ver cómo se reinterpreta la misma historia en funciones de algunas especificidades culturales y cinematográficas, como el muy diferente uso de la música. Y ver a Watts, claro, cuyo talento le agrega siempre un plus a casi cualquier cosa en la que aparezca, aunque no siempre estén a la altura de su talento.