Estrenos online: crítica de «The Greatest Beer Run Ever», de Peter Farrelly (Apple TV+)

Estrenos online: crítica de «The Greatest Beer Run Ever», de Peter Farrelly (Apple TV+)

Un neoyorquino va a la Guerra de Vietnam a llevarle cervezas a sus amigos en esta comedia dramática del director de «Green Book» inspirada en un caso real y protagonizada por Zac Efron y Russell Crowe. Estrena Apple TV+ el 30 de septiembre.

El «tono» de una película es un tema muy difícil de definir, de explicar y de lograr. Pasa por gustos, por referencias, por la manera en la que un realizador observa lo que cuenta y por cómo un espectador lo interpreta. Pasa, también, por si hay coincidencias en esas formas de mirar o no las hay. Pero hay algunas cosas que son visibles de entrada: se nota cuando una película falla a la hora de encontrar ese tono. Es cierto, puede haber interpretaciones diferentes, pero una cosa es buscar un tono y otra es encontrarlo.

En THE GREATEST BEER RUN EVER, de Peter Farrelly, se hace evidente al rato de comenzado el relato que difícilmente se vaya a lograr lo que el realizador de LOCO POR MARY busca, ese tono de comedia que se va transformando en drama cuando el protagonista se ve enfrentado a la realidad. Siendo una película que se centra en la guerra de Vietnam uno bien podría compararla con la famosa BUENOS DIAS, VIETNAM en la que sí funcionaba el tono buscado. O, directamente, hasta podría cotejarla con GREEN BOOK, la anterior de Farrelly, ganadora del Oscar a mejor film de 2018 (¿se habían olvidado?), película con similar estructura y tono que, más allá de gustos, funcionaba dentro de lo que se proponía.

Acá eso no sucede. La historia, como aquella, es real aunque parezca absurda. Y la otra similitud es que su protagonista (el de aquella era Viggo Mortensen) es un tipo un tanto cuadrado y simplón que se da cuenta que el mundo que lo rodea es más complejo y difícil que lo que su limitada visión le permite observar. Quizás sea un «mensaje» apto para estos tiempos de visiones cada vez más reducidas del mundo, pero con productos así difícil será llegar demasiado lejos. Allí era un hombre blanco que descubría, en los ’60, que el racismo sí existía y era algo serio. Y acá es una persona similar que descubre que la guerra de Vietnam no era la causa nacional contra el comunismo que le habían vendido.

Zac Efron y un sólido bigote (espeso, convincente y con vida propia) encarnan a John «Chickie» Donahue, un marino mercante que vive en un barrio irlandés de las afueras de Nueva York. Corre el año 1967 y el país está dividido por la Guerra de Vietnam. Las noticias que llegan por TV son terribles y están creciendo las marchas por la paz en las que hasta participa la hermana de Chickie. Pero el hombre y sus amigos, patriotas y convencidos que el país está combatiendo allí a la expansión mundial del comunismo, boicotean las marchas, defienden la invasión y se juntan en un bar a recibir noticias de sus amigos en el frente.

En una de esas charlas con el dueño del bar (Bill Murray, en un papel muy breve), Chickie propone un gesto que supone noble, con sus amigos y con la causa: buscar un navío que esté yendo con mercadería para la zona y llevarles cervezas a sus amigos combatientes. Es una especie de apuesta de borrachos, pero el tipo se lo toma en serio y parte a una densa zona de toda densidad cargando bajo el brazo un enorme bolso con una indescifrable (e interminable) cantidad de cervezas que de algún modo conservan el gas.

Durante su también indescifrable cantidad de días en Vietnam Chickie se irá encontrando con varios de sus amigos del barrio, quienes lo irán «despabilando» respecto a lo que sucede en la zona, se enterará que otros ya no están ahí y, en el que quizás sea el único gag que funciona, el tipo será confundido con un agente de la CIA en un plan secreto. Es que nadie imagina que alguien esté llevando cerveza a través de Vietnam en serio. Se lo toman como una «actuación» y, de hecho, cada vez que Chickie dice que es un turista los demás parecen guiñarle el ojo y decirle, «ajá, entiendo».

THE GREATEST BEER RUN EVER es una película episódica, de encuentros y desencuentros, de choques, accidentes, escenas simpáticas que luego se vuelven brutales, de supuestas revelaciones (respecto a lo que está sucediendo realmente allí) y de muchas canciones de la época que son muy buenas pero que raramente funcionan. De vuelta, ahí va la cuestión del tono. Les recomiendo que presten atención al uso de la canción «Cherish» en medio de una cruenta escena y verán a lo que me refiero.

El otro «nombre» del reparto es el de Russell Crowe, que encarna a un fotógrafo de la revista Look apostado en Vietnam. Es uno de los que no entiende de qué va el tontuelo de Chickie, pero tras una serie de peripecias, empieza a tomarle cariño. Es que, más allá de su postura política de limitada comprensión del hecho y de sus complejidades, no hay duda que se trata de un buen tipo que está tratando de llevarles un poco de alegría, ayuda y amabilidad a los soldados, especialmente a sus amigos del barrio.

Pero la película, de más de dos horas de duración, se vuelve tediosa, bastante banal, no consigue ir mucho más allá de lo que se adivina de entrada y lo que se vuelve más interesante es ver cambiar de forma el bigote de Zac o escuchar su cerrado y raro acento que quizás sea irlandés de la Nueva York de entonces o quizás sea un invento propio. Al final la película termina pareciendo tan bobalicona como el personaje, aunque una con seguramente mejor gusto musical a la hora de elegir canciones de la época.

Si bien fue filmada en parte en el este asiático, por momentos THE GREATEST BEER RUN EVER parece haber sido rodada por completo en estudios ya que su prolija y elegante fotografía es puro cuento de hadas. Y si bien es cierto que eso remarca que lo que vemos no es otra cosa que una fábula –que sucedió, sí, pero fábula al fin–, la decisión le quita aún más credibilidad a todo el asunto. Más que una película, es una cápsula de tiempo coloreada, un «globo de nieve» navideño en el que se lee, abajo y chiquito, Guerra de Vietnam.