Festival de San Sebastián 2022: crítica de «Diarios», de Andrés Di Tella (Tabakalera-Zabaltegi)

Festival de San Sebastián 2022: crítica de «Diarios», de Andrés Di Tella (Tabakalera-Zabaltegi)

por - cine, Críticas, Festivales
19 Sep, 2022 04:39 | Sin comentarios

Esta mezcla de documental y film-ensayo presenta escenas, imágenes y reflexiones del realizador tomadas fundamentalmente durante la pandemia y combinadas con una breve presentación en vivo.

Un diario personal hecho en pandemia con materiales filmados en el momento pero también a partir de otros comentados y analizados, combinado con una breve y performática participación del propio director en la sala, DIARIOS es un proyecto pequeño, curioso y reflexivo de parte del realizador de FICCION PRIVADA en el que expone sus preocupaciones, miedos y pequeñas alegrías vividas en los momentos más duros del confinamiento mezcladas con comentarios acerca de su historia personal y familiar.

El modo más estrictamente «diario» de la película tiene un carácter por momentos más experimental y observacional, con Di Tella posando su cámara en lugares, objetos, paisajes, sin más justificación narrativa que ser parte de su serie de observaciones realizadas antes y durante la pandemia. DIARIOS se arma a partir de entradas numeradas como una suerte de collage, de rejunte de retazos de algunos viajes, recuerdos familiares y el registro ya clásico del realizador de acercarse a su propia historia.

A la vez, a eso se le suman materiales de archivo no propios (hay un clip musical con Nina Simone, una serie de videos centrados en una canción militante de la revolución de los claveles en Portugal) y, una vez en pandemia, entradas marcadas por fechas que traen a la memoria los momentos más intensos del inicio de las cuarentenas, con una ciudad fantasma, imágenes televisivas shockeantes y la reformulación de la intimidad familiar.

Casi como si fuera un «plus» de DIARIOS, el propio director aparece en un par de ocasiones en vivo sentado al costado de la pantalla, iluminado con un velador, leyendo otras entradas de sus diarios, más reflexivas y hasta tarareando canciones. Desconozco si este aporte se mantendrá en cada presentación de la película, pero aquí funciona muy bien, dándole no solo un ángulo extra-cinematográfico sino hasta por el carácter íntimo y hasta amargo de algunas de sus reflexiones.

Es una película de su momento, algo que se nota mucho en la voz en off claramente preocupada por lo que está sucediendo y por un futuro que se imagina muy complicado y distinto a lo que era la vida prepandémica. En el contexto de un festival –y, a esta altura, casi un mundo– pospandémico parece un viaje extraño a un pasado reciente, uno que muchos preferirían olvidar. Ver esas imágenes, poco más de dos años después, da la sensación de que estamos ante un complicado proceso que no entendemos muy bien y una herida que todavía no cerró del todo.