Estrenos online: crítica de «Free Chol Soo Lee», de Julie Ha y Eugene Yi (MUBI)
Este documental se centra en el caso de un joven inmigrante coreano a los Estados Unidos que es apresado en 1973 por un crimen que no cometió y los años de lucha para liberarlo. Estreno del 7 de octubre en MUBI.
El género true crime tiene distintas variantes pero en general se especializa en casos no resueltos o personas que fueron encarceladas de maneras aparentemente injustas. El caso de Chol Soo Lee no es estrictamente parte de ninguna de esas dos tendencias sino de una tercera a la que podríamos denominar de «injusticia racial». Su caso, famoso en los años ’70, se suma al de muchos otros que fueron encarcelados de una manera racialmente insensible por parte de policías, investigadores, jueces y jurados que, por decirlo de manera directa, creen que todos los inmigrantes asiáticos son iguales.
Chol Soo Lee era un joven coreano que vivía en San Francisco en los años ’70. Inmigrante de Corea tras una dura y difícil infancia ligada a la ausencia de la madre, su casamiento con su soldado norteamericano y otras complejas vueltas, Chol se convierte en un joven bastante solitario en una época en la que había muy pocos coreanos en esa zona ya que, como su nombre lo indica, el «Chinatown» de esa ciudad estaba (y sigue estando, en buena medida) poblado por personas de ascendencia u origen chino.
En 1973 hay un asesinato de orden mafioso en las calles de Chinatown –había muchos casos así en ese entonces– y por circunstancias casuales Lee queda involucrado aunque nada tenía que ver, entre otras cosas, porque un joven coreano raramente se codeaba con el bajomundo chino. Pero un grupo de testigos (blancos) lo «reconocen» y, por algunos datos extra (el tenía en su poder el arma o una similar a la usada y ninguna coartada), rápidamente lo juzgan y lo condenan de por vida. Y a eso habrá que sumarle luego que, una vez en prisión, al quedar en medio de un enfrentamiento entre bandas latinas y neonazis termina matando a otro preso, aparentemente en defensa propia. ¿Conclusión? Pena de muerte.
Pero de a poco, por fuera de la cárcel, un periodista coreano-americano llamado Kyung Won Lee empieza a investigar la historia y a darse cuenta lo endeble del caso, de la investigación y de la condena. Eso lleva a una nota periodística muy comentada en las comunidades asiáticas de California y, para mediados de los ’70, nace un verdadero movimiento masivo cuyo nombre da título al film, un enorme grupo de abogados, militantes, jóvenes inmigrantes y personas que tratan de que liberen a este hombre enredado en un sistema legal tramposo e injusto del que no parece poder salir.
Ese es el planteo de FREE CHOL SOO LEE, documental de Julie Ha y Eugene Yi que cuenta con muy buenos materiales de archivo de la época más entrevistas de entonces y de ahora, declaraciones de Lee de varias épocas y de muchos otros participantes y algunas reconstrucciones del caso. No será demasiado original el sistema y la construcción pero el documental avanza con la energía, la potencia y la bronca que emana de lo que parece ser una evidente injusticia.
La vida de Chol Soo Lee tendrá varios giros y vuelcos más, que conviene no adelantar, y más allá de triunfos, derrotas, circunstancias, idas y vueltas, celebraciones y tristezas, su vida se convirtió en una historia más trágica que otra cosa. Y todo a partir de un grosero error de un sistema en el que las autoridades, en pos de «limpiar las calles de Chinatown», decidieron literalmente encerrar al primero que encontraron y que podían inculpar. Dentro del modelo true crime, lo que se destaca en FREE CHOL SOO LEE es fundamentalmente eso, la manera en la que una injusticia desata una serie de circunstancias terribles en la vida de una persona. Y, aún habiendo algunas salidas, todo va encaminado hacia un destino complicado.
El documental no lo analiza demasiado, pero también hay otro efecto interesante de pensar acá, ligado a qué es lo que sucede una vez que esas «causas célebres» que se vuelven populares, movilizan a gente y llegan a los medios pasan de moda y se olvidan. Lee fue una celebridad por un tiempo, pero luego debió seguir viviendo. Y todos aquellos que estuvieron reclamando por su liberación (no todos, pero la mayoría) rápidamente siguieron con sus vidas y se olvidaron de él. Y de ese otro capítulo de la vida de las personas con «quince minutos de fama» muy pocos se ocupan y casi nadie se hace cargo. Y suelen ser los más trágicos.
