Festival de Mar del Plata 2022: crítica de «Sobre las nubes», de María Aparicio

Festival de Mar del Plata 2022: crítica de «Sobre las nubes», de María Aparicio

por - cine, Críticas, Festivales
06 Nov, 2022 09:21 | Sin comentarios

La nueva película de la directora de «Las calles» cuenta cuatro historias de personajes que atraviesan complejas situaciones personales en la ciudad de Córdoba.

Cuatro «historias sencillas» que se desarrollan en Córdoba capital cuenta SOBRE LAS NUBES, la nueva película de la directora de LAS CALLES en un melancólico –como el tono del film– blanco y negro. Cada una de ellas va por caminos separados y apenas se cruzan en el marco de la geografía de la ciudad, de la que termina siendo una suerte de triste pero gentil retrato, al menos de su clase media económicamente «empobrecida». Se trata de una película sensible, cálida, discretamente poética y que produce la sensación de estar viendo a un grupo de personas atravesar momentos de su vida –algunos importantes, otros cotidianos– unidos por las nubes que lo cubren todo desde el cielo o por un eclipse, que un día, lo oscurece todo por un rato antes de que vuelva a salir el sol.

Si bien evoca al tipo de retrato, a modo de cuentos cortos unidos por un eje común, que se hacen en películas como CRASH o CIUDAD DE ANGELES, el tono que plantea Aparicio es completamente distinto al de esos ejemplos. No solo por el hecho de que las historias no se cruzan sino porque no hay aquí ningún atisbo de violencia, conflicto dramático intenso ni crueldad. SOBRE LAS NUBES –una de las mejores películas argentinas del año, premiada ya en diversos festivales- es una película gentil y amable sin ser especialmente luminosa. Es cálida más allá que algunos de los personajes vivan situaciones difíciles. Y es algo así como ligera sin ser liviana, ya que lo que se cuenta por momentos es doloroso pero se lo hace desde una mirada desprovista de crueldad.

Los personajes (interpretados por una mezcla de actores profesionales y los que no lo son) son Nora (Eva Bianco), una mujer que trabaja en un hospital como instrumentadora quirúrgica en horarios cruzados con su marido, con el que se ve poco y con el que parece tener una relación amable pero no particularmente íntima. Su historia estará marcada por la decisión de empezar a hacer un curso de teatro, algo que la saca un poco de la rutina cotidiana, en la que lo más intenso que parece vivir es la pérdida de su reloj. Ramiro (Leandro García Ponzo) es un joven tímido –o eso parece– que trabaja cocinando en un bar local. No es cocinero ni especialista en la materia, pero se las rebusca haciendo una salsa que aprendió de su madre. A lo largo de su sección de la historia se lo verá conectándose con un kiosquero vecino, andando en bici por la ciudad, probando trucos de magia y quedándose encerrado en el local, dejando algunas revelaciones para el final.

Hernán (Pablo Limarzi) la tiene difícil porque, cerca de los 50, se ha quedado sin trabajo y vive solo con su hija. Se ocupa de buscar empleo pero le resulta complicado, se nota a sí mismo fuera del «sistema», algo que queda en evidencia en una curiosa entrevista de trabajo en la que siente que no entiende nada de lo que le están preguntando. Pero más allá de esa dolorosa circunstancia, su eje pasa por la cálida relación que tiene con su hija, con la que planea ver el eclipse que llegará a la ciudad y que no se puede mirar directamente sin algún tipo de protección visual. Lucía (Malena León), en tanto, es una chica un tanto solitaria de unos treinta años que trabaja en una librería y sus días se pasan entre el descubrimiento de libros (de algunos se leen fragmentos en voz alta) y un romance un tanto desangelado que la deja un tanto decepcionada.

Se podría decir que son cuatro mediometrajes entre los que vamos yendo y viniendo a lo largo de los 144 minutos de duración, pero esa no es la sensación que transmite SOBRE LAS NUBES. Por un lado, hay elementos que comunican a todos. Los más directos son el eclipse y la llegada del Año Nuevo. Y una más indirecta –y que funciona bien más allá de sus características un tanto «guionadas»– es la presencia de una chica que se va cruzando de distintos modos y con distintas «funciones» en las vidas de todos los demás. Una suerte de poético y musical ángel guardián que pareciera tener la ciudad y que de algún modo sobrevuela la vida de los demás de un modo casi protector.

SOBRE LAS NUBES está atravesada por la tristeza, pero una que no alcanza a abrumar. Aparicio asume esa suerte de melancolía como un estado natural, existencial, y no lo convierte en algo denso ni agobiante. Los cuatro protagonistas pueden ser seres solitarios atravesando circunstancias complicadas en sus vidas y que tienen pocos momentos de felicidad –en el sentido convencional de la palabra– pero que van atravesando las dificultades que les presenta la vida de la mejor manera posible. Poniéndole el cuerpo, avanzando (sus idas y vueltas por la ciudad son ejemplificadoras) y encontrando pequeñas conexiones emocionales y humanas que los ayudan a que el día a día se les haga más apacible.

Pequeños gestos dicen mucho más que grandes palabras en la encantadora sinfonía en acordes menores que es esta bella película. «Estuve triste pero ya estoy mejor», escribe un personaje en una carta enviada a alguien que hace mucho no ve. Otra mira a su pareja trabajando y, sin decir palabra alguna, uno entiende todo lo que pasa ahí. Y otro ve cómo su hija se queda dormida en su pecho mientras suenan los fuegos de artificio de fin de año. Quizás, todo lo importante de una vida esté en esos pequeños momentos robados al tiempo.