Festival de Mar del Plata 2022: crítica de «There There», de Andrew Bujalski

Festival de Mar del Plata 2022: crítica de «There There», de Andrew Bujalski

por - cine, Críticas, Festivales
09 Nov, 2022 12:17 | Sin comentarios

Esta película, rodada en condiciones muy especiales en la etapa más estricta de restricciones del COVID, se compone de seis escenas, todas ellas conversaciones entre distintos personajes conectados entre sí.

De todos los ejemplos de cine hecho en la etapa inicial de la pandemia, acaso el de Andrew Bujalski sea uno de los más peculiares. Por un lado, es una película que no incluye en su temática la pandemia (o cualquier excusa que justifique el dispositivo elegido) ni nada parecido. Pero, por otro, es un film hecho en función de las limitaciones de las cuarentenas y el aislamiento social de la época. ¿Cómo? Bueno, de eso se trata, en parte, el asunto.

La película del director de SUPPORT THE GIRLS se compone de seis escenas, conversaciones fundamentalmente, casi todas ellas diálogos entre dos actores, a la manera de pequeños ejercicios teatrales que duran entre 10 y 15 minutos cada uno y que parecen desconectados entre sí más allá de que algunos personajes aparecen en dos de ellos. De a poco, sin embargo, uno va dándose cuenta del carácter bastante experimental del asunto.

Los actores parecen estar en el mismo lugar físico pero es evidente que no es así, al punto que Bujalski no intenta disimularlo demasiado, ya que los espacios son relativamente parecidos pero no lo suficiente como para que no se note «el truco». Al filmar estas conversaciones a modo de plano y contraplano, si bien los personajes interactúan entre sí en el mundo real (con alguna excepción), cada actor está en un espacio físico distinto. La magia del cine, que le dicen, solo que generada a partir de las limitaciones de la época.

Si uno logra pasar todo eso por alto –además del hecho de que parece evidente que cada uno se filmó a sí mismo por lo cual los planos no son necesariamente muy «profesionales» que digamos– con lo que se encontrará, curiosamente, es con un drama bastante más convencional, a mitad de camino entre el mumblecore que hizo famoso el director en sus primeros films como FUNNY HA HA y MUTUAL APPRECIATION y al que ya parecía haber dejado en el camino, y uno de esos dramas con personajes que se entrecruzan de maneras inesperadas, un formato un tanto más tradicional.

La primera escena tiene como protagonistas a Lili Taylor y Lennie James como un hombre y una mujer «maduros» que comparten una mañana después de una exitosa cita. En la segunda, el personaje de Taylor –que ahí revela más cosas sobre ella– se juntará con una amiga (Annie LaGanga) en un café que, claramente, no es el mismo que el que está ella, aunque pretendan que sí lo es. En un punto es simpático que Bujalski no haya intentado usar efectos especiales u otro formato (que un actor vaya en un momento y otro en otro al mismo lugar, digamos) y que deje en evidencia «el truco de magia», pero por otro se hace un tanto difícil engancharse «realmente» con lo que pasa, ya que no se produce nunca la famosa suspensión de la incredulidad, que para este tipo de películas es necesario.

El tercer y mejor bloque es un enfrentamiento entre el personaje de LaGanga –mucho más agresivo acá que en el segmento anterior– con una maestra (Molly Gordon) que le da clases a su conflictivo hijo adolescente. El cuarto presentará dos nuevos personajes (Jason Schwartzman y Avi Nash), esta vez sí conectados vía zoom –lo cual lo hace más creíble todo, convengamos–, que trabajan en una compañía online que se relaciona con eventos mencionados previamente. En el quinto el personaje de Schwartzman tendrá una conexión, digamos, «fantasmagórica» con una persona mayor y en el último, digamos, se conectarán algunos de los personajes vistos antes en una (o varias, en realidad) cervecería.

Más allá del dispositivo, se trata de un drama simple y no particularmente interesante acerca de esta media docena de personajes, sus miedos, mentiras y contradicciones, las distintas maneras de relacionarse con otros en función del rol que cumplen en cada caso y los gestos (algunos crueles y agresivos, otros nobles y generosos) que tienen con sus pares, sean amigos, empleados, familiares o parejas. THERE THERE, sin embargo, no está ni ahí ni acá, funciona en un limbo cinematográfico que es más simpático de contar como experimento que ver en acción.