Estrenos online: crítica de «The Beta Test», de Jim Cummings y PJ McCabe (HBO Max)
El actor/director interpreta a un ambicioso agente de Hollywood que trata de investigar si el misterioso encuentro sexual que tuvo pudo haber sido una trampa para arruinar su carrera. Estreno de HBO Max.
En otras manos, una trama como la de THE BETA TEST podría dar como resultado un thriller erótico de suspenso más o menos tradicional. En medio del mundo de Hollywood, sí, pero usando las convenciones típicas de ese tipo de relatos. No en las de Jim Cummings. Al ver la escena inicial, nada nos hace pensar que estamos ante algo poco convencional. El film comienza con una escena propia de un film de Brian de Palma en la que una mujer llama al 911 para denunciar un acto de violencia en su edificio, luego le confiesa a su pareja que ha tenido un encuentro sexual con otro hombre, pero el tipo la mata cruelmente antes de que llegue la policía.
Hasta ahí, el thriller clásico. Pero en la siguiente escena aparece el director y protagonista, Jim Cummings, y uno ya sabe que esto abandonará rápidamente los carriles convencionales. ¿Por qué? Si uno vio sus anteriores dos películas sabrá que Cummings es un intérprete muy particular y en sus películas da rienda suelta a ese lado salvaje, entre violento, agresivo y perturbado que lo caracteriza, una especie de Jim Carrey enojado, lejos de cualquier naturalismo y afabilidad. Lo que hizo en THUNDER ROAD y THE WOLF OF SNOW HOLLOW –en ambas interpreta a agentes de la policía, ya que su agresividad le cae como anillo al dedo a ese tipo de personajes– lo repite aquí, pero en la piel de un agente de Hollywood, otro tipo de personaje irritante y creído.
Cummings es Jordan Hines, un agente siempre tenso, ansioso y al borde del ataque de nervios que está a punto de casarse con Caroline (Virginia Newcombe). En su compañía está lleno de inconvenientes y problemas de trabajo pero nada se compara con la misteriosa carta que recibe un día en su correo, la misma que vimos en la escena inicial. Es una invitación a un encuentro sexual muy específico y secreto «sin compromisos» y, en lugar de descartarlo, el hombre se tienta y sigue el juego. Eso involucrará una escena propia de OJOS BIEN CERRADOS: un encuentro sexual a ciegas que le resulta fascinante. El problema es que, una vez que se va del cuarto de hotel, no tiene manera de contactarse con la mujer en cuestión.
Hines empieza ahí a enloquecer, a buscarla por todos lados (se hace pasar, obviamente, por policía) y a creer encontrarla en cualquier mujer que se le cruza, produciendo varias situaciones incómodas y encontronazos con desconocidos, empleadas y hasta malos entendidos con su novia. A la vez, algunas personas alrededor suyo están siendo asesinadas por la misma situación y Jordan corre algún tipo de peligro también, ya que quizás todo se trate de una trampa para que el hombre termine «cancelado» y arruinado. Todo eso, claro, en medio de problemas en la empresa (hay conflictos entre agentes y guionistas), lo que va generando que Jordan se vuelva cada vez más ansioso y salvaje, alienando a casi todos a su alrededor. Solo su amigo PJ (PJ McCabe, codirector de la película) sabe lo que pasa e intenta ayudarlo. Algo que probará ser muy difícil.
LA PRUEBA BETA (tal su título en castellano) toma del thriller erótico el formato pero se va ampliando hacia otros temas, no solo a la crítica al mundo de Hollywood sino también a las manipulaciones de los algoritmos digitales y de las redes sociales, algo directamente ligado al misterio en el que se ve envuelto. La película de Cummings es, también, una inteligente mirada a ese tipo de «masculinidad tóxica» que personajes como el suyo personifica. Más de una vez la película hace referencia a cómo eran las cosas «en los tiempos de Harvey» (por Weinstein), algo que los cínicos agentes de Hollywood que se ven acá parecen extrañar.
Todas las películas de Cummings van por ese lado, presentando a personajes agresivos e intratables que viven disculpándose y arrepintiéndose de sus actitudes para luego volver a hacer lo mismo otra vez. Como realizador, tiene algo similar a su personaje. Sus películas son nerviosas, su edición agitada y avanzan con la misma brusquedad y velocidad que sus protagonistas. Lo que por momentos uno olvida es que la película bordea todo el tiempo la comedia. Agresiva y cínica, en ocasiones hasta desagradable, pero comedia al fin. Una mirada áspera y crítica al mundo de Hollywood y del Big Data de manos de un actor/director que uno ama odiar. O viceversa.