Estrenos online: crítica de «El menú», de Mark Mylod (Star+)

Estrenos online: crítica de «El menú», de Mark Mylod (Star+)

Anya Taylor-Joy y Ralph Fiennes protagonizan esta negra comedia de suspenso que transcurre en un exclusivo restaurante en el que el chef les tiene preparada unas sorpresas a los comensales. Desde el 18 de enero en Star+.

En los últimos años, gracias a las cada vez más pretenciosos, exclusivos y caros menús de ciertos restaurantes, se ha vuelto una broma común burlarse de ellos. La imagen ya icónica, al menos en la Argentina, de una empanada servida adentro de un vaso y con una descripción exótica de sus contenidos sintetiza todo esto. EL MENU se mete en un mundo aún más exclusivo y sofisticado que aquel en plan comedia negra, que es más ingeniosa como idea que como, digamos, plato servido al comensal de turno.

En Hawthorn cobran 1250 dólares por persona y ofrecen una exclusivísima propuesta. Es un restaurante ubicado en una isla alejada de todo, a la que se accede solamente mediante un barco privado, y allí comen solo doce personas. Es una cena de muchos platos, craneada por el Chef Slowik (Ralph Fieness), un ultra-famoso y muy exigente cocinero que trabaja solo con materiales existentes en la propia isla: algas, plantas, rocas, animales, lo que sea. Todo es exótico, sofisticado y, sí, ínfimo. Pero todo el mundo parece disfrutar la propuesta. Bueno, no todos.

Margot (Anya Taylor-Joy) es la chica que acompaña al restaurante a Tyler (Nicholas Hoult), quien hizo la reserva y quien está obsesionado con la cocina de Slowik. Ella no tiene que ver con ese mundo de ricos y foodies (pronto se revela que reemplazó a la ahora ex novia de Tyler, que es la que originalmente iba a ir) y toda esa parafernalia le parece un poco absurda. Además de ellos, los doce «elegidos» para esa cena (ya veremos que la conformación del grupo no es casual) son tres ejecutivos de una empresa de tecnología (Arturo Castro, Rob Yang y Mark St. Cyr), un famoso actor de Hollywood cuya carrera está en decadencia y su asistente (John Leguizamo y Aimee Carrero), una crítica gastronómica y su editor (Janet McTeer y Paul Adelstein), una pareja de aburridos millonarios (Reed Birney y Judith Light) y una mujer sola cuya identidad se revelará más adelante.

Tras un recorrido por la isla en la que se les muestra el proceso de preparación, materiales y, de lejos, la misteriosa casa de Slowik, la cena parece desarrollarse dentro de carriles normales, al menos dentro de este particular tipo de servicio. Sí, el Chef es excéntrico y va presentando cada plato con curiosas historias, anécdotas y comentarios, pero se han visto cosas peores. Los platos son casi ridículamente extravagantes, pero tampoco estarían tan fuera de lugar en establecimientos de este tipo. Y las conversaciones entre los comensales van dando a conocer un poco quién y cómo es cada uno de ellos. Hasta que se presenta un plato que, claramente, deja en claro que Slowik esconde algún secreto y que tiene un plan armado para los que están ahí reunidos. Algo que tendría un título perfecto si no fuera un tanto spoileador.

EL MENU se irá volviendo más y más oscura con el correr de los minutos y de los platos, que son presentados con algunos graciosos carteles en pantalla. La trama incluye cuestiones ligadas a la historia de cada personaje (o de algunos de ellos) y la relación que tienen con Slowik, pero en un sentido más general es una suerte de mirada crítica a este mundillo gastronómico, a las presiones existentes y a las diferencias entre los que comen y los que sirven hasta conformar una extraña comedia socioeconómica de características casi «buñuelianas».

El problema de la película de Mylod (un director que viene trabajando en series importantes como SUCCESSION o JUEGO DE TRONOS) es que, si bien tiene momentos divertidos y otros ingeniosos, por momentos se siente un tanto mecánica, con algunas inconsistencias de guión (hay personajes y situaciones que prometen ser importantes y desaparecen, y hay un gran agujero negro respecto a las actitudes y motivaciones del grupo de cocineros que trabajan para el Chef) y algunos apuntes ya utilizados, casi del mismo modo, en otras películas conocidas sobre chefs.

Todo lo mejora el talento de los protagonistas, especialmente del cada vez más siniestro Fiennes y la decisiva Taylor-Joy, que se conforma en su particular antagonista. McTeer y Leguizamo ofrecen momentos graciosos y un rol clave le toca a Hong Chau, que interpreta a Elsa, la «mano derecha» del chef. Se trata de una comedia afilada e ingeniosa que empieza a volverse un tanto obvia cuando se van revelando sus secretos y la confusa filosofía social que la sostiene. No será «comida recalentada» (nadie ahí comería algo así), pero el menú no es tan redondo ni completo como parecía cuando sirvieron el primer plato.