Estrenos online: crítica de «El estrangulador de Boston», de Matt Ruskin (Star+)

Estrenos online: crítica de «El estrangulador de Boston», de Matt Ruskin (Star+)

Este drama policial se centra en dos periodistas de investigación que trabajan en el famoso caso de un asesino serial que aterrorizó a las mujeres en Boston en los años ’60. Con Keira Kneightley, Carrie Coon y Chris Cooper. Por Star+.

Años atrás, quizás décadas, antes de la aparición de las plataformas de streaming, títulos como EL ESTRANGULADOR DE BOSTON eran habituales estrenos en salas cinematográficas. Estamos hablando de un policial sobre un famoso asesino en serie con un elenco de destacados actores (Keira Knightley, Carrie Coon, Chris Cooper, Alessandro Nivola, Bill Camp y Morgan Spector, entre otros), una cuidada reconstrucción de época y un interesante ángulo para analizarlo ligado a las dos periodistas que más hicieron por dar a conocer el caso y despabilar a una institución policial que no parecía dar en la tecla con lo que estaba sucediendo en la ciudad, allá por 1963. Ahora estas películas –o muchas de ellas– llegan directo por plataformas, lo cual puede ser visto de dos maneras: como un fracaso para las salas o como la única posibilidad de que este tipo de cine se siga haciendo.

Es que sin las plataformas, películas como EL ESTRANGULADOR DE BOSTON ya se habrían dejado de hacer hace tiempo. Es cierto que, de haber sido una obra maestra o una extraordinaria película, seguramente su productora hubiera hecho el esfuerzo de probar suerte en salas. No, el film de Ruskin no lo es, pero sí es un eficiente y serio policial que intenta un delicado acercamiento al tema –oscuro, más de investigación periodística que estrictamente policial– sin intentar pasarse al lado del thriller, el suspenso o la acción. Salvo un par de mínimas situaciones, la película opta por mantenerse fuera del lado más morboso y espectacular de esos crímenes. Y en un punto está bien que así sea, por más que eso achate un poco la tensión de lo que se ve en pantalla.

Los modelos de Ruskin son claros: TODOS LOS DIAS DEL PRESIDENTE, ZODIACO y otras películas de investigación que ponen más el acento en la tensa relación entre el trabajo de periodistas y de policías que en la operatoria del criminal. En este caso, los problemas iniciales son entre los propios periodistas. Loretta McLaughlin (una muy seria Knightley) es una reportera del Record-American que trabaja en la sección femenina del periódico, como la mayoría de las periodistas mujeres lo hacían en esa época, a principios de los ’60. Ella no quiere solo escribir sobre el funcionamiento de lavadoras o heladeras, pero su editor (Cooper) no la tiene en cuenta para otras cosas. Hasta que la mujer empieza a conectar los puntos entre una serie de asesinatos de mujeres adultas mayores en Boston que tienen algunas cosas en común y al hombre no le queda otra que darle la tarea.

La película sigue a McLaughlin durante la investigación, presentando los conflictos que le genera en el frente hogareño (si bien su marido es comprensivo al principio, pronto las cosas se complican) y las dificultades que tiene para ser tomada seriamente tanto en el propio periódico como en el mundo de la policía y de las famosas «fuentes» de información. Como sus jefes la ven demasiado inexperta para manejar el tema, le suman a Jean Cole (la siempre excelente Coon), una periodista con más experiencia en estos mundillos, con la que arma una dupla que empieza siendo complicado pero pronto prueba ser muy efectiva.

Es así que durante la primera mitad o un poco más de los 112 minutos que dura la película, estamos ante una clásica situación en la que una investigación avanza mientras los crímenes se cometen al mismo tiempo, lo que lleva a que toda la ciudad de Boston –en especial las mujeres de la edad de las asesinadas– esté tensa, en vilo, nerviosa. Lo que frustra un poco luego el caso, y afecta también a la película, es que en cierto momento las cosas cambian en el patrón criminal y en la investigación, lo que termina enredándolo todo, inclusive el ritmo y la narración del film. De allí en adelante EL ESTRANGULADOR DE BOSTON perderá un poco el eje y entrará en una confusión que, en un punto, es similar a la de la propia investigación, cuyos resultados siguen siendo debatidos hoy (Nota: si quieren leer sobre el caso real, Spoiler Alert, pueden entrar acá)

Al ser un thriller de procedimiento y recolección de información más que uno de suspenso, la película no busca necesariamente el impacto visceral que uno podría esperar de un thriller sobre un posible asesino en serie que mata brutalmente a varias mujeres. De esos hay muchos también en las plataformas. Ruskin fue por otro lado, buscando un modo de relato similar al usado por Pakula o Fincher. Acá casi no se muestran los crímenes en sí y, salvo un par de situaciones, no se ven fugas, corridas ni disparos.

Es, más que cualquier otra cosa, un drama centrado en una mujer como McLaughlin (Cole parece de entrada ya más ubicada en el mundo masculino de los periodistas «con calle») que tiene que luchar primero por ser tomada en serio por sus pares, luego por la policía y todo el mundillo que rodea a las secciones policiales de los diarios –informantes, soplones, abogados, directores de cárceles y así– y también por su propia familia. Ah, y además tiene que investigar quién o quiénes está/n matando mujeres en Boston y alrededores.

EL ESTRANGULADOR DE BOSTON es una correcta e inteligente película que no llega a ser lo apasionante que debería (digamos, Ruskin no es Fincher ni Pakula, al menos por ahora) pero que se necesita como parte de la programación cinematográfica y de las plataformas. Entre tanto sobresaltado estreno derivado de algún comic y decenas de títulos muy menores que se olvidan así como aparecen, los sobrios entretenimientos para adultos como este hoy parecen haberse abandonado o solo existir como series de ocho o diez episodios. Y no todas las historias precisan de tantas horas del tiempo del espectador. A veces, con 110 minutos alcanza. Bah, con un poco menos también…