Estrenos: crítica de «Tres hermanos», de Francisco J. Paparella

Estrenos: crítica de «Tres hermanos», de Francisco J. Paparella

por - cine, Críticas, Estrenos
11 Abr, 2023 02:34 | Sin comentarios

Los protagonistas de este drama que transcurre en la Patagonia son tres torturados y complejos hermanos que lidian con problemas personales, familiares y laborales en medio de un clima hostil.

La masculinidad tóxica brota, en todo su desagradable esplendor, en esta brutal e intensa película del realizador de ZANJA, un retrato de tres hermanos que viven en lo profundo de la Patagonia y que lidian con distintos tipos de violencia, muchas de ellas causadas por traumas familiares o inseguridades personales. Es un film áspero, intenso, casi un western sureño que transcurre en regiones heladas, despobladas, donde las tensiones laborales se mezclan con las nacionales (entre argentinos y chilenos) y las sexuales.

Los hermanos en cuestión lidian con distintos problemas. Uno no ha podido superar el trauma de la muerte de su madre –que puede haber sido un suicidio para escapar a su violento marido–, consume cocaína constantemente y tiene una hija a la que no conoce con una mujer que no quiere verlo. Otro, que maneja el aserradero en el que trabajan, trata de cortarse solo en el negocio sin prestar atención a las recomendaciones de su experto tío y lidia, además, con un problema de salud en un testículo que no pinta nada bien. El tercero y más joven, ama el metal y es un tanto violento: con sus hermanos, con su novia, con todo aquel que lo mira torcido.

Son tres ejemplares en bruto, literalmente, de esa mentada toxicidad. Heredada por generaciones de trabajadores rústicos y duros en un ambiente difícil, pero toxicidad al fin. Pero los tres tienen un enemigo peligroso que combatir que es la propia naturaleza, que de alguna manera –metafóricamente bíblica– viene a hacer una especie de rara justicia con los personajes y con sus mundos. En una película en la que el barro, la lluvia y la nieve dominan el panorama, no es casual ni descabellado que el mayor problema (o, quizás, la mejor solución) pase por ahí.

TRES HERMANOS es una película intensa, violenta, en la que suena mucho metal (bandas locales como Malón, por ejemplo) y en la que los hombres creen poder dominarlo todo (y a todos) para luego darse cuenta que es imposible, que todo acto tiene sus consecuencias y que el mundo no se dobla en función de sus necesidades, impulsos y hasta temores. Por momentos sus actitudes son tan agresivas que cuesta hasta tolerarlos, pero a la vez es evidente que muchas de ellas vienen de más atrás y de limitaciones también ligadas a un universo que les exige ser una exaltación de la masculinidad.

Más allá de alguna escena dramática no muy bien resuelta (que revela las limitaciones de un elenco muy bueno en general pero con dificultades para esos momentos que requieren una mayor preparación actoral) y esa acumulación de factores que puede parecer un tanto subrayada, la película de Paparella capta muy bien la turbia belleza del lugar y tiene un nervio narrativo admirable, superior aún al de su opera prima y reminiscente de películas como FUGA DE LA PATAGONIA o TEMPORADA DE CAZA, por citar solo algunos títulos locales. Como decía la traducción local de un clásico estadounidense al que también TRES HERMANOS se le parece un poco, esta es una película que deja muy en claro aquello de que «la violencia está en nosotros».