Series: reseña de «Succession Ep. 4.5: Kill List», de Jesse Armstrong y Andrij Parekh (HBO y HBO Max)

Series: reseña de «Succession Ep. 4.5: Kill List», de Jesse Armstrong y Andrij Parekh (HBO y HBO Max)

Los ejecutivos de Waystar Royco viajan a Noruega con intenciones de cerrar el trato de venta de la compañía a GoJo, pero una vez allí suceden cosas inesperadas. Por HBO.

A mitad de camino entre LA CELEBRACION y MIDSOMMAR, el nuevo episodio de SUCCESSION transcurre en ese tipo de evento que todos aprendimos a temer: una gran reunión grupal en algún paraje de Escandinavia. Ya lo enseñaron los que filmaron allí antes: uno sabe cómo entra pero no cómo sale. Bah, si es que sale. Nadie muere en este episodio de la serie –ya tuvimos un muerto real que nos abrumará el resto de la temporada–, pero varios pueden llegar a perder la cabeza. Son negociaciones, finalmente. Todo es una cuestión de dineros y de conveniencias.

Resumiendo lo que es una larga y enrevesada trama de compras y ventas de empresas, de pagos de acciones y de otras internas maliciosas, cuando los tres hermanos y buena parte del plantel ejecutivo de Waystar RoyCo va a Noruega al evento anual de GoJo, la compañía de Lukas Matsson (Alexander Skarsgärd), se topan con la esperada elegancia escandinava en medio del bosque pero con un personaje que siempre parece alterarlos, sorprenderlos, sacarlos de lógica y contexto. Kendall y Roman van con sus lecciones aprendidas y el imprevisible sueco los espera con una sorpresa: quiere quedarse con toda la compañía.

Si recuerdan, la negociación armada por Logan antes de morir incluía venderle a Lukas todo menos ATN, su exitoso canal de noticias (una especie de Fox News). Y los hermanos ya tienen planes para unir ese canal a otro que piensan comprar y así armar un imperio informativo. Así que, si bien los números que ofrece Lukas son apetecibles, no saben bien qué hacer. ¿Le dicen que sí y listo? ¿Insisten en el paquete previamente acordado? ¿O rompen las negociaciones y se van de ahí?

Todo en Noruega es incómodo para los recién llegados. Sienten que los locales se burlan de ellos –de hecho, un poco lo hacen– y Tom no para de decir tonterías tratando de colocarse en medio de todo (Greg también, pero un poco menos). Es que el segundo ítem en importancia pasa por saber quiénes serán despedidos cuando se venda la empresa. Todos saben que una adquisición conlleva recortes pero a la vez quieren salvar su pellejo.

SPOILERS DE ACA EN ADELANTE

Todo parece ir de mal en peor y los hermanitos varones no saben qué hacer, no se deciden, dudan, hasta que al final se ponen de acuerdo en no vender. Y Lukas se aprovecha de la confusión, tensando la cuerda cada vez más. Finalmente, en lo que parece ser un golpe inesperado de gracia, es Shiv la que salva el asunto en una charla privada con Lukas en la que el hombre le cuenta algunas cosas demasiado íntimas. Apretando cuerdas, inteligentemente, sabiendo amigarse con él en lugar de confrontarlo, la chica saca el deal que ella quiere, que es vender ATN ya que el canal está quedando muy pegado al candidato político de derecha que compite en las próximas elecciones y es una forma también de quitarles poder a sus hermanos. Y, en una jugada muy inteligente craneada por ambos, les hacen creer a Roman y Kendall que fueron ellos los que lograron que Lukas suba el precio de lo que estaba dispuesto a pagar.

No solo eso. Es evidente que Shiv ayudó a armar la lista de despidos (ya verán a quienes salva y a quienes condena, y notarán que las mujeres han sido las más afortunadas) y que allí pesó algo que no se menciona pero que todos sabemos: su embarazo. Es un dato no menor en esta negociación ya que puede salvar a Tom de su aparente caída libre en la mirada de los demás. Luego de la marginación formal que los hermanos le hicieron pocos días atrás, en el velorio de su padre, la hija de Logan parece demostrar que ella es la que tiene las cosas más claras en el «equipo B». Y que los otros dos, al menos hoy, tendrán el control, pero que todo cambiará cuando la empresa esté en manos del psicópata escandinavo.

Del resto, ¿qué agregar? Diálogos feroces, un humor de acidez aún mayor al usual, una larga serie de errores y cringe moments de parte del equipo Royco y una sensación que parece contundente y que dice el propio Lukas: sin Logan son «una banda tributo», un montón de ejecutivos confundidos, temerosos y casi patéticos que dudan todo el tiempo y nunca saben bien qué hacer. Salvo Shiv, claro, dispuesta a sacar su Sanjuro interior, enfrentando a unos contra otros y saliendo victoriosa de la sangrienta batalla en el hielo nórdico.