Cannes 2023: crítica de «A Song Sung Blue», de Zihan Geng (Quincena de Cineastas)
Esta opera prima china se centra en una adolescente de 15 años que se hace amiga de una chica mayor, hija de la novia de su padre, y se obsesiona con ella.
Un coming-of-age con las particularidades específicas de China pero lo suficientemente universal como para tocar las fibras sensibles de cualquier adolescente que haya pasado por situaciones similares, A SONG SUNG BLUE cuenta unos meses en la vida de Xian, una chica de 15 años cuya madre se va al Africa por un año a trabajar y queda a cuidado de su padre, que está separado y al que ve poco. Es, queda claro de entrada, una relación distante y un tanto difícil, ya que el padre, fotógrafo, es un personaje un tanto expansivo y Xian es más bien todo lo contrario: tímida, discreta, de pocos amigos.
Todo empieza a tener mayor sentido para Xian cuando conoce a Mingmei, una chica de 18 años que es la hija de la novia de su padre. Mingmei es casi su opuesto: bella, seductora, gregaria y un tanto misteriosa. Para Xian es un impacto fuerte: la sigue, la admira, la copia y hasta se enamora de ella, algo que Mingmei por momentos usa. Mingmei, en tanto, se mete en sus propios problemas al salir con hombres más grandes y engancharse en relaciones que no siempre van por los mejores caminos.
A SONG SUNG BLUE pondrá el eje en esa relación, en cómo va cambiando la manera en la que Xian ve a Mingmei, en los momentos en los que se acercan y en los que se alejan, en la forma en la que Xian a veces la imita y en otros la mira extrañada, sin entender porqué actúa cómo actúa. Al ir conociendo más su historia familiar, entenderá algunas cosas. Algo parecido pasa con la relación que ella tiene con su padre y con un chico, compañero de colegio, que está pendiente de ella pero de un modo mucho más, si se quiere, «infantil», que de la manera en la que Mingmei se relaciona con los hombres.
Contada con una cierta melancolía por ese verano especial en la vida de muchos adolescentes, aquel en el que tomaron conciencia de ciertas realidades del mundo adulto, la opera prima de Geng es un sutil y por momentos fascinante viaje centrado en las emociones de la protagonista, una chica que observa el mundo con una mirada curiosa aunque en apariencia distante pero que, al querer participar en él siguiendo los «ejemplos» de sus mayores, muchas veces se equivoca. O actúa de modos que no le son del todo propios.
Es que Mingmei puede ser una chica fascinante y llevarse prácticamente puesta a la más pequeña e inocente Xian, pero como «modelo a seguir» va perdiendo su fascinación con el correr de los días y las semanas. En cierto punto, en esta muy buena película china, el aprendizaje que atraviesa la protagonista en A SONG SUNG BLUE tiene que ver con descubrir que, por detrás de eso que encandila, muchas veces hay tristeza, desencanto y soledad.