Cannes 2023: crítica de «Asteroid City», de Wes Anderson (Competencia)

Cannes 2023: crítica de «Asteroid City», de Wes Anderson (Competencia)

por - cine, Críticas, Festivales
23 May, 2023 09:33 | 1 comentario

Una reunión de jóvenes fanáticos de la astronomía y sus padres en un pequeño pueblo ubicado en medio del desierto, en el que hay un enorme cráter creado por un meteorito, es el centro de la acción de este extravagante relato del director de «Moonrise Kingdom».

Se sabe que la cinefilia se divide entre los fanáticos de Wes Anderson y a los que su cine les resulta insoportable, más apto para parodias de TikTok o falsos trailers hechos con Inteligencia Artificial que para tomárselo en serio. Estamos, también, los que tratamos de ubicarnos en una zona intermedia, aceptando su estilo y tratando de valorar sus resultados, película a película. Se trata de un grupo que raramente se pone de acuerdo y quizás eso vuelva a suceder con ASTEROID CITY, quizás el film más wesandersoniano de todos los del director, una que amarán sus fans, odiarán sus detractores y nos dejarán a todos los demás en extremo confundidos.

Mi sensación, a partir de un primer visionado de una película extraordinariamente compleja desde lo formal y complicada desde lo narrativo, es que no funciona del todo bien. Que la precisión de su sistema ha llegado a un nivel tal de prolijidad y especificidad que no parece haber nada que se asemeje a la vida real detrás de el teatro de marionetas en el que se ha convertido su cine. Su anterior película, THE FRENCH DISPATCH, era también así, pero por algún motivo –quizás mi nostalgia por cierto periodismo de la época analógica o por la reinvención coqueta de un mundo real– me fascinó. Aquí sentí todo el tiempo que estaba viendo a un grupo de amigos, actores famosos todos ellos, juntarse en un estudio y entretenerse jugando una suerte de función teatral para ellos mismos. ASTEROID CITY ya no es un film para fans de Wes Anderson, sino uno para los que trabajan en su película, casi como si fuera la más elaborada home movie de la historia del cine.

El edificio en el que se arma ASTEROID CITY tiene como piso un escenario teatral, en el que un maestro de ceremonias va presentando los distintos actos como si se tratara de partes de una obra para ser grabada y exhibida por TV que allí se va a representar. Y a juzgar por la manera en la que Anderson coloca la cámara, a modo de plano general desde un proscenio, bien podría serlo. De hecho, la escenografía de esa pequeña ciudad en la que se desarrolla la acción es la más claramente falsa de todo su cine, una especie de ciudad a lo TRUMAN SHOW que existe en una pecera dentro de esa otra pecera que es la habitual del cine del director de RUSHMORE.

¿De qué va la película? En los años ’50 hay una reunión de especialistas en fenómenos astronómicos ya que en ese pueblo hay un cráter creado por un meteorito que es una atracción turística y no solo para seres humanos. A la vez, de lejos, se ven ensayos y pruebas nucleares. Aquí hay unos cuartos de hotel, un restaurante, algunos negocios y los eventos en los que se estudian las temáticas en cuestión. Pero, más allá de algunas situaciones y «encuentros cercanos» en los que buena parte del casting se junta, la mayor parte del tiempo seguimos a los personajes por separado, viviendo cada uno diferentes situaciones.

Jason Schwartzman es lo más parecido a un protagonista, un hombre cuyo auto se queda allí y que viaja con su hijo adolescente y tres hijas más chicas a dejar las cenizas de su esposa, que acaba de morir. Es la parte más emotiva y que vuelve, episódicamente, sumándole luego a otros personajes, especialmente a Tom Hanks, como el padre de la esposa fallecida, y Scarlett Johansson como «la vecinita de enfrente» del hotel, una sufrida actriz que ensaya y con la que Schwartzman parece conectarse.

La reunión específica de los Junior Stargazers –niños entusiastas de la astronomía que vienen con sus padres– está liderada por una obviamente excéntrica doctora interpretada por Tilda Swinton y allí aparecen en breves o aún más breves roles actores como Matt Dillon, Steve Carell, Jeffrey Wright, Rupert Friend, Hope Davis, Maya Hawke, Margot Robbie y Liev Schreiber, entre otros. Y en cada nuevo acto de la obra (que pasa de su plano cinematográfico a uno más teatral/televisivo) se van sumando nuevos, empezando por el presentador (Bryan Cranston), siguiendo por quien escribe lo que supuestamente vemos (Edward Norton) y con apariciones posteriores de Adrien Brody, Willem Dafoe, Hong Chau y otros amigos de la casa.

Habrá alienígenas, robos de asteroides y cuarentenas y un tupperware con un rol importante y todos los movimientos de cámara ya parodiados de Wes uno tras otro, siempre con los grados justos, los ejes adecuados, la distancia correcta. Diorama, tableaux en movimiento, kabuki americano, teatro de marionetas: llámenlo como quieran. Es innegable que todo es muy creativo, ingenioso, por momentos divertido y muy elaborado, pero te deja frío y con la sensación de estar viendo algún tipo de lenguaje artístico que no es del todo cine y no es del todo teatro. Es Wes Anderson puro, más que nunca, en su propio planeta. Hermético y fascinante, fastidioso y lúdico, complejo y banal al mismo tiempo. Tómelo, déjelo o trate de desmenuzarlo, que quizás sea lo mejor que se puede hacer con películas como ASTEROID CITY.