Cannes 2023: crítica de «Chambre 999», de Lubna Playoust (Cannes Classics)
Este documental es una «secuela» de «Chambre 666», la película en la que Wim Wenders entrevistaba a importantes cineastas para preguntarles sobre el futuro del cine. Ahora una nueva generación de realizadores responde a las mismas y a nuevas inquietudes.
Durante el Festival de Cannes 1982 el cineasta alemán Wim Wenders armó un documental al que llamó con el número de la habitación del Hotel Martínez –un clásico hotel de la ciudad– en el que se hicieron las entrevistas: CHAMBRE 666. El sistema era simple: convocar a importantes cineastas de la época que en ese momento estaban en el festival, darles una lista de preguntas relacionadas con el futuro del cine y dejarlos solos frente a una cámara para que se explayen durante 10-12 minutos (lo que dura un rollo de 16mm.) al respecto. Luego Wenders editó el material, le armó una introducción y se dio a conocer unos meses después en formato mediometraje. Varios de los cineastas entrevistados en aquella ocasión eran importantes. Entre ellos estaban Jean-Luc Godard, Steven Spielberg, Michelangelo Antonioni, Monte Hellman, Rainer W. Fassbinder, Werner Herzog, Robert Kramer y otros.
Cuarenta años después la actriz francesa y realizadora hasta ahora de cortometrajes Lubna Playoust convocó a un grupo aún más extenso y muy importante también de cineastas de la actualidad a los que puso ante las mismas circunstancias: solos ante una cámara (11 minutos de tiempo cada uno, no por exigencias del material fílmico sino para ser fiel al original) para responder a las mismas preguntas que las de entonces pero en el contexto actual. Hasta la puesta en escena es muy similar –allá había una TV, acá también– y lo que cambia es, bueno, los cuarenta años que pasaron de entonces a ahora. Y el número de habitación: ahora es la 999.
El grupo de entrevistados incluye al propio Wenders y a David Cronenberg, James Gray, Arnaud Desplechin, Asghar Farhadi, Nadav Lapid, Claire Denis, Baz Luhrmann, Olivier Assayas, Paolo Sorrentino, Cristian Mungiu, Albert Serra, Kleber Mendonça Filho, Pietro Marcello, Ruben Östlund y Alice Rohrwacher, entre otros. Las extensiones de las entrevistas son variables –a partir de los 11 minutos dados cada uno usó y la realizadora editó lo que quiso–, lo mismo que las ideas que expresan, pasando por algunos que utilizan el espacio brevemente (o lo que quedó es muy breve) a otros que se explayan más y más. En cada caso no hay cortes –o no parece haberlos– durante cada exposición. Es un fragmento de lo que hicieron o dijeron.
Más allá de lo formal, con lo que nos encontramos en CHAMBRE 999 es con una serie de reflexiones acerca del futuro del cine en función de distintos factores, ya que cada uno lo tomó por el lado que le parecía o por el que el tema lo interpela. Muchos hablan del fin de las salas de cine y de las experiencias compartidas allí, otros hablan de la pérdida del lenguaje intrínsecamente cinematográfico en función de las necesidades del público o del crecimiento de las plataformas, algunos lamentan el peso que el cine perdió en la cultura popular y otros analizan cuestiones ligadas a las minorías y el cuidado de los actores, entre otros asuntos.
Cada espectador se sentirá interpelado por algún testimonio más que por otros, pero por lo general –salvo alguno que se sacó el asunto de encima rápidamente o un cineasta, ya verán cuál, que dio una respuesta performática– se trata de comentarios inteligentes, analíticos, que permiten también ver por dónde pasa la preocupación de cada realizador. En lo personal me parecieron de los más inteligentes y atinados los comentarios de Assayas, Lapid, Marcello, Sorrentino, Mendonça Filho o Desplechin, pero más allá de gustos es interesante acercarse a este documental para entender por dónde pasa la mirada a futuro y hasta los temores de los cineastas contemporáneos más reconocidos.
¿Estamos ante el fin del cine? ¿Es el cine un lenguaje en sí mismo o los nuevos modos de narrar amplían sus horizontes? ¿Qué rol juegan las plataformas en todo esto? ¿Será de ahora en adelante el cine algo para pocos? ¿Tiene sentido hacer películas para que se vean en un celular? Esas y otras preguntas y respuestas van saliendo de la boca de estos realizadores en un documental que puede ser muy útil para ver y analizar qué pasaba por la cabeza de los cineastas de hoy dentro de otros, ay, 40 años.