Cannes 2023: crítica de «Crowrã (A Flor do Buriti)», de João Salaviza y Renée Nader Messora (Un Certain Regard)
Esta coproducción brasileña-portuguesa es un retrato etnográfico de los Krahô, pueblo originario del centro de Brasil que lucha por la defensa de sus tierras contra empresarios y terratenientes.
Un film etnográfico en el concepto más completo de la palabra, la nueva película en conjunto del realizador portugués y la cineasta brasileña de CHUVA E CANTORIA NA ALDEIA DOS MORTOS (ver crítica acá) regresa al pueblo Krahô retratado en aquella película pero con una intención menos narrativa y más, si se quiere, panóptica. Si bien es un film actual centrado en la lucha de este pueblo originario por sus tierras en las épocas de la presidencia de Joao Bolsonaro, buena parte de su metraje está dedicado a mostrar desde sus actividades cotidianas a contar historias y leyendas del pueblo a lo largo de las décadas, historias que los mayores van pasando por generaciones y generaciones.
Es así que la película se acercará a la actualidad más concreta solo cuando muestre los enfrentamientos con la policía, con los «matones» que trabajan a las órdenes de los terratenientes o en las marchas, demostraciones y presentaciones de petitorios que tuvieron lugar en Brasilia durante la pandemia. Pero la mayor parte del tiempo se irá en la observaciones de las relaciones, las rutinas, las costumbres y el día a día en la vida de esta comunidad que se ubica en la zona norte del estado de Tocantins, ubicado a su vez al norte de la capital.
A lo largo de sus dos horas –en muchos sentidos fascinantes, pero algo demandantes–, CROWRÃ irá mostrando diversos momentos en la vida de la comunidad. Quizás el más duro y memorable sea uno que tuvo lugar hace ya ocho décadas –una masacre que ocurrió en 1940–, cuyas consecuencias se sienten hasta hoy en las historias que cuentan los mayores. Las imágenes de archivo son mínimas y, por lo general, el realizador portugués y la directora brasileña prefieren centrarse en el relato oral.
Entre otros hábitos que la película relata –desde costumbres cotidianas como el lavado de ropa al nacimiento de un niño, en un guión en el que participaron también los habitantes del lugar–, de a poco se va intensificando todo lo ligado a la lucha por las tierras que se manifiestan en la actualidad pero reflejan una historia de peleas similares de parte de ese y de muchos otros pueblos originarios de Brasil y de toda América Latina.
Yendo y viniendo por los tiempos y por los personajes de una manera que no es lineal, A FLOR DO BURITI se cuida muy bien de no «explotar» las costumbres indígenas de una manera que pueda ser considerada «pintoresca» o for export sino que intenta ser contada desde adentro, desde la experiencia misma y vital de ser parte de esa comunidad, compartir los momentos buenos y los malos que atraviesan cotidianamente y entender su lucha a partir de ese ejercicio de respetuosa convivencia.