Cannes 2023: crítica de «May December», de Todd Haynes (Competencia)

Cannes 2023: crítica de «May December», de Todd Haynes (Competencia)

por - cine, Críticas, Festivales
21 May, 2023 07:37 | 1 comentario

Una actriz se mete en la vida familiar de una mujer para filmar una película sobre ella y el famoso caso en el que se vio involucrada: un romance con un chico de 13 años. Con Natalie Portman y Julianne Moore.

La mayoría de las películas de Todd Haynes no son, del todo, películas. Al menos, no en el sentido estricto y común del término. Se podrían decir que son ejercicios de estilo, pero tampoco se estaría del todo en lo cierto. Lo suyo son lecturas, tesis, trabajos prácticos en los que ensaya cómo trabajar dentro de distintos géneros homenajeándolos y, a la vez, subvirtiéndolos desde adentro. Es como un teórico del cine que tiene la posibilidad de llevar a la práctica sus teorías. Y eso genera que sus películas sean muy disímiles unas de otras, raras, sorprendentes.

MAY DECEMBER parece ser una tesis acerca de cómo hacer una «TV movie«, una película que explota un tema comercial, llamativo y popular con los recursos más descarados y melodramáticos. Si bien cuenta una historia compleja y con varias capas, el corazón de la historia es un hecho real que llegó a las tapas de toda la prensa amarilla: el romance y posterior matrimonio entre una mujer adulta y un chico de… 13 años. Y Haynes lo trata como tal, agregándole capas y «entrecomillados» a una de esas películas con música ampulosa y zooms de supuesto impacto emocional.

Ya lo hizo en CAROL, en DARK WATERS, en FAR FROM HEAVEN y hasta en WONDERSTRUCK: se prueba la ropa del melodrama, del drama de juicios, de la película infantil o de la biografía de rock y la imita de una manera muy exacta, mostrando sus dispositivos formales y encontrando ciertos secretos que esas películas no siempre ponen en evidencia. A veces le sale mejor que otras. Quizás MAY DECEMBER no sea el más logrado de estos ejercicios, pero tiene muchísimos elementos de los que agarrarse.

La protagonista es Elizabeth Berry (Natalie Portman), una actriz famosa que tiene un exitoso programa de televisión y que irá a visitar, conocer y, sobre todo, a estudiar a una mujer llamada Gracie Atherton-Yoo (Julianne Moore), a la que va a interpretar en una película. Es algo que hacen muchos actores, tanto con personas reales a las que van a encarnar en la pantalla como con profesiones que tienen que conocer para interpretar (acompañan, digamos, a bomberos, policías, abogados, etcétera). Y aquí Berry quiere saber todo de Gracie antes de «transformarse en ella». Algo que a Gracie no queda del todo claro si le gusta o le incomoda.

¿Qué hizo Gracie para merecer esto? Lo dicho antes: tuvo una relación con un chico siendo adulta y el caso se hizo famoso. Ahora ella anda por los cincuenta y tantos mientras que él ronda los 30 y pico. Siguen juntos, tienen hijos en común (una de más de 20 y dos mellizos que están por irse a la universidad) y ella tiene además hijos y hasta nietos de un primer matrimonio. A su bonita casa de California llega Elizabeth, quien va viendo cómo viven, cómo Gracie actúa, habla y cuenta su propia historia. Es una presencia entre bienvenida e incómoda, porque en su constante preguntar e investigar termina sacando afuera cosas de esa pareja que están tapadas bajo decenas de almohadas.

Pero Elizabeth tiene también sus asuntos y, en algún momento, la extrañeza y simpatía que genera tener a una actriz famosa compartiendo la vida cotidiana se transforma en un potencial fastidio. Y ella no es tonta: sabe usar a «su público», sea la familia misma, los compañeros de colegio de una de las hijas y hasta las amigas y vecinas. Pero más que ninguna otra cosa, MAY DECEMBER se convierte en un juego bergmaniano entre las dos mujeres, una mezcla de PERSONA con una telenovela de la tarde.

Haynes usa música de Michel Legrand en los momentos más inesperados, una estética entre retro y televisiva para la puesta en escena, actuaciones que se van alejando más y más del naturalismo con el paso de los minutos (sobre el final son tantas las capas que se vuelven ilegibles) y va convirtiendo ese espejado estudio en una inmersión a fondo en los conflictos de dos mujeres que tratan de hacerse valer por sí mismas en un mundo en el que habitualmente se las condena, maltrata o minimiza.

Para casi todos Gracie es una «robacunas» y Elizabeth «una actriz de TV». Ambas tienen personalidades fuertes y chocan, pero también se encuentran ante situaciones parecidas y crisis específicas que les son comunes. Cada una tiene que inventarse una personalidad pública para sobrevivir y eso muchas veces implica tapar sus fragilidades. Gracie aparece muy segura de sí misma pero llora desolada cuando nadie la ve mientras que Elizabeth juega a lo opuesto: se presenta amable y cálida pero acaso no lo sea tanto. Entre ambas late este lúdico y por momentos divertido melodrama familiar de ese entomólogo de los géneros que es el gran Todd Haynes.