Cannes 2023: crítica de «Only the River Flows», de Wei Shujun (Un Certain Regard)
La aparición de una mujer muerta en el río inicia el trabajo de investigación de la policía criminal de un pequeño pueblo del sur de China en este thriller psicológico que compite en Un Certain Regard.
El policial duro y amargo es toda una especialidad del cine chino, uno de los géneros que mejor hacen, con ejemplares notables a lo largo de las décadas, desde A TOUCH OF SIN a BLACK COAL, THIN ICE, por citar solo algunos ejemplos más o menos recientes. No me refiero al cine asiático de acción, ese tipo de películas de género que mejor han viajado por el mundo sino a otro tipo de relato, de tono más realista y seco, que transcurren generalmente en pueblos chicos y en zonas obreras, y en las que algún crimen da inicio a una serie de investigaciones y descubrimientos de la vida secreta del lugar y sus habitantes.
ONLY THE RIVER FLOWS sigue esa lógica. Basada en una novela corta de Yu Hua –autor ya adaptado por Zhang Yimou en VIVIR–, la trama transcurre en 1995 en el pueblo de Bampo, en el sur de China, una zona rural y en apariencia bastante empobrecida. Allí los policías festejan el cierre del cine local porque eso les permitirá tomar esas instalaciones y ubicarse allí. A los pocos días, un caso los activa. Se trata del cuerpo de una mujer mayor que aparece en el río, asesinada con el mortal golpe de una especie de maza. Ma Zhe, jefe de la policía criminal del lugar, es el encargado de investigar el crimen. Las pistas son un poco raras y dispersas, pero todo parece indicar que el sospechoso principal es un «loco» (así lo llaman) del pueblo, un tipo tímido y silencioso del que nadie en realidad sospecha pero que a todos les sirve como «chivo expiatorio». Incluso a los jefes de Ma Zhe.
Pero el tipo no está convencido que haya sido él. Con su mujer atravesando un problemático embarazo y preocupado por eso, Ma Zhe empieza a obsesionarse y a buscar otros posibles culpables. Y son varios los que podrían estar involucrados: un hombre y una mujer con un affaire amoroso que la señora asesinada pudo haber descubierto, otro tipo que ya estuvo en la cárcel y casi que quiere volver a entrar, quizás alguna otra persona que aún no han encontrado. Todo se complica aún más cuando uno de estos sospechosos aparece muerto. Para todos es evidencia de que la culpa es del «loco» en cuestión. Pero Ma Zhe sigue dudando y empieza a entrar, él también, en una peligrosa espiral.
La película puede dividirse en dos partes o, más bien, en dos tonos que van conviviendo a lo largo de sus 105 minutos. Por un lado, el realizador de RIPPLES OF LIFE (que estuvo en la Quincena en 2021) maneja ese estilo seco y amargo antes mencionado, el clásico relato de investigación policial propio de un ZODIACO o MEMORIES OF MURDER. Pero en paralelo va adentrándose cada vez más en la vida privada y las obsesiones del investigador, en sus miedos y en las complicaciones de su vida personal, lo que lleva a que por momentos la película incluya algunas escenas oníricas que no suelen estar a la altura del resto.
Las tramas policiales en las que la investigación del caso van derivando en un estudio sobre la obsesión del investigador tampoco son nada nuevas, pero aquí es algo que Shujun maneja por lo general bastante bien, por más que eso lleve a que la resolución pura y dura de la trama –esto es, encontrar quién es o quiénes son los asesinos– vaya disipándose en función de ir metiéndose cada vez más en la cabeza del protagonista. Esa elección no siempre resulta bienvenida ya que el caso es lo suficientemente interesante en sí mismo como para que se vaya mezclando con las alucinaciones y hasta fantasías del investigador. Pero de todos modos lo que Shujun logra transmitir muy bien es la sensación de que ese horror, eso inesperado que puede shockearnos, puede venir de cualquier lado. Inclusive de nosotros mismos.