Estrenos online: crítica de «Medusa Deluxe», de Thomas Hardiman (MUBI)
Este curioso y extravagante film británico se ocupa de lo que sucede entre bambalinas de una competencia entre peluqueros en el que uno de ellos ha aparecido muerto. Estreno: 4 de agosto por MUBI.
Un experimento bastante peculiar –más fascinante en su construcción que verdaderamente efectivo en sus resultados–, MEDUSA DELUXE es una especie de viaje cinematográfico a través de los salones y pasillos de un edificio en el que se acaba de producir un asesinato o, al menos, una muerte sospechosa. Si bien tiene un punto de partida policial, es difícil considerarlo un thriller sino, más bien, una mezcla de comedia negra con algo absolutamente personal de parte del realizador británico Thomas Hardiman.
Esta película estrenada mundialmente en el Festival de Locarno 2022 está estructurada a modo de un largo plano secuencia que se va desarrollando en distintos cuartos y salones de ese edificio –más algunos en el exterior– mientras los y las participantes de un concurso de peluqueros lidian con las consecuencias del crimen: un peluquero, llamado Mosca, que estaba por competir apareció muerto con su cuero cabelludo cortado de raíz.
La movediza y flotante cámara del reconocido director de fotografía irlandés Robbie Ryan (colaborador de Yorgos Lanthimos, Andrea Arnold y Ken Loach, entre otros) fluye entre los distintos personajes en escenas que se desarrollan de un modo que de otra manera sería considerado un tanto teatral. Y el modo de pasar de una escena a la siguiente se hace acompañando generalmente la caminata de alguno de los personajes de un lugar al otro a través de largos pasillos.
Los peinados que hacen las peluqueras del lugar son desafíos a la gravedad y hay una clara tensión y competitividad en el lugar, lo cual hace que muchas (y muchos luego, ya que hay varios hombres por ahí también) sean sospechosas. Con diálogos refinados y finamente humorísticos –una especie de Peter Strickland revisitado por Pedro Almodóvar–, los personajes van tratando de entender qué pasó, describir la situación y aprovechar para echar maliciosos comentarios sobre los demás.
Por allá está Cleve (Clare Perkins), una mujer agresiva, competitiva y dedicada a preparar una Torre de Pisa capilar que viene con advertencia incluida: «cuidado con el fuego, estas cosas son inflamables». La cámara luego la deja y va pasando por otras peluqueras como Divine (Kayla Meikle), las modelos Kendra, Timba e Inez (rubia pálida, afrodescendiente y asiática, respectivamente), el guardia de seguridad Gac (Heider Ali), la pareja latina del fallecido, Angel (Luke Pasqualino), que anda con un bebé encima, y el sufrido organizador del evento, Rene (Darrell D’Silva). Más que desandar el misterio, los estiletazos verbales entre ellos sirven para ir adentrándose cada vez más en la lógica competitiva y en el extravagante mundo en el que habitan. Hasta que de a poco alguna especie de pista se irá generando. O eso parece.
Como experimento visual y formal, MEDUSA DELUXE es por momentos fascinante y muy singular: un mundo de modelos y peluqueras que actúan como si estuvieran en el backstage de algún gran desfile de modas cuando se trata, lo dicen más de una vez, de una competencia regional británica. Pero eso no les quita glamour ni competitividad: en estas bambalinas cometer o ser testigo de un crimen parece lo más chic que a uno le puede suceder.
La película tiene diálogos (monólogos, en gran parte) bastante curiosos y extravagantes, con un humor que no todos comprenderán (conviene tener un conocimiento de marcas y productos para el cabello) pero que están dichos con la impostura actoral de alguien que está recitando a Shakespeare. Todo esto se va volviendo más y más bizarro –aunque no necesariamente más interesante– a lo largo de algo excesivos 98 minutos que generan más curiosidad y fascinación que otra cosa. Sin dudas Hardiman es un director para seguir –lo elaborado de sus procedimientos hablan de un realizador al que le sobran ideas–, pero en MEDUSA DELUXE todavía le faltan ajustar algunos detalles a su extravagante peinado cinematográfico. Con unos retoques –y productos menos sensibles al fuego– seguramente ganará la próxima competencia.