Estrenos: crítica de «Gambaro», de Jazmín Bazán (Gaumont)

La complejidad de hacer un documental sobre Griselda Gambaro está dada por la aparente desconexión que existe entre la complejidad poética de su obra y su personalidad, simple, sencilla y directa. ¿Se prioriza su imaginario autoral, sus formulaciones creativas y su obra como tal o se trata de hacer un retrato humano –humanista– de una mujer clara y transparente, algo así como una charla con una amable señora que poco parece tener que ver con todo lo demás?

En GAMBARO se intentan hacer las dos cosas, quizás tres. Y los resultados son correctos, aunque raramente logran ese plus que uno espera encontrar en estos retratos. Es cierto que, por lo planteado antes, pareciera difícil poder construir una mezcla de biografía y repaso de carrera cuando el combo se presenta tan esquivo, pero quizás la mejor opción podría haber sido priorizar uno de los modos y aproximaciones al personaje.

En el film tendremos algo de biografía, los comentarios de la autora de «Ganarse la muerte» acerca de su vida familiar, su historia y su obra, y algunas representaciones y lecturas ad hoc de textos de Gambaro, quizás la menos funcional de las formas de este documental. El choque entre esa obra compleja, enrarecida y poética, y la persona afable y en apariencia sencilla que las hizo queda reflejada mejor en algunos testimonios (entre otros, hablan Cristina Banegas, Laura Yusem y Daniel Divinsky), pero de todos modos la película no resuelve del todo el enigma.

Y quizás esté bien que así sea. Diseccionar a este tipo de figuras hasta intentar dar con un secreto o una matriz psicológica suele ser una tarea que lleva a forzar decisiones y eludir contradicciones y complejidades propias de cualquier artista. En GAMBARO eso no sucede: las distintas variables conviven entre sí e invitan al espectador a seguir explorando la carrera de esta importante dramaturga argentina.

A partir del jueves 24, todos los días las 20.30, en el cine Gaumont