Estrenos online: crítica de «Siempre la misma cita» («Jagged Mind»), de Kelley Kali (Star+)
Este drama romántico que se vuelve rápidamente película de terror se centra en la misteriosa relación de pareja entre dos chicas, una de ellas con aparentes problemas psiquiátricos. En Star+.
Quizás solo para demostrar que Netflix no es la única plataforma de streaming que llena su catálogo de contenido intrascendente, Hulu –la plataforma propiedad de Disney cuyos contenidos llegan aquí generalmente vía Star+– prueba ser capaz de hacer lo mismo con esta película de suspenso y terror que desperdicia una buena premisa con un relato que, poco a poco, se va volviendo más y más improbable y forzado.
De entrada JAGGED MIND llama la atención por su curioso modo temporal. Billie (Maisie Richardson-Sellers) tiene unos persistentes black-outs que la llevan a pasar de una situación a otra sin saber cómo. Las primeras escenas la trasladan, al mejor estilo David Lynch, de un bar a la apertura de una galería, de ahí a levantarse de la cama luego de pasar la noche con una chica y luego a correr por la calle topándose con algún tipo de brujo –el barrio de Miami en el que vive, Little Haiti, da pie a pensar en algo extraño, espiritual–, como si todo le estuviera sucediendo a la vez.
De a poco algunos patrones se repiten. En el bar conoce a Alex (Shannon Woodward) y minutos después regresa a ese lugar y vuelve a toparse con ella, pero como si lo anterior no hubiese sucedido. Hay, sin embargo, una sensación de deja vu en Billie, algo que se acrecienta por algunos comentarios y visiones que tiene en la galería de arte que regentea. En el medio de ese caos mental –la chica tiene una familia con historial de demencia y Alzheimer– aparecen sangrientas visiones y un par de veces se despierta en una sala de emergencias de un hospital. ¿Qué está pasando?
Sin spoilear un misterio que por un rato parece intrigante, es claro que su mente está procesando alguna situación traumática y que Alex alguna cosa está ocultando (la misma actuación de Woodward lo desvela sin demasiada sutileza). Pero así y todo se embarcan en una relación que parece tranquila y cálida, con Billie disfrutando de la amabilidad de Alex y hasta de su buen pasar económico, ya que pronto la chica está viviendo en los más lujosos lugares de Miami y alrededores. Pero ya vimos brujos, visiones y raros cortes en el cuerpo de Billie por lo que, es claro, todo ese paraíso pronto se caerá.
Y se cae, pero de una manera caótica, entre incomprensible e intrascendente, haciendo que las revelaciones de esta especie de HECHIZO DEL TIEMPO lésbico y de terror vaya apagándose con el paso del tiempo, por más que sus temas –las relaciones tóxicas, digamos, y la dificultad para superarlas– sean interesantes de analizar. Y si bien dura poco más de 80 minutos, para la hora de película el deja vu que vive la protagonista ya se trasladó al espectador. Pese a algunas buenas ideas de guión —SIEMPRE LA MISMA CITA se apoya en un corto, FIRST DATE, de la misma guionista, Allyson Morgan–, el concepto no se sostiene en el formato largometraje.