Estrenos online: crítica de «Nadie podrá salvarte» («No One Will Save You»), de Brian Duffield (Star+)
Una chica que vive sola recibe la visita de alienígenas y debe arreglárselas para sobrevivir a una extraña y violenta invasión en este film de terror y ciencia ficción. Estreno de Star+.
Estrenada por Fox, a través de Star+, sin demasiada promoción ni publicidad previa, NADIE PODRA SALVARTE es una creativa mezcla de film de terror y ciencia ficción que, si bien no es del todo original dentro del universo que plantea, al menos lo hace de una forma novedosa y, si se quiere, hasta simpática. Dirigida por Brian Duffield, NO ONE WILL SAVE YOU es una película que prácticamente no tiene diálogos. Salvo algún grito, una conversación de fondo al pasar y alguna expresión suelta, nadie habla en la película. En algún que otro momento puede parecer un tanto forzado, pero tomando en cuenta que el 90 por ciento del film consiste en una sola persona combatiendo una invasión extraterrestre no hay muchos, sinceramente, con los que hablar. Bah, quizás los aliens hablen pero uno lo que escucha son unos enervantes ruiditos.
No es spoiler esto de los extraterrestres porque la película los presenta casi de entrada. Primero conocemos a la protagonista, Brynn Adams, interpretada por la cada vez más de moda Kaitlyn Dever (la película BOOKSMART y de las series UNBELIEVABLE y DOPESICK, entre otras), una joven que vive sola en una casa en medio del campo. Aparenta arreglárselas muy bien, con sus hobbies (casitas de muñecas, ese tipo de cosas), cocinándose para ella sola y casi siempre sonriendo. Hay algunos indicios de que supo haber más personas allí –la casa es enorme para ella sola, claramente–, pero todavía no sabemos qué fue lo que pasó con ellos.
Primero ve unas marcas en el jardín –como en SEÑALES, de M. Night Shyamalan, influencia clara de Duffield en esto de contar un gran evento en espacio limitado y con pocos personajes– pero no les da importancia. Pero a la noche empieza a escuchar ruidos en la casa, cada vez más fuertes y chirriantes, y comienza a cerrar puertas. La luz se corta, las puertas se mueven solas y los objetos se sacuden. Afuera se ve algún tipo de criatura en movimiento. Poco después, el «bicho» habrá entrado en la casa y es lo que cualquier fan de la ciencia ficción conoce de toda la vida: un clásico extraterrestre gris y de ojos enormes, creado digitalmente usando el formato más tradicional de este tipo de criaturas.
Empezará una persecución, un juego de escondidas aterrador en la casa, golpes y caídas hasta que Brynn, un poco casualmente, lo mate. Pero, como dice el título, no será fácil encontrar ayuda. El teléfono no funciona, el auto tampoco y cuando decide ir al pueblo usando su bicicleta se encontrará con que, además de ser vista como una persona non grata, quizás ella no fue la única en tener ese tipo de visitas. Volverá a encerrarse en el hogar y de allí en adelante la película retomará el juego de las escondidas propio del género home invasion, hasta que en algún punto la apuesta tome dimensiones más grandes, tanto en las repercusiones personales y psicológicas como en el entendimiento de que las cosas son un tanto más enredadas de lo que parecen.
Los géneros tocados no son, como decía, necesariamente originales: Shyamalan, Spielberg, el cine de ciencia ficción de los años ’50 y hasta algunas ideas de las películas de ciencia ficción de Andrei Tarkovsky son utilizados por Duffield en su segundo film (el primero se llama SPONTANEOUS) y quizás el juego que más la distingue sea su casi absoluta falta de diálogos, más aún que en A QUIET PLACE. En las escenas en las que no está siendo perseguida por algún tipo de criatura –allí la expresividad ante el horror se da por sentada–, Dever trata de expresar las sensaciones de la protagonista a través de gestos y miradas, algo que hace con mucha efectividad y hasta gracia. Es que, más allá de lo siniestro de la propuesta, hay varios momentos que apuestan a la comedia.
Algunas de las resoluciones finales quizás no sean del todo satisfactorias –el guión cae en un tipo de explicación algo terapéutica que se está volviendo algo repetitiva en el cine contemporáneo–, pero no por eso la película deja de ser inquietante. O al menos extraña. A su modo, como aquellas películas de los ’50 que expresaban el pánico ante una sociedad convertida en inquisidora (maccartista) como LOS USURPADORES DE CUERPOS (INVASION OF THE BODY SNATCHERS) o LLEGARON DE OTRO MUNDO (IT CAME FROM OUTER SPACE), entre otras, NO ONE WILL SAVE YOU toca marginalmente similares temas y los actualiza. Pero el eje pasa más por lo personal, por el pasado de la protagonista.
Es raro que Fox no haya estrenado esta película en cines porque tiene todo para convertirse en un éxito –aunque imagino también que tendría sus odiadores–, especialmente en un mercado en el que el horror y la ciencia ficción tienden a funcionar muy bien. Quizás los sustos que propone NADIE PODRA SALVARTE pierdan un poco de potencia en formato hogareño y sin una fuerte concentración visual por parte del espectador. Es una película que requiere no quitarle la vista un segundo –no solo porque nadie habla, sino por la propia mecánica de la trama– y que es preferible verla con personas de confianza. Y, en la medida de lo posible, asegurarse de que sean de este planeta…