Festival de San Sebastián / Estrenos: crítica de «Puan», de María Alché y Benjamín Naishtat
Tras la sorpresiva muerte del titular de la cátedra de Filosofía Política de la UBA dos profesores se disputan su cargo en esta comedia dramática protagonizada por Marcelo Subiotto y Leonardo Sbaraglia. En competencia en el Festival de San Sebastián. Estreno: 5 de octubre.
La docencia puede ser un lugar tramposo, especialmente para aquellos profesores universitarios que dedican sus vidas a ir creciendo dentro de ella. Es una actividad sin duda noble y para muchos apasionante pero que puede causar también cierto «aburguesamiento» profesional. Dicho de otro modo: tomarla como una carrera que se vuelve rutinaria y que pierde ese condimento extra que en algún momento la convirtió en una vocación. A Marcelo (Marcelo Subiotto) le pasa un poco eso. Lleva años dando clases de Filosofía Política en la UBA (en la Universidad de Filosofía y Letras, conocida por todos como «Filo» o «Puan» por la calle porteña en la que se ubica) y está en esa zona en la que rutina y estancamiento parecen confundirse.
La oportunidad para pegar un vuelco aparece, curiosamente, a partir de un mal momento. El profesor titular de la cátedra que él da –su amigo y mentor– fallece sorpresivamente mientras hace ejercicios, por lo que se abre la oportunidad de ocupar ese cargo cuando se abra el concurso para reemplazarlo. Pero justo aparece en su velorio Rafael (Leonardo Sbaraglia), un profesor que está radicado en Europa y que se comporta con la insoportable pedantería de aquel que, supuestamente, triunfó «en el exterior». Ya de entrada se convierte en el centro de atención de todos: es carismático, gusta a las chicas, toca el piano, canta, habla alemán. Casi lo opuesto del más retraído y quejoso Marcelo. Y pronto quedará claro que él también ansía quedarse con el mismo cargo.
El punto de partida presenta una situación pronta para una guerra de egos y crueldades, pero Alché y Naishtat van por el camino opuesto al que irían directores como, por ejemplo, la dupla Cohn-Duprat, cuyas películas husmean también el mundo de los celos y las rivalidades académicas y artísticas. En lugar de convertir a PUAN en una comedia de maldades, los realizadores la transforman en una de equívocos y apuestan más a los choques de estilo y a los equívocos que a la guerra declarada. Rafael es tan célebre que sale con una famosa cantante (la encarna Lali Espósito en un cameo) y sí, Marcelo lo mira con tensión y fastidio, pero su principal preocupación pasa por él mismo y por su vida.
No solo eso. PUAN se irá alejando de a poco de esa rivalidad para meterse en otros temas. Casi como apunte cómico, Marcelo da clases privadas de filosofía a una anciana de clase alta con la que vive una serie de equívocos. Su matrimonio (con Mara Bestelli) parece estable pero sufre de una crisis similar a la de su carrera: una suerte de estancamiento escenificado aquí con la dificultad de ambos para mudarse a una casa nueva. Pero lo central, tanto o más que la rivalidad entre los protagonistas, pasa por hablar del lugar que ocupa la facultad en la vida de la gente, así como la tarea de enseñar a pensar críticamente. Todo esto en un país en el que algunos piensan que la universidad pública es un gasto y no una inversión, algo que se irá convirtiendo en un tema central del film.
A diferencia de lo que «promete» su trailer, PUAN no es estrictamente una comedia. O, al menos, no una de esas tradicionales, de gags constantes. Los tiene en varias oportunidades (una larga secuencia lo muestra a Marcelo tratando de evitar que descubran que se sentó encima de un pañal sucio de un bebé, en otra tiene que hacer algo así como «un show cómico de filosofía» en el cumpleaños de su alumna), pero su tono se va volviendo un tanto más amargo. Es la historia de un hombre que atraviesa una crisis personal, de la que solo podrá salir si cambia de objetivo. Quizás lo más importante no pase por el cargo en sí, sino por hacer algo valioso con su vida.
La extrañeza de la película pasa porque en ella conviven un retrato humano y social más típico del cine independiente argentino con esos citados pasos de comedia más clásicos. Subiotto, excelente, conduce el tono hacia una de esas dos películas y Sbaraglia se luce especialmente en la otra. Cuando el actor de CABALLOS SALVAJES aparece, PUAN vira un poco más al humor más franco y, cuando la historia lo abandona por largos períodos, el film de Alché y Naishtat retoma ese tono más contemplativo y amargo. Más cerca del final lograrán –en una muy buena y relevante serie de escenas– combinar esos dos tonos y esos dos mundos: el privado y el público.
Un gran elenco de excelentes intérpretes circulan alrededor de los protagonistas, desde Cristina Banegas a Alejandra Fletchner pasando por Bestelli, Julieta Zylberberg, Andrea Frigerio, Claudia Cantero (hilarante), Héctor Bidonde y Damián Dreizik, apoyando a los protagonistas del conflicto principal. Pero lo más destacado pasa por la manera en la que la película captura el mundo de la universidad, con sus conflictos internos, miserias y debates, pero también con su solidaridad y la sensación de estar todos juntos dando una batalla difícil de dar en tiempos en los que este tipo de estudios están siendo, por ciertos sectores de la sociedad, duramente cuestionados. Si de algo trata PUAN, finalmente, es sobre recuperar la pasión por enseñar sin caer en la trampa individualista de «hacer carrera». Puede ser una profesión «noble y esforzada» pero también una muy gratificante desde un lugar humano y social.
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El punto de partida de esta película es un concurso docente para una jefatura de cátedra de la materia Filosofía Política que se dicta en la Sede PUÄN de la UBA donde se presentan dos aspirantes que se llaman Marcelo PENA (MARCELO SUBIOTTO) que tiene más de 20 años de experiencia en la UBA y Rafael SUJARCHUK (LEONARDO SBARAGLIA) con una trayectoria importante de investigación a escala internacional pero con poca experiencia académica en la UBA
Para el universo de PUÁN este concurso docente es como un choque de planetas porque RAFAEL es un hombre que vive de la docencia y la utiliza como vía para la investigación y para adquirir fama paseando por el mundo como expositor en conferencias, sin tener un fuerte compromiso frente a alumnos, mientras que MARCELO vive para la docencia y su vida, pese a tener una esposa y un hijo que lo quieren, tiene como eje a PUÁN, fuera de allí se siente vacío. RAFAEL trabaja a una escala internacional mientras que MARCELO es un profesor taxi que puede trabajar en varios lugares dando clases particulares o haciendo trabajo social en una villa miseria.
Los guionistas y directores MARÍA ALCHÉ (n. 1983) y BENJAMÍN NAISHTAT (n. 1986) amagan con una película sobre la política en la universidad (como EL ESTUDIANTE de Santiago Mitre) con un concurso donde se enfrentan dos rivales bien diferentes en lo que parece una batalla de egos (como en muchas comedias filmadas en EE. UU).
Sin embargo, a medida que avanza la película el centro de atención pasa a ser ocupado por la crisis existencial de MARCELO que durante años ha enseñado HEIDEGGER en lo que se refiere al salto al abismo que hay entre el pensar y el hacer, pero no puede menos que sentirse inseguro a la hora de asumir que hay vida fuera de PUÁN
PUÁN no es una película de buenos y malos porque en el momento que peligre la universidad pública tanto MARCELO como RAFAEL participarán de la misma movilización para defenderla. PUÁN es, por sobre todas las cosas, una emocionante defensa de la educación pública y de la función social que cumplen los docentes
Los guionistas y directores construyen una excelente película con una inolvidable actuación de MARCELO SUBIOTTO y con muy buenas actuaciones de LEONARDO SBARAGLIA, CRISTINA BANEGAS, ALEJANDRA FLECHNER Y MARA RESTELLI.
Sin dudas, una de las mejores películas argentinas estrenadas en el 2023 (9/10)