Festival de Venecia 2023: crítica de «Making Of», de Cedric Kahn (Fuera de competencia)

Festival de Venecia 2023: crítica de «Making Of», de Cedric Kahn (Fuera de competencia)

por - cine, Críticas, Festivales
04 Sep, 2023 12:56 | Sin comentarios

Este segundo film de 2023 del director francés se centra en los problemas de una producción cinematográfica que debe recortar sus gastos promediando una tensa filmación. Con Denis Podalydes, Souheila Yacoub y Stefan Crepon.

Pocos meses después de la fuerte e impactante EL CASO GOLDMAN, el realizador francés ya tiene lista otra película, que se presenta en Venecia fuera de la competencia. MAKING OF es muy distinta a aquella en casi todas las cosas, salvo en una en particular que las conecta y que analizaré después. Estamos acá ante un clásico caso de «película sobre una filmación», en la mejor tradición de LA NOCHE AMERICANA, de François Truffaut; IRMA VEP, de Olivier Assayas, e incontables otros títulos que hicieron centro en lo que sucede durante un rodaje con las personas que trabajan en él.

Aquí el protagonista es Simon (Denis Podalydes), un director de cine veterano que está filmando un drama social centrado en el cierre de una fábrica, la huelga de sus trabajadores (los actores que los interpretan son los trabajadores verdaderos del caso real) y la decisión que deben tomar acerca de sostenerla o negociar en malas condiciones con los dueños. Kahn muestra esta película ya «editada». Esto es: no presenta un solo plano desde un ángulo de cámara por vez. De ese modo, más de una vez resulta confuso saber cuando estamos en la ficción y cuando en la realidad ya que los escenarios y los personajes son similares, y ni siquiera hay evidentes cambios de vestuario.

El problema inicial se presenta cuando unos financistas del film le dicen a Simon que abandonarán el film ya que el guión que el productor les «vendió» no tiene nada que ver con el que está filmando. Aquel, le dicen, tenía un final esperanzador y este, uno amargo y oscuro. Pero Simon no quiere negociar y su productor no logra convencerlo de lo contrario. Esto implica que, para poder hacer la película según su visión, hay que recortar presupuesto como sea. Y eso lleva a que lo que cuenta la ficción y lo que sucede en la realidad tengan insospechados puntos de contacto.

En paralelo están los problemas personales. Simon se está separando de su mujer ya que no parece poder abandonar esa «droga dura» que es el cine. Su protagonista, Alain (Jonathan Cohen), uno de los dos profesionales del elenco, es un divo bastante insoportable, lo cual lo enfrenta muchas veces a la otra actriz profesional del film (Souheila Yacoub). Y un rol clave, que pasará en cierto momento a ser casi el protagónico, recae en Joseph (Stefan Crepon), un extra que vive en el pueblo, se atreve a darle un guión suyo a Simon y termina siendo elegido por él –por casualidad– para dirigir el making of que se está haciendo sobre la película.

Todos estos conflictos van dando vida e intensidad a un relato que, si bien ya se vio varias veces en distintas variantes, juega con ideas interesantes ligadas al carácter industrial del cine, a cómo algunos se ven como artistas y otros como trabajadores (un debate que se presenta cuando se acaba la plata para pagar sueldos marca a las claras esas diferencias de escalafón y/o rango entre el personal artístico y el más técnico), y también a las negociaciones y compromisos a los que se ven obligados los cineastas a la hora de hacer sus películas.

Kahn no dirá que son dos cosas iguales nunca ya que es obvio que la situación de los trabajadores de una fábrica cerrada no es comparable, en la mayoría de los casos, a los que trabajan en la industria del cine, pero sí pondrá la lupa no solo sobre las similitudes entre ambos casos sino en las diferencias entre lo que los personajes hacen en la vida real y lo que ponen en sus ficciones. Lo mismo pasa con los actores. Una cosa es eso que vemos como «producto artístico» y otra, en algunos casos bastante diferente, lo que sucede por detrás.

Ese juego entre distintos niveles de ficción, ambos disfrazados de «realismo» (entre los personajes secundarios hay varios actores/directores, como Emmanuelle Bercot, Valerie Donzelli y Xavier Beauvois), se dobla sobre sí mismo de maneras inesperadas, las que, más allá de ciertos traspiés iniciales, terminan siendo efectivas. Que MAKING OF termine teniendo triángulos amorosos y otros conflictos casi típicos de una ficción comercial es una manera en la que Kahn, no tan disimuladamente, muestra en escena los efectos de esas tensiones económicas.

Lo que une a MAKING OF con EL CASO GOLDMAN pasa por el gusto de Kahn por establecer largas escenas de debate y discusión (allá era en un juzgado, acá en asambleas obreras) en las que los actores se desgañitan gritando, protestando y mostrando tanto su inventiva verbal como su brusquedad emocional. Aquí hay asambleas en la ficción y también en el rodaje, lo que produce la impresión de que ambas cosas son iguales. Pero a la hora de la verdad, hasta cuando llueve y no hay lugar donde protegerse, el elenco y el equipo comen en una carpa cubierta mientras que los extras deben encontrar algún techito para poder hacerlo.