Series: crítica de «Justified: Ciudad salvaje» («Justified: City Primeval»), de Dave Andron y Michael Dinner (Star+)
Esta miniserie retoma al Alguacil Givens (Timothy Olyphant) algunos años después del final de los eventos de la serie «Justified» para lidiar con un nuevo caso, esta vez en Detroit. Desde el 13 de septiembre, por Star+
Quizás aquí no haya tenido el éxito ni la repercusión que tuvo en los Estados Unidos pero JUSTIFIED fue, entre 2010 y 2015, una de las series más exitosas y aplaudidas por la crítica en ese país. A lo largo de seis temporadas se centró en los distintos casos de los que se ocupó el Alguacil Raylan Givens (una actuación consagratoria de Timothy Olyphant) teniendo muchas veces como principal rival y enemigo al salvaje, carismático y violento Boyd Crowder, encarnado por Walton Goggins. Ocho años después del final de la serie, Givens reaparece para vivir una nueva temporada de aventuras, una que a juzgar por los resultados quizás puede hasta continuar.
El personaje –un alguacil actual que actúa y se comporta casi como si estuviera en un western, sombrero y todo– es una creación del gran escritor Elmore Leonard, que lo tuvo como protagonista en varias de sus novelas. La serie JUSTIFIED partió de una de ellas (titulada FIRE IN THE HOLE) y luego terminó por agotar asuntos y temáticas de las otras cinco que lo tenían en sus filas. A falta de material, lo que apareció como posibilidad para seguir teniendo historias con ese mismo personaje fue usar otra novela de Leonard, solo que sacando a su protagonista original y remplazándolo por Givens. Y eso es CITY PRIMEVAL: otra novela policial del autor de GET SHORTY y OUT OF SIGHT (ambas llevadas al cine, lo mismo que RUM PUNCH, que Quentin Tarantino adaptó como JACKIE BROWN) modificada lo suficiente para hacer entrar en su mundo las particularidades del tal Givens.
Y por eso la historia se traslada ahora de Kentucky –donde sucedía gran parte de la original– a Detroit, adonde Givens llega un poco por casualidad, mientras está llevando de viaje a su hija, intentan robarlo y termina atrapando a los delincuentes y llevándolos hasta allí. Teniendo que quedarse, mientras dura el caso, trabajando en la dura ciudad de Michigan, Givens termina enredándose en una situación policial impactante cuando un corrupto juez de la ciudad (interpretado por el gran Keith David) es brutalmente asesinado junto a una mujer. Estando allí con su demandante hija adolescente, no le es fácil a Givens cumplir con su tarea. Especialmente teniendo en cuenta que el principal sospechoso elige incomodar y molestar a la chica para provocarlo.
Interpretado por Boyd Holbrook, el tal Clement Mansell es un psicópata criminal de esos que no temen liquidar con decenas de balazos a cualquiera que lo mire un poco torcido. Ya fue parte de un asunto criminal pesado en la ciudad años atrás y ahora vuelve, en compañía de su novia Sandy (Adelaide Clemens), con ganas de meterse en líos. Esto es: robar dinero para irse al Caribe dejando pilas de víctimas a su paso si hace falta. Y mata al juez, en realidad, por una mezcla de casualidad y puro fastidio: una típica pelea entre conductores de autos que termina muy mal. Lo que Clement descubre, en el interín, es que el hombre tenía un «cuadernito rojo» con los nombres de cientos de personas con las que había tenido algún tipo de «negociado». Y las cifras de cuanto dinero hubo en juego.
Es a partir de esa serie de disparadores que se desarrollan los ocho episodios de JUSTIFIED: CIUDAD SALVAJE. En el medio está Sweetie (Vondie Curtis Hall), el dueño de un bar que es también músico, y la abogada de Mansell, Carolyn Wilder (Aunjanue Ellis), que lo defiende más bajo amenaza de muerte que por cualquier otro motivo, pero que a la vez se entiende con Raylan. No parece haber muchas dudas respecto a que él fue el culpable, lo que parece imposible es detenerlo, atraparlo y probar el crimen. Mientras tanto, el tipo sigue despachando gente como si nada, sean mafiosos de Albania o casi cualquiera que le conteste mal.
JUSTIFIED tiene un tono que hoy parece algo retro, pero que yo prefiero llamar clásico. Estamos ante un policial que bien podría haber sido una película de los años ’80 o ’90, dirigida por tipos como Walter Hill o, yendo más atrás, Don Siegel. Hay algo en su lógica que se pega con la etapa de transición del western al policial que tuvo lugar en los años ’70 y que tenía como protagonista central a Clint Eastwood. Y en cierto modo Olyphant es un personaje que bien podría haber interpretado Clint en esos años. Si bien su verborragia e ironía son muy propias –eso lo hace más noventoso–, la manera en la que se enfrenta a los conflictos que tiene que resolver van por ese lado: directo, violento, sin vueltas y no siempre respetando las reglas.
Raylan no es, sin embargo, un «Harry el sucio», un policía que actúa solo y sin control. Se atiene en la medida de lo posible a las reglas pero siempre encuentra vueltas para torcerlas y, como dice el título de la serie, «justificar» sus acciones por más éticamente dudosas que sean. Muchas veces lo domina la furia y, en estos tiempos, un policía agresivo es casi tan problemático como un violento asesino. La serie, de vuelta, lo justifica porque Clement es algo así como el Infierno sobre la Tierra, pero Givens trabaja siempre en el límite de lo permitido.
CITY PRIMEVAL funciona muy bien dentro de esos códigos clásicos, un poco también como lo hace TULSA KING, con Sylvester Stallone, pero mejor aún. Puede estirar un poco la lógica de los personajes por fuera del realismo porque el género se lo permite. Es que hace falta crear un monstruo para convencer a los espectadores que Raylan tiene posibilidades de ser superado. Y, encarnado casi con lascivia por el actor de NARCOS, THE SANDMAN y la última INDIANA JONES, Mansell parece estar a la altura de su perseguidor, llevándolo a enfrentarse a esos límites morales con los que continuamente lidia.
Con constantes toques de comedia, con una serie de sorpresas sobre el final que hacen pensar que esto continuará (como siempre, las miniseries son «mini» salvo que funcionen bien y se conviertan en series) y con las suficientes vueltas de tuerca para que la trama no se caiga, como suele suceder, promediando la temporada, JUSTIFIED: CIUDAD SALVAJE es una serie que disfrutarán los amantes del policial clásico, ese que tiene hombres que disparan primero y preguntan después, que escuchan rock o blues en rockolas viejas de bares sucios tomando bourbon y que no terminan de tener muy en claro si siguen siendo útiles o no en el mundo actual.