Series: crítica de «La otra chica negra», de Zayika Dalila Harris, Jordan Reddout y Gus Hickey (Star+)
En esta mezcla de relato de suspenso y comedia, la única empleada afroamericana en una editorial se alegra cuando se suma a su oficina otra chica negra. Pero quizás hay algo escondido detrás de esa novedad. En Star+.
Si bien su título y su look hacen pensar en algún tipo de comedia de amigas afroamericanas –algo parecido, digamos, a INSECURE o similares–, en realidad LA OTRA CHICA NEGRA propone una mezcla de drama, thriller, serie de terror y sí, comedia, que tiene más similitudes como películas como HUYE! o series como SEVERANCE. Las referencias al film de Jordan Peele no solo están reconocidas por la autora del libro original y una de las showrunners de la serie, Zayika Dalila Harris, sino que directamente se la menciona en uno de los episodios, cuando la historia parece tomar un camino definitivamente fantástico.
Pero para llegar a eso pasan muchas cosas en esta entretenida y cuestionadora serie de diez episodios de aproximadamente media hora cada uno. La protagonista es Nella (Sinclair Daniel), una chica que trabaja como asistente de una célebre editora en Wagner Books, una famosa editorial neoyorquina. Es la única mujer afroamericana en toda la oficina y su ídola –y referente– es Kendra Rae Phillips, quien fue editora allí en los años ’80, publicó el libro «Burning Heart», de su amiga e influyente autora negra Diana Gordon (Garcelle Beauvais), pero desapareció del mapa desde entonces y hasta hoy no se sabe qué es de su vida.
Las cosas parecen mejorar cuando a la oficina se suma una tal Hazel (Ashleigh Murray), la «otra chica negra» del título, una joven muy moderna y ambiciosa que se hace amiga de Nella, la ayuda, pero por algún motivo le genera dudas, la pone nerviosa. No solo a ella sino también a su mejor amiga, Malaika (Brittany Adebumola), que la mira con sospechas. En el medio, la editorial se ve envuelta en un escándalo: su autor más exitoso publica un libro con muchos clichés racistas –Nella le había advertido a su editora que era un material «problemático», pero no la escucharon– y Wagner Books necesita cambiar su imagen. Para eso deciden volver a convocar a Diana Gordon y pedirle un nuevo libro o una reedición de aquella legendaria novela.
La trama dará para que Nella vaya sintiendo, un poco como los personajes de las series y películas citadas, que hay algo raro dando vueltas. En la editorial –su jefe, Richard Wagner, dice ser «aliado» de las causas de las minorías pero sus acciones son sospechosas–, en las actitudes de Hazel –cuya ambición la hace cruzar ciertos límites éticos– y hasta en la calle, ya que Nella empieza a tener algunas raras visiones de mujeres que escapan, que le dejan notas en su cartera y hasta de personas que la persiguen. ¿Qué es lo que está pasando allí?
LA OTRA CHICA NEGRA trata de combinar todos esos géneros sin apoyarse directamente en ninguno. Si bien tiene algún elemento fantástico –que, como dice la propia Nella, bordea por momentos la «teoría conspirativa»–, su eje pasa más por el suspenso, por la creciente sensación que la protagonista va teniendo de que muchas de las personas que la rodean no son quienes dicen ser o no actúan de manera honesta. ¿Será cierto o se estará volviendo demasiado paranoica?
La serie que produce la actriz Rashida Jones trabaja sobre temas caros a buena parte de la literatura y el audiovisual afroamericano reciente, como las obras de Boots Riley (SORRY TO BOTHER YOU, SOY VIRGO), la propia NOSOTROS, de Peele y algunas referencias que mejor no mencionar porque podrían funcionar como spoilers. Su eje pasa por la dificultad que los afroamericanos tienen para acceder a ciertos puestos de poder por sus propios medios y con sus convicciones, y en cómo el sistema ayuda y favorece a aquellos que, de algún modo u otro, se asimilan y se dejan seducir por el dinero, el status o la apariencia de estar produciendo algún cambio que en el fondo no es más que cosmético.
Con un final cambiado respecto a la novela –seguramente con intenciones de dar paso a otras temporadas–, LA OTRA CHICA NEGRA es una serie inteligente, creativa y ambiciosa que si bien usa tropos un tanto reiterados en los últimos años –más aún desde Black Lives Matter— lo hace con humor, ingenio y hasta con algunas sorpresas que no se ven venir. Dicho de otro modo: si bien es evidente de entrada que no todo es lo que parece, las diferencias no son necesariamente las que uno imagina.
Quizás un toque más de terror o tensión podría haberle dado a la primera temporada de THE OTHER BLACK GIRL un ritmo más frenético y angustiante, pero los guionistas y realizadores (la mayoría son mujeres) optaron más por un tono de agobio discreto, de incomodidad palpable y creciente, más cerca de un BEBE DE ROSEMARY que de relatos de terror más violentos y directos.
La cuestión de asimilarse o no es, de algún modo, una tortura psicológica constante para la protagonista y para muchos artistas de minorías que sienten, por ejemplo, que alterando las ideas de un libro para hacerlas más compatibles con el mercado, comportándose y vistiéndose de cierta manera, o priorizando el desarrollo personal a costa de los demás tienen más chances de triunfar que manteniéndose fieles a sí mismos y a sus principios. No son los únicos. Casi todos los creadores se preguntan, en algún momento u otro de sus vidas, cosas parecidas. O si no lo hacen, deberían…