Series: crítica de «Releyendo: Mafalda», de Lorena Muñoz (Disney+ y Star+)
Esta serie documental de cuatro episodios repasa la historia y analiza a los personajes y al mundo que reflejaba la mítica tira cómica creada por Quino. El primer episodio se verá el 24 de septiembre por National Geographic y, a partir del 27, estará disponible la serie completa en Disney+ y Star+.
La época en la que apareció MAFALDA parece cada vez más lejana. Sí, es cierto, pasaron ya casi 60 años de su surgimiento como historieta –y eso, técnicamente, es mucho tiempo– pero tengo la impresión que hasta hace no tantos años la seguía sintiendo relevante, seguía siendo referenciada, directa o indirectamente, por las nuevas generaciones. No digo que eso se haya terminado del todo –bah, espero que no sea así–, pero la sensación que queda tras ver este homenaje a la historieta creada por Quino es que habla, lamentablemente, de un tiempo pasado. Referencias pasadas, creencias pasadas, un mundo que parece estar dejando de existir.
Sepan disculpar el tono, si se quiere, derrotista, pero ver esta serie documental en el contexto político nacional (y también internacional) en el que se vive hoy, con buena parte de las nuevas generaciones que antes amaban y se identificaban con personajes como ella convertidos prácticamente en lo opuesto, me resulta un tanto deprimente, me enfrenta a la evidencia de un cambio de época brutal, doloroso. No suelo ser nostálgico y ver el documental no me hizo ponerme de esa manera (de hecho, durante buena parte de los años en los que se editó Mafalda hubo una dictadura y el propio Quino tuvo que exiliarse antes de la llegada de la siguiente), pero mi impresión era que el mundo que veían los personajes de esa tira tenía algunos parámetros que nos alcanzaban a todos. O a casi todos. Ya no.
Dividido en cuatro episodios de media hora RELEYENDO: MAFALDA no presenta exactamente lo que promete el título. No hay aquí una relectura ni nada parecido. Lo que se hace es contar su historia, entender su funcionamiento, enmarcar su existencia y el mundo en el que se insertaba. Con testimonios de decenas de personas que fueron fuertemente «tocadas» por la creación de Quino –desde deportistas a actores pasando por familiares, humoristas, investigadores, escritores, colegas y herederos suyos– y algunas viejas entrevistas al creador, esta serie dirigida por Lorena Muñoz (GILDA) arranca contando cómo apareció el personaje de Mafalda y cómo se convirtió en la tira que fue para luego ir abriéndose a los otros personajes y al mundo que los rodeaba.
Evitando la biografía de Quino –casi no se mencionan otros trabajos y su vida personal solo se referencia cuando conecta con algo de la tira–, lo que hace la serie es ir describiendo a los distintos personajes de Mafalda y cómo cada uno de ellos reflejaba a su época y las distintas tipologías existentes dentro de la clase media de los ’60. Además de la inquisitiva y crítica protagonista estará su atribulado padre (con su oficina, su sueño del autito propio y sus penares económicos), su siempre ocupada madre (con sus ruleros, sus constantes quehaceres domésticos y su insistente sopa) y de a poco empezarán a ir apareciendo los amigos, esa especie de diagonal sociopolítica que atravesaba a la Argentina de entonces.
Manolito, Susanita, Felipe, Miguelito y luego Guille y Soledad irán apareciendo en la tira, siendo comentados y analizados por los entrevistados, analizando el universo de sentido que representaban, por un lado, y cuestiones específicas del humor y del dibujo, por otro. Es interesante la suma de opiniones del exterior (hay mexicanos, españoles, ecuatorianos y colombianos, entre otros) a la de los locales probando la universalidad de la propuesta, lo mismo que el análisis concreto de cuestiones técnicas de la manera de hacer humor gráfico que tenía Quino.
Tal vez para los de mi generación mucho de lo que se dice es sabido –todos los que la leímos intentamos pensarla en relación al mundo en que existía y entender con qué personajes uno se identificaba y a quienes veía reflejado en otros–, pero seguramente haya otros que llegaron a la tira mucho después, o que aún no la leyeron, y a quienes las reflexiones acerca de MAFALDA y su contexto ayudarán a entender no solo cómo era la Argentina sino cierto universo de sentido que existía en esa segunda mitad de los ’60 y principios de los ’70 en los que la historieta se publicó en diversos medios hasta llegar a los conocidos libritos.
Notarán que no estoy analizando ni explicando nada de la historia ni de los personajes ni del contexto porque, bueno, los que la leyeron ya los conocen y, los que no, tienen la serie para ir descubriendo la genialidad de esa legendaria creación. Nombres como Manu Ginóbili, Gabriela Sabatini, Santiago Segura, Rep, Liniers, Agustín «Soy Rada» Aristarán, Rodrigo Fresán, Agustín Pichot, Juan Sasturain, Nancy Duplaá y Julieta Zylberberg son solo algunos de los que hablan, analizan o sencillamente leen, se tientan y se ríen con muchas de las tiras. Quedará en los que lo vean, también, entender si personajes como ella son parte de una Argentina –y de un mundo– que está dejando de existir, o si no todo está tan perdido como hoy parece.
Volver sobre un personaje y una obra siempre implica una relectura, estimado Lerer.