Estrenos: crítica de «Norma», de Santiago Giralt

Estrenos: crítica de «Norma», de Santiago Giralt

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17 Oct, 2023 12:02 | comentarios

Mercedes Morán encarna a una ama de casa de provincia cuya vida empieza a cambiar cuando su empleada doméstica se va y ella se atreve a romper ciertos mandatos sociales. Con Alejandro Awada, Lorena Vega y Mércedes Scápola. Estreno en cines: 19 de octubre. Más adelante se verá en Netflix.

Un episodio en apariencia menor, puede tener grandes consecuencias. Para Norma (Mercedes Morán) la cosa empieza de ese modo. Un día vuelve a su casa y su empleada doméstica (Claudia Cantero) le comunica que no trabajará más allí. Que se va, inmediatamente, cosa de no dudar y arrepentirse. Minutos después, Norma queda sola. Su marido (Alejandro Awada) nunca está y, cuando vuelve, apenas hablan. Su hija (Mercedes «Mey» Scápola, hija en la vida real de Morán) ya es adulta, médica y vive por su cuenta. Con su hermana (Mirella Pascual) está peleada por algo que dijo. Y lo más parecido que tendrá a una ocupación será cuidar a su madre anciana (Elvira Onetto) que se pasa el día mirando «la novela».

En lugar de deprimirla, ese impacto la irá sacando a Norma de su, digamos, zona de confort. Empezará a darse cuenta que su vida cotidiana tiene algunos agujeros terribles y, antes de que alguien pueda pronunciar términos como ansiedad o depresión, la mujer estará investigando páginas online para comprar marihuana medicinal o buscando una terapeuta (Lorena Vega) que la ayuda, aunque lejos está de tener idea qué se hace con un psicólogo. Todo esto sucede, además, en un pequeño y conservador pueblo de provincia en el que mujeres de la edad de ella no suelen hablar de estas cosas y deben aparentar estar muy contentas de tener una vida supuestamente apacible como la de «la señora de», en este caso, el presidente de la Sociedad Rural local.

Estos disparadores llevan a que Norma empiece a conectar con mundos que existen por fuera de las cuatro paredes de su casa y de la otra que tienen, con pileta, que el marido quiere vender. Y esas salidas al exterior –por más que incluyan velorios, problemas con policías y otros dramas que se revelarán– están tratados en tono de comedia. La apertura de Norma –que se parece un poco a la de la película GLORIA, del chileno Sebastián Lelio– es una a un mundo en el entran un deseo sexual un tanto menos patriarcal, mundos para ella desconocidos y una combinación de reencuentros y decepciones que la harán tomar conciencia de que hay algo más en la vida que ser quien siempre fue, que cumplir «las normas».

NORMA es una comedia amable, accesible, sin excesivas pretensiones, con algo de simpático cuento de provincia. Además de contar con un excelente elenco, Giralt le escapa al grotesco o al exceso de costumbrismo que tienden a aplastar este tipo de relatos. La película no evita ciertas tipologías clásicas del mundo que retrata pero se atreve a meterse en territorios inexplorados por este formato de comedia mainstream. Y trafica algunas ideas interesantes dentro de esa sencillez.

En su trama entran el feminismo, las drogas, la ansiedad, la inseminación artificial, las parejas del mismo sexo, los ataques de pánico y así. Siempre de manera ligera, muchas veces como broma (ver sino la escena en la que su amiga/terapeuta le muestra un cuadro), pero están ahí. Como en los melodramas de los ’50, pero con un giro cómico y contemporáneo, Giralt cuenta la historia de una mujer que se dio cuenta que es posible ver qué hay más allá de los mandatos que tiene inscriptos ya desde su nombre.