Estrenos online: crítica de «Milli Vanilli: el mayor escándalo en el mundo de la música», de Luke Korem (Paramount+)

Estrenos online: crítica de «Milli Vanilli: el mayor escándalo en el mundo de la música», de Luke Korem (Paramount+)

Este documental cuenta la historia del exitoso dúo pop de fines de los ’80 que cayó en desgracia cuando se supo que no cantaban sus canciones. En Paramount+.

A fines de los años ’80 Milli Vanilli se convirtió en uno de esos éxitos pop instantáneos gracias a una sucesión de hits radiales que llegaron a los primeros puestos de los rankings en todo el mundo. Era un grupo curioso, compuesto por dos jóvenes europeos –uno alemán y el otro francés– que usaban unas largas trenzas y parecían más bailarines o modelos publicitarios que otra cosa. Pero el mundo de la música pop está lleno de «fenómenos curiosos» de este tipo, así que nada demasiado raro por ahí.

Todo estalló por los aires, a principios de los ’90, cuando Milli Vanilli ganó el premio Grammy a mejor artista nuevo. Poco después salió a la luz que ni Rob Pilatus ni Fabrice Morvan cantaban sus propias canciones. Escándalo mediante, les retiraron el premio, tuvieron que devolverlo y se quedaron sin carrera de un día para el otro. No solo eso sino que se convirtieron en el hazmerreír de todos y hasta les hicieron decenas de juicios por engaños, desfalcos y así. De allí en adelante se supo muy poco de sus vidas.

MILLI VANILLI intenta contar la historia completa del asunto. Y si bien los seguramente complicados disputas y acuerdos legales no son parte de su trama, la producción ha conseguido no solo el testimonio de casi todos los involucrados (solo faltan dos, por motivos que mejor no adelantar si desconocen lo que sucedió) sino un sorprendente nivel de honestidad a la hora de hablar claramente de cómo fueron los hechos. Quedará en el espectador ver a quienes le creen, ya que hay algunos recuerdos que no coinciden.

El escándalo fue, obviamente, una exageración. El mundo de la música pop está plagado de fenómenos prefabricados y hoy no podría asegurar cuáles de las tantas bandas y solistas que hay por el mundo no funcionan con un modelo parecido. Pero lo más curioso de todo tiene que ver con la brutal decisión de parte de los medios, principalmente, de atacar a Rob y a Fabrice, sin jamás poner la mirada en los que realmente fueron responsables del producto y, si se quiere, los «culpables» de la estafa.

Todo arranca con el encuentro entre estos dos jóvenes bailarines de bajos recursos, que vivían en Alemania, se hicieron amigos y empezaron a participar en videos y a hacerse conocidos en los clubes nocturnos de Munich. Su look llamó la atención de Frank Farian, un productor alemán que ya había hecho cosas similares con Boney M. (un grupo que tuvo varios éxitos en los años ’70 y ’80) y los hizo firmar un contrato que Fab asegura no haber leído en detalle. Era mucho dinero para estos dos chicos de bajos recursos (aunque poquísimo para la industria) y les daba la remota posibilidad de hacerse famosos bajo el nombre de Milli Vanilli.

Unos meses después se enterarían de que el primer single, titulado «Girl You Know It’s True«, ya había sido compuesto y grabado por Farian y otros cantantes. Es decir: no tenían que cantar ni nada. Entre las decenas de testimonios que tiene la película, el propio Fabrice dirá que ellos no querían aceptar el plan pero, por lo que habían firmado, de no hacerlo debían devolver el adelanto y meses de salario, por lo que tuvieron que decir que sí.

Por su parte, Ingrid Segieth –que trabajaba con Farian y es una muy ambigua y curiosa entrevistada– dirá que no fue así, que aceptaron sin problemas y hasta con entusiasmo. Lo cierto es que la canción se grabó con otros intérpretes (esa es toda otra historia, que aquí también se cuenta) y se volvió tan exitosa que tuvieron que sostener ese «engaño» por más tiempo de lo pensado.

Al sacar un disco entero y sumar varios hit singles más (como «Baby Don’t Forget My Number» o «Blame it on the Rain«), agregarle giras por varios países y tener un éxito impensado en los Estados Unidos, la cuestión se fue complicando cada vez más. Una cosa es hacer mímica en un programa de TV y otra, un poco más compleja, especialmente entonces, era sostenerlo en shows en vivo. Con los Grammy, finalmente, todo lo que había subido cayó estrepitosamente.

MILLI VANILLI contará fundamentalmente esa historia –desde el lugar del ocultamiento y las peleas internas de los participantes del «engaño»–, para luego centrarse en lo que pasó después de su caída en desgracia. Y allí sucede lo más duro y trágico del documental: las consecuencias personales de un escándalo mediático que duró unos meses y que todos los demás olvidaron. Pero no los involucrados, que tuvieron que cargar con ser objeto de burlas, problemas personales, intentos de regresar y problemas aún más graves.

Se trata de un documental bastante completo, que tiene una mirada más humana y comprensiva de la que existía anteriormente. No solo de la situación en sí (este tipo de bandas prefabricadas son una constante en la industria pero en esa época no había auto-tune) sino de las complejidades del sistema, una que incluye abusos de poder, cierto racismo, una prensa brutal y, especialmente, sellos discográficos que responsabilizan a los que menos poder tienen. En este caso: Rob y Fab.

De alguna manera distinta a la de hoy, uno podría decir que los Milli Vanilli fueron «cancelados» y nunca lograron recuperarse de lo que sucedió. Los motivos son distintos a las cancelaciones de estos años –de hecho el documental los recuerda de un modo empático–, pero la lógica es bastante similar. Sin llegar a ser una reivindicación, lo que MILLI VANILLI intenta contar a través de sus entrevistas y su material de archivo es el costado humano de una industria que usa y tira a sus figuras cuando ya no puede seguir haciendo negocios con ellas.