Festival de Mar del Plata 2023: crítica de «Las cosas indefinidas», de María Aparicio

Festival de Mar del Plata 2023: crítica de «Las cosas indefinidas», de María Aparicio

por - cine, Críticas, Festivales
26 Oct, 2023 10:23 | Sin comentarios

En este drama de la directora de «Sobre las nubes», una editora deprimida tras la muerte de un amigo cineasta lidia con su profesión mientras trabaja en un nuevo film.

Después de SOBRE LAS NUBES, su elocuente retrato de varios personajes en Córdoba, María Aparicio regresa a un tipo de cine más cercano al primero, LAS CALLES, que podría definirse dentro de la amplia categoría del film-ensayo. Si bien LAS COSAS INDEFINIDAS se presenta bajo las formas de una ficción, hay una clara intención documental detrás de ella. No solo ligados a hechos de la vida real sino a la aparición de la propia directora y de su montajista en el elenco para hablar, fundamentalmente, de las contradicciones y angustias de hacer cine.

Eva (Eva Bianco, esa gran actriz de casi todo el cine hecho en Córdoba) encarna a una montajista que, además, da clases de cine. Mientras habla a sus alumnos sobre conceptos teóricos –ligados a cómo el cine, al capturar imágenes y preservarlas, transforma el pasado en presente– se la ve alicaída, al borde de la depresión. Su asistente, Rami (Ramiro Sonzini, editor de la película y reconocido crítico de publicaciones como «Cinéfilo» y «La vida útil«), la reemplaza pero se queda preocupado por ella.

De a poco va quedando claro que Eva está en crisis con su trabajo, algo que se acrecentó a partir de la muerte de un amigo, cineasta, que falleció poco antes (la película está dedicada a la memoria de Pablo Baur, documentalista cordobés que murió en 2019) y que duda acerca de seguir adelante. Rami intenta ayudarla, entusiasmarla, la trata de centrar en el trabajo que deben realizar. Y buena parte de la película se centrará en ese otro film, un documental sobre las experiencias de ciegos, que ambos editan y discuten.

Así, en paralelo a las contradicciones e intentos de Eva de salir de ese pozo (en un momento salen a tomar algo y a bailar, en otros a escuchar cantantes en vivo, pero el gesto de ella es casi siempre adusto), lo que Aparicio nos va mostrando son los testimonios y las imágenes generadas para ese otro, digamos, «ensayo sobre la ceguera», con varios no videntes contando anécdotas o experiencias acerca de sus vidas. Todo confluye en las discusiones y debates que los editores tienen entre sí respecto al material en el que están trabajando, discusión a la que, en un momento, se suma la directora de ese documental (bah, de ambas películas) que es la propia Aparicio.

Un ensayo sobre las posibilidades maleables del cine, sobre la «persistencia de la visión» –en un sentido metafórico–, sobre las diferencias que existen entre los que ven en el cine una experiencia social y comunitaria y los que –como en este caso son los editores– trabajan en ese arte de manera por lo general bastante solitaria, LAS COSAS INDEFINIDAS trata de meterse en la cocina de la producción cinematográfica combinando apuntes, si se quiere, teóricos, con otros de corte psicológico.

Desconozco lo específicamente autobiográfica que pueda ser la película, pero viendo LAS COSAS INDEFINIDAS uno puede tener la sensación de que se trata de un film partido en dos por la muerte de Baur, como si Aparicio hubiera estado haciendo un documental sobre las experiencias de la ceguera y, al ocurrir ese hecho, se vio obligada a replantearse no solo la película sino su propia relación con el cine. En ese sentido, la película está atravesada por una profunda tristeza y melancolía que, si bien ya son propias de su cine, aquí alcanzan características un tanto más angustiantes.

Quizás, lo que termina quedando un tanto «descolgado» sea el documental sobre la ceguera en sí. No porque no sea interesante ni valioso, sino porque parece correr en paralelo al drama personal y a la discusión de los personajes acerca de cómo salir de ese pozo, de esa tristeza. Claramente se le pueden encontrar conexiones a ambos hilos narrativos (el cine, especialmente, pasa en gran medida por la visión), pero por momentos da la sensación de ser una película que va y viene entre dos mitades un tanto separadas. De todos modos, conviven sin hacerse daño. En la peculiar estructura de LAS COSAS INDEFINIDAS, quizás aquellos que no ven logren enfrentarse mejor al futuro que los que, aún viendo, no logran encontrar la luz en medio de la oscuridad.