Festival de Mar del Plata 2023: crítica de «Shortcomings», de Randall Park

Festival de Mar del Plata 2023: crítica de «Shortcomings», de Randall Park

por - cine, Críticas, Festivales
25 Oct, 2023 08:54 | Sin comentarios

En esta comedia dramática, un cineasta frustrado de ascendencia japonesa entra en crisis cuando su novia lo deja para irse a Nueva York y le propone «tomarse un tiempo».

Hay una serie de discusiones temáticas y formales que conforman el núcleo central de SHORTCOMINGS, film que se presenta con aspecto de comedia romántica pero que en realidad es otra cosa. La opera prima del actor de ANT-MAN, basada en la novela gráfica de Adrian Tomine, es más que nada el retrato de un joven californiano de ascendencia asiática –más específicamente, japonesa– que atraviesa una serie de complicados procesos en su vida, unos que bien podría entrar en la categoría de «historia de crecimiento». Solo que con un tipo de veintipico como protagonista.

Ben (Justin H. Min) es cinéfilo, estudió cine y quiso (o quiere) ser cineasta, pero a falta de ideas hoy se contenta trabajando como manager de un cine de arte en Berkeley. La película que vemos de entrada, sin embargo, no es SHORTCOMINGS ni una suya, sino una comedia romántica con protagonistas asiáticos que Ben está viendo con su pareja Miko (Ally Maki) en un festival de cine. Ella la disfruta pero a él no le gusta nada. Es que Ben se considera un cinéfilo duro (mira clásicos de Truffaut, Cassavetes y Ozu en su tele todo el día) y este tipo de comedias familiares y accesibles no le mueven un pelo. Y no le parece suficiente con que sus protagonistas sean asiáticos. La idea de «representación» por sí sola no le alcanza.

Pronto veremos su vida cotidiana. Con su novia tienen una relación tensa y él parece llevarse mejor con Alice (la actriz que la interpreta responde al curioso nombre de Sherry Cola), su mejor amiga, que es coreana y lesbiana y con la que coinciden en tono y códigos. Miko descubre que Ben mira pornografía con chicas blancas y le recrimina esa obsesión que el muchacho tiene con ellas. Antes vimos cómo Ben recibió a una rubia hipster que empezó a trabajar en su cine y nos queda claro que es bastante cierto. Y es así como, de un día para otro, Miko le cuenta que se irá tres meses a Nueva York a hacer una pasantía laboral. Y ambos deciden «tomarse un tiempo».

Ben lo ve como una oportunidad para salir con esa y otras chicas –sí, todas blancas–, pero pronto se da cuenta que extraña a Miko, que casi no le contesta sus llamados ni mensajes. En el medio, Alice se va también de viaje y el mundo empieza a caérsele encima a Ben. Pero lo más interesante que propone el film de Park es que su protagonista es un tipo bastante desagradable: snob, creído de sí mismo, egoísta, muy desatento con los demás. Uno tiende a identificarse con los narradores que nos cuentan sus penurias amorosas y personales, pero acá vemos de un modo bastante claro que él es casi siempre responsable de lo que le pasa.

Así, SHORTCOMINGS se volverá una comedia dramática de esas que empiezan cuando las comedias románticas habitualmente terminan, con una pareja ya armada y los problemas que tienen estando juntos. Pero, en el fondo, la película pone en discusión una serie de temas ligados a la experiencia asiático-americana. Por un lado, a través de una trama en la que todo el tiempo se discute esa pertenencia y los deberes, compromisos y problemas que eso implica para los tres protagonistas por igual. Y, por otro, en la propia forma del film de Park, que empieza –tomando el punto de vista de Ben–como una crítica de las películas «accesibles» para terminar siendo exactamente eso.

De todos modos, la rara distinción de SHORTCOMINGS pasa por su subyacente oscuridad, por la manera en la que las formas aparentemente amables y clásicas de su relato no logran ocultar lo que es una mirada muy áspera y crítica respecto a las acciones de su protagonista. Lo que Tomine ensaya aquí –y Park transforma en imágenes– es una suerte de autocrítica sobre su relación con el cine, su sensación de superioridad ante los otros y la ambigua conexión que tiene con sus raíces. Todo en principio muy simpático y leve, pero con un trasfondo mucho más amargo de lo que parece.