Películas de casinos: entre la realidad y fantasía
En este artículo analizaremos la relación entre el séptimo arte y los mejores casinos, dos mundos que comparten una intrigante simbiosis.
El cine, desde sus inicios, ha sido un medio perfecto para transportarnos a diferentes mundos y realidades. Nos ha llevado a lugares lejanos y ha explorado la inmensidad del espacio, pero también nos ha permitido adentrarnos en la fascinante atmósfera de los casinos. A lo largo de las últimas décadas, se han convertido en el telón de fondo ideal para la creación de historias. En este artículo, analizaremos la relación entre el séptimo arte y los mejores casinos, dos mundos que comparten una intrigante simbiosis.
Casino, de Martin Scorsese
Una de las películas que mejor ha sabido llevar a la pantalla la representación de este tipo de negocios es Casino, dirigida nada menos que por Martin Scorsese. Esta película transporta al espectador a la bulliciosa vida de un casino de Las Vegas, mostrando tanto su glamour como su lado oscuro.
A través de una narrativa vívida y una excelente caracterización de los personajes, la historia sigue las aventuras de un casino gestionado por mafiosos con Robert De Niro, Joe Pesci y Sharon Stone de protagonistas. Como viene siendo habitual, Scorsese nos ofrece una visión cruda de la corrupción, la violencia y la avaricia presentes en las organizaciones criminales de la época.
21: Blackjack, de Robert Luketic
Basada en hechos reales, la trama sigue a un grupo de estudiantes de MIT que desarrollan un sistema para contar cartas en el blackjack, lo que les permite embolsarse grandes sumas de dinero en los casinos de Las Vegas.
La película aborda la vertiente técnica del juego, presentando el conteo de cartas como una estrategia que permite a los protagonistas desafiar las probabilidades del azar, con actores de la talla de Kevin Spacey, Jim Sturgess o Kate Bosworth, entre otros. Todo ello a través de una serie de subtramas en las que se pone a prueba su habilidad y temple.
Ocean’s Eleven, de Steven Soderbergh
Esta película supuso el inicio de una serie de secuelas que marcaron un antes y un después en la representación de los casinos en el mundo del cine. Lo que distingue a esta saga cinematográfica de otros títulos es la forma en la que la inteligencia y el ingenio triunfan sobre las probabilidades.
Los personajes principales, liderados por el carismático Danny Ocean, interpretado por George Clooney, emplean diferentes estrategias, que incluyen disfraces ingeniosos, robótica de última generación y la manipulación magistral de las dinámicas del casino. Es una suerte de Equipo A que persigue hacerse rico a través del robo de tres casinos: Bellagio, Mirage y MGM Grand.
The Gambler, de Rupert Wyatt
Protagonizada por Mark Wahlberg y basada en la misma película de 1974 escrita por James Toback, cuenta la historia de un profesor universitario adicto al juego que se encuentra en una espiral de deudas y peligrosas amistades. Bennett se adentra en el mundo del juego de alto riesgo y se enfrenta a las consecuencias de sus acciones mientras intenta encontrar una salida a su situación. La banda sonora, por cierto, contó con la canción homónima compuesta por Kenny Rogers.
Croupier, de Mike Hodges
A diferencia de muchas películas que se centran en jugadores o atracadores de casinos, Croupier ofrece una visión singular y poco convencional del mundo del juego, al mismo tiempo que se sumerge en la perspectiva fría y cerebral de un crupier. La trama sigue a Jack Manfred, interpretado por Clive Owen, un escritor en busca de inspiración que acepta un trabajo como crupier de casino en Londres.
La película también se adentra en la vida personal de Jack, lo que añade una capa adicional de intriga a la trama. A medida que se ve arrastrado por las situaciones complicadas en el casino y en su vida personal, se desencadenan una serie de eventos que desafían su perspectiva distante y lo llevan a cuestionar su propia moralidad. Es una reflexión en sí misma de la naturaleza humana y cómo afecta este tipo de entornos.
Revolver, de Guy Ritchie
Dirigida por el talentoso cineasta británico Guy Ritchie, se aparta de las convenciones del género de películas de casino, adoptando una narrativa mucho más profunda y reflexiva. Revolver plantea preguntas sobre el ego, el poder y la manipulación y utiliza elementos simbólicos, como el juego de ajedrez, para ilustrar los conceptos abstractos que explora.
El personaje principal, Jake Green, descubre un método ‘mágico’ tras su paso por prisión que lo lleva a creer que puede vencer a cualquier oponente. Con el transcurso de la trama, se revela que la fórmula es una metáfora más profunda y abstracta que se relaciona con la psicología y la toma de decisiones en la vida, más que con las apuestas en sí.
La película explora cómo esta fórmula se convierte en una obsesión que afecta profundamente a Jake Green y su forma de entender el mundo. También aborda temas filosóficos relacionados con la búsqueda del éxito, la manipulación y el control de uno mismo.