Estrenos online: crítica de «Ensayo general» («Theater Camp»), de Molly Gordon y Nick Lieberman (Star+)
En tono de falso documental aquí se cuenta la vida en un caótico pero simpático campamento teatral con chicos y docentes que aspiran a ser estrellas. Con Ben Platt y Molly Gordon. Desde el 6 de diciembre en Star+.
En la línea de los falsos documentales de Christopher Guest –en especial de WAITING FOR GUFFMAN, cuyo tema también era la trastienda del mundo teatral–, ENSAYO GENERAL es una comedia un tanto más amable y tierna que las habitualmente ácidas de aquel director, aunque quizás no tan efectiva. Graciosa en partes, obvia en otras, la película sale a flote gracias a un elenco notable, algunas bromas muy graciosas (aunque muchas de ellas solo serán captadas por los amantes del teatro) y una media docena de muy buenas canciones originales que levantan la emoción cuando es necesario.
Todo transcurre en un campamento de verano llamado AdirondACTS dedicado a chicos y chicas (y chiques) que pasan sus vacaciones entrenando para transformarse en actores. Si bien la película no le dedica demasiado tiempo a los niños en sí, aquí hay de todo. Desde simpáticos y precoces cantantes y actores a chicos sobrentrenados para triunfar. En el medio, muchos fans del musical que sueñan con convertirse en divas del escenario.
Pero ENSAYO GENERAL se centra en los adultos, o los que deberían serlo, en este campamento. Todo empieza con un accidente que complica el «documental» que se está filmando pero, más que nada, a la organización en sí. Joan, la fundadora y organizadora del lugar, queda en coma tras ver luces estroboscópicas en una obra y su lugar es ocupado por su hijo, Troy (Jimmy Tatro), un vlogger de inversiones, un pretendiente a trader de Wall Street que no es otra cosa que un perdedor con pretensiones que no entiende nada de lo que su madre hace. Ni le importa mucho.
El problema es que el campamento da muchas pérdidas. Y si Troy no hace algo van a tener que cerrarlo o venderlo a la empresa que maneja un más convencional campamento vecino. Uno que está lleno de hijos de padres millonarios a los que el teatro nada les importa. Pero Troy parece sentirse más cómodo con esa gente –y con la representante que envían para convencerlo– que con los freaks & geeks de su campo. Y además, muy hábil para los negocios no es. Eso es obvio de entrada.
Pero para ocuparse de ellos están los excéntricos profesores. Los protagonistas son la codirectora Molly Gordon y Ben Platt. Ellos interpretan a Rebecca-Diane y Amos, dos amigos que fueron compañeros muchos años allí y ahora enseñan. Son inseparables y a la vez codependientes de una manera que terminará por explotar en el momento menos pensado. AdirondACTS tiene además otros docentes, típicos personajes del mundo del teatro musical. Un vestuarista (Owen Thiele), un docente de danza (Nathan Lee Graham), un encargado de la parte técnica a quien nadie le presta atención (Noah Galvin), una que da clase de varias cosas pero no sabe casi nada de ninguna (Ayo Edibiri) y así.
El eje narrativo principal de ENSAYO GENERAL pasará por la producción original que cada año se hace allí. En este caso se trata de «Joan, Still», un homenaje musical a la vida de Joan y a su dedicación al campamento. Pero la obra, que todos los años crean Amos y Rebecca-Diane, está sin escribir, lo que se complica además por los problemas entre ellos. A eso se suma que Troy, en sus torpes intentos por salvar la empresa familiar, termina metiendo a todos en más y más problemas.
La trama, de todos modos, es lo de menos. Lo interesante aquí, lo que los directores buscan, es homenajear de una manera a la vez un poco burlona, la pasión por el teatro, la música y las performances de este grupo de chicos y adultos que dedican su vida al escenario y a todo lo que lo rodea. Lo que THEATER CAMP ofrece es una mirada amable y tierna a un detrás de escena, uno más ligado a las clases de teatro para niños que al de los escenarios. Aunque, convengamos, ese aparecerá también, ya que tarde a temprano la obra se tendrá que hacer.
Si bien ENSAYO GENERAL es una película con fallas y con un tono incierto que nunca termina de cerrar del todo bien (casi todo lo ligado a Troy es un poco obvio y previsible, como si no pudieran definir con más de dos pinceladas a un personaje que no tiene nada que ver con lo que se hace ahí), como experiencia es entretenida y con momentos muy graciosos. La emoción llega, inesperadamente, sobre el final. Y para eso ayudan algunas buenas canciones y la actuación de un grupo de chicos a los que quizás veamos pronto en más producciones. No hace falta ser fan del musical para divertirse aquí, aunque tener alguna noción de quienes son Bob Fosse, Andrew Lloyd Webber y Stephen Sondheim no viene nada mal.