Estrenos online: crítica de «Río salvaje» («River Wild»), de Ben Katai (HBO Max)
Versión del film homónimo de 1994, este thriller se centra en una serie de tensas situaciones que un grupo de personas vive mientras hace rafting en un peligroso río. En diciembre, en HBO Max.
Ustedes –o muchos de ustedes– no habían nacido, pero allá por 1994 Meryl Streep estaba en un pico de popularidad y protagonizó un thriller, algo muy poco usual en su carrera, titulado RIO SALVAJE, que fue dirigido por Curtis Hanson. Ese film, en el que actuaban también Kevin Bacon y John C. Reilly, fue un limitado éxito comercial pero una bastante sólida película de género. Casi 30 años después, el realizador Ben Katai toma los ejes básicos de esta historia y arma una remake, con las suficientes diferencias como para parecer una película bastante distinta.
Esta RIO SALVAJE es, de un modo más decidido, una película de Clase B, un compacto relato de suspenso sobre un grupo de personas que son tomadas como rehénes por un tipo violento mientras hacen rafting en un peligroso río del que casi no tienen posibilidad de escapar. La película no pasó por los cines estadounidenses –se estrenó directo en VOD, en formato digital– y tiene un elenco decididamente más modesto, con Adam Brody (la serie THE O.C.) como su actor más reconocible, junto a Leighton Meester (GOLDEN GIRLS) y el comediante Taran Killam (de SATURDAY NIGHT LIVE). Sin embargo, esa modestia no le quita eficacia. De un modo discreto –muy propio de un estreno directo en plataforma– es un pasatiempo bastante digno.
La historia se modifica bastante respecto al film original, al punto que la propia producción la considera una secuela, aunque en realidad los personajes no tienen conexiones directas con aquellos. Acá la protagonista es Meester, que interpreta a la Doctora Joey Reese, quien ha llegado al Río Kootenay, que cruza de Idaho, Estados Unidos a Canadaá (se filmó en realidad en Hungría), a hacer un paseo en rafting con su hermano, Gray (Killam), que es un instructor de ese deporte.
Brody encarna a Trevor, un amigo y algo más de la adolescencia de ambos que se suma al viaje. Y el grupo se completa con dos turistas británicas (Olivia Swann y Eve Connolly) que se unen como parte de su recorrido, propio del turismo de aventuras. Todo parece marchar bien hasta que en un episodio más propio de DELIVERANCE, de John Boorman (película conocida en Argentina como LA VIOLENCIA ESTA EN NOSOTROS), una de las turistas tiene un supuesto accidente –se golpea la cabeza en una de las paradas– y hay que llevarla de regreso al punto de partida, para curarla.
Pero los intentos de Gray y Trevor por encontrar quien los rescate se tuercen cuando queda en evidencia que Trevor posee un secreto –varios, en realidad– y en realidad no está demasiado interesado en que la chica se salve. Al principio pondrá trabas al rescate, ante la incredulidad del barbado Gray, y pronto pasará a la acción más concreta tomando de rehén al grupo completo y tratando de llevarlos hacia donde él prefiere.
La historia es concreta y simple, con escenas que parecen copiadas de aquel film de Boorman –las que involucran viajar por los peligrosos rápidos llevando gente gravemente herida a bordo son las más obvias–, dentro de una situación de tensión que, en líneas generales, tiene puntos en común con las de aquel film de Streep, más allá de que los personajes sean bastante distintos.
Es una trama con sus «lagunas» narrativos –disculpen el chiste fácil– y en más de un sentido bastante implausible, pero estamos ante un género que, especialmente en su versión bajo presupuesto. no se caracteriza, ni exige un altísimo grado de credibilidad. O, dicho de otra manera, que prioriza la tensión y la acción por sobre la lógica más estricta. Y dentro de esos parámetros, RIO SALVAJE funciona razonablemente bien.