Estrenos: crítica de «Instinto maternal» («Mothers’ Instinct»), de Benoit Delhomme

Estrenos: crítica de «Instinto maternal» («Mothers’ Instinct»), de Benoit Delhomme

por - cine, Críticas, Estrenos
07 Ene, 2024 07:56 | Sin comentarios

A principios de los ’60, Alice y Celine viven un estilo de vida tradicional con esposos exitosos e hijos de la misma edad, pero esa perfecta armonía se rompe repentinamente tras un trágico accidente. Con Jessica Chastain y Anne Hathaway. Estreno en cines de Argentina: 11 de enero.

Hay muchas cosas curiosas alrededor de INSTINTO MATERNAL. La primera y más obvia es: ¿cómo aparece una película protagonizada nada menos que por Jessica Chastain y Anne Hathaway así, de la nada, sin ningún tipo de difusión o prensa internacional previa? Generalmente las películas con estrellas de este calibre vienen precedidas de notas, entrevistas, trailers, rumores sobre posibles nominaciones y otros elementos clásicos de la temporada de estrenos cinematográficos. Con esta película, nada de eso. De hecho, es relativamente poco lo que se encuentra si uno la googlea.

Y la otra es la película en sí. Adaptación de una novela de la escritora belga Barbara Abel llevada al cine por Olivier Masset-Depasse en 2018 como DUELLES, se trata de un film que, en otras épocas, era muy común ver en las carteleras: el film de suspenso intimista, pequeño, con pocos personajes y una trama simple. En los años ’50 y ’60 cineastas como Alfred Hitchcock (o, en Francia, tipos como Claude Chabrol o Henri-Georges Clouzot) solían lanzar este tipo de relatos de sospechas familiares –entre parejas, amigos, familiares o vecinos– de manera asidua y muchas veces efectiva. Pero ese tipo de películas fueron desapareciendo del mapa de los estrenos allá por los años ’90 para pasar a integrar ese grupo grande de films que van directo al video o, más recientemente, a las plataformas de streaming, donde una película como INSTINTO MATERNAL encontrará su mejor lugar.

Con una dupla protagónica que hace esperar una película de mayor producción, estamos ante un melodrama de época que transcurre a principios de los años ’60 y que se centra en dos mujeres, vecinas y madres ambas, dos aparentemente perfectas madres que están vestidas de punta en blanco hasta para hacer la limpieza de sus respectivas y aledañas casas. Celine (Hathaway) está casada con Damian (Josh Charles), un visitador médico con el que tiene un simpático hijo llamado Max (Baylen D. Bielitz). Y a Alice (Chastain), por su parte, se la ve feliz con una vida casi espejada a la de su vecina: marido, Simon (Anders Danielsen Lie) e hijo, Theo (Eamon O’Connell), de la misma edad que el de al lado.

Los chicos se adoran, van juntos al colegio, las madres pasan los días conversando, hacen reuniones sociales divertidas para festejar cumpleaños y todo funciona como un edulcorado melodrama más de los ’50 que de los ’60. Pero hay problemas a la vista, de los que no se hablan en público: Alice quiere volver a trabajar pero su marido la convence de no hacerlo, Celine tuvo problemas para quedar embarazada y otros asuntos que cobrarán relevancia más adelante. Hasta ahí, todo más o menos en orden. Pero un inesperado contratiempo complicará todo y nada volverá a ser lo mismo.

Todo cambia por una tragedia (SPOILER ALERT si no quieren saber ni el disparador de la trama). Un día en el que Theo no va al colegio porque se siente mal, Alice lo descubre subido al borde de un balcón, intentando llegar con las manos a una pajarera que cuelga de un árbol. Le grita para que se baje, pero el chico no la escucha o no le presta atención. Alice no logra atravesar el cerco de arbustos y da la vuelta por la entrada de la casa llamando a Celine, que está con la aspiradora encendida y no la escucha. Cuando finalmente le abre la puerta y van a ver a Theo, el chico ya no está. Se ha caído y murió en el acto.

La tragedia lo altera todo. Celine se oscurece de una manera esperable pero aún así brutal y Alice tiene la sensación de que su vecina la culpa por no haber frenado a su hijo a tiempo. Los intentos de reconectar entre vecinos no funcionan, por más esfuerzos que Alice y su marido hagan. Pero el asunto empeora tiempo tiempo después cuando Celine, que aparentemente está mejor, empieza a acercarse al hijo de Alice de una manera que a ella le parece incómoda, hasta preocupante. ¿Será que está planeando algún tipo de desequilibrada venganza? ¿O es todo parte de la imaginación de Alice, que ya tuvo en el pasado algún problema de inestabilidad psicológica?

El drama irá dando paso a la incomodidad, la incomodidad a la inquietud y de ahí al suspenso puro y duro. Delhomme –veterano director de fotografía de películas de Tsai Ming-liang, Anton Corbijn, Julian Schnabel y Anthony Minghella, entre otros– va modulando con cierta elegancia los primeros dos tercios del relato, confundiendo al espectador con distintas pistas y posibilidades. ¿Es real la amenaza? ¿Es imaginaria? ¿O puede estar pasando alguna otra cosa a la que no le estamos prestando atención? En un momento la película revela su truco y todo se vuelve más simple y un tanto tosco. Más oscuro que lo previsible, es cierto, pero un tanto excesivo, fuera de contexto.

INSTINTO MATERNAL es una película de suspenso y misterio a la vieja usanza, que mejora por la presencia de dos actrices con mucho talento y demasiado cartel para este tipo de relato, pero que resulta algo frustrante por algunas simplificaciones de su trama y de su puesta en escena. Lo mejor es el clima inquietante de su primera mitad, cuando nada de lo que sucede es claro y Alice no sabe si acercarse o alejarse de Celine, si ayudarla o mantenerse a distancia. Comparte su angustia y entiende su dolor, pero a la vez tiene miedo por su hijo. ¿Es una actitud egoísta o natural la suya? Bueno, en algún momento lo sabremos. Ahí la película perderá frescura y originalidad, es cierto, pero a la vez dejará a algunos espectadores impactados por lo brutal de su desenlace.