Estrenos online: crítica de «Hipnosis: Arma invisible», de Robert Rodríguez (Amazon Prime Video)
Ben Affleck es un policía afectado por la misteriosa desaparición de su hija que empieza a trabajar en un extraño caso que puede estar conectado con ese hecho. Con Alice Braga y Wiliam Fichtner. Disponible en Amazon Prime Video.
Todo comienza como un thriller detectivesco más o menos convencional. Un policía visita a una psicóloga a la que ve por el traumático secuestro y desaparición de su hija, tres años atrás. En plena sesión es convocado a ocuparse de un inminente robo a la caja de seguridad de un banco, del que las autoridades fueron anónimamente advertidas. Tratando de detener a los culpables notará algo raro: que algunos policías que están con él y varias personas del banco son parte del robo y que lo hacen de una manera rara, como autómatas. El se mete en el medio y al abrir la caja de seguridad en cuestión encuentra una foto de su hija y un nombre. ¿Qué es lo que está sucediendo?
Ese será el primero de los dos, tres o cuatro giros que obligan a revisar qué es lo que estamos viendo en HIPNOSIS. Es que Robert Rodríguez ha hecho una versión de módico presupuesto de una película que bien podría haber salido de la cabeza de Christopher Nolan. Comparativamente tiene a su favor que nadie le pedirá una superproducción ni nada parecido, por lo que uno disfruta de las escenas de acción y suspenso a escala más humana que tiene la película. Pero en contra tiene muchos puntos también: la misma necesidad de tener a personajes explicando qué está pasando cada diez minutos y un entusiasmo por los giros narrativos obtusos que, en cierto punto, terminan haciendo desinteresar al espectador de cómo se cerrará finalmente la historia.
Ben Affleck interpreta al Detective Danny Rourke en su modo «serio y preocupado» (será un gran director y un tipo muy simpático, pero sus limitaciones actorales crecen con el paso de los años) por lo que pasó con su hija. Tirando del hilo de la investigación del extraño robo, Rourke cae en lo de una «psíquica» que tira las cartas llamada Diana Cruz (Alice Braga), quien le explica lo que estaría pasando: son los miembros de una organización llamada La Division, que lidera un tal Dellrayne (el veterano William Fichtner), los que lo tienen en la mira, seguramente por algo ligado a la niña.
Cruz le explica a Rourke que Dellrayne es un «hipnótico», parte de un grupo de personas con poderes para controlar la mente de los demás y hacer que todos hagan lo que ellos quieren. Son muchos como él –inclusive la propia Cruz–, pero los poderes de Dellrayne son mayores y es imposible hacerle frente, ya que lo más probable es que mentalmente te fuerce a que termines pegándote vos mismo un tiro en la cabeza. Pero cuando finalmente se enfrentan entre sí, Dellrayne no logra «atravesar» la mente de Rourke, quizás por su severo trauma familiar. O quizás por otra cosa.
Es a partir de allí que HIPNOSIS empezará a agregar más y más giros narrativos que no conviene adelantar acá pero que sacan a la película del thriller con ciertos elementos psiquiátricos y/o fantásticos con el que había comenzado para ir encaminándose hacia un escenario mucho más ambicioso desde lo conceptual, una zona en la que conviven INCEPTION con THE TRUMAN SHOW y algún guión de Charlie Kaufman con una saga más cuya mención casi funcionaría como spoiler.
Las ideas que se van presentando tienen, inicialmente, su intriga y aún cuando la cosa gira un par de veces de más uno tiene la impresión de que el guión fue bastante bien pensado y trabajado. El problema, como pasa también con muchas películas de Nolan, es que llega un momento en el que la acción y la conexión con los personajes queda tapada por una constante necesidad de sacar la alfombra por debajo del piso del espectador y obligarlo a repensar todo lo que ve una y otra vez.
Hay una desconexión entre la ambición temática –estamos ante un grupo de personajes que bien podría ser parte de una saga de Marvel– y la discreción de la producción que funciona por lo general bastante bien, casi como en esos films de M. Night Shyamalan en los que hay situaciones propias de un apocalipsis mundial pero en los que raramente se ve más que a unos pocos personajes. Y algunos trucos de guión tienen su encanto. Pero una vez que la película termina uno se queda con la sensación de que había más tela para cortar, que algo no terminó de salir del todo bien y que HIPNOSIS quedó como una especie de demo, una simpática primera versión de una película que no se hizo ni se hará.