Estrenos online: crítica de «Sisu», de Jalmari Helander (HBO Max)

Estrenos online: crítica de «Sisu», de Jalmari Helander (HBO Max)

Esta exitosa película de acción finlandesa se centra en un veterano soldado de ese país que enfrenta por si solo, a fines de la Segunda Guerra Mundial, a un batallón nazi. En HBO Max

En un punto equidistante entre BASTARDOS SIN GLORIA, de Quentin Tarantino; RAMBO, con Sylvester Stallone; los westerns de Sergio Leone protagonizados por Clint Eastwood y algunas de las tantas películas de acción europeas Clase B que circulan por el universo del «directo al video», existe SISU, violentísima película finlandesa centrada en un veterano de guerra, solitario, que enfrenta prácticamente solo un batallón de nazis que se cruzan por su camino al final de la Segunda Guerra. Absurda y entretenida, ridícula y sorprendente, apta para un público más acostumbrado a los cómics y novelas gráficas que al cine bélico clásico, la película de Helander es un tómelo o déjelo, ese tipo de títulos que será adorado por sus fans y despreciado por sus detractores.

Al inicio, una serie de carteles explican el título y las circunstancias que rodean los hechos. SISU, dice ese texto, es una palabra finlandesa intraducible, que quiere decir algo así como «fuerza de voluntad, determinación, perseverancia y sacar fuerzas ante la adversidad». Y la circunstancia es 1944, a fines de la Segunda Guerra Mundial, cuando el ejército nazi está abandonando Finlandia, manejándose con el concepto de «tierra arrasada». Esto es: destruyendo todo a su paso.

Allí aparece un hombre en principio sin nombre, barbado, maduro y físicamente maltrecho. Acompañado por un caballo avejentado y un pequeño perro, el tipo encuentra oro y se lo ve feliz, imaginando que podrá pasar tranquilo el resto de su vida. Pero no se imagina que por su camino se cruzarán los nazis, en plena retirada. Al principio se burlan de él y lo dejan pasar de largo, pero pronto descubren que posee oro y el tipo se transforma en un objetivo, en apariencia, fácil. Pero no se imaginan con lo que se encontrarán. Claramente.

Es que Aatami Korpi, tal es su nombre, es una leyenda del ejército finlandés, un tipo que se llevó puesto a un batallón ruso por su cuenta, entre muchos otros mitos que lo rodean. Y pronto eso prueba ser cierto. Más por cuidar su dinero que por un interés nacionalista, Aatami se las rebusca para destrozar a decenas de nazis con los recursos que tiene a mano: sus puños, cuchillos, objetos, hasta minas pero casi nunca armas de fuego. En un tono que, comparativamente, deja a JOHN WICK convertido en algo casi realista, el tipo puede con todos por sí solo.

Capítulo a capítulo –la película se divide en media docena– la tensión y la violencia irán creciendo. Liderados por Bruno (Aksel Hennie), que se obsesiona con liquidar a Aatami y quedarse con su oro sabiendo que también es su única tabla de salvación posible, los nazis no abandonan el combate pese a las primeras y ostensibles derrotas (el tipo les lanza minas como si fueran discos de atletismo, entre otros originales métodos de acción) e insisten con algo que, todos sabemos, es imposible: liquidarlo. A la vez tienen secuestradas media docena de mujeres locales como esclavas sexuales y ellas se convierten también en un potencial problema, un inesperado frente interno contra el que combatir.

Aatami no habla en casi toda la película, un poco como el personaje de Eastwood en los films de Leone. Lo suyo es sobrevivir a los ataques nazis –el código de SISU implica que los nazis tengan menos puntería que los Storm Troopers de STAR WARS— y sorprenderlos por donde menos se lo esperan. Y para las últimas etapas, su modus operandi llega a niveles increíbles. Solo basta ver cómo se sube a un avión para entender el tono comic book de la película.

Si bien se lo presenta como un héroe nacional, en realidad Aatami es más bien un tipo preocupado por cuidar sus lingotes. Su patriotismo, de hecho, termina siendo casual. Pero la película no pone demasiado el eje en esa discusión. Suerte de Rambodromo filmado de manera efectiva y por momentos impactante –aunque con algunos planos cercanos, digitales, bastante feos–, SISU propone 90 minutos de continua escalada de violencia cuyo objetivo es encontrar distintas y grotescas maneras de matar nazis. Y, más allá de gustos cinematográficos, eso no está nada mal. Ya lo decía Indiana Jones: «Nazis, odio a esos tipos»



Tags: ,