Series: crítica de «El mundial de Messi: el ascenso de la leyenda» («Messi’s World Cup: The Rise of a Legend»), de Tim Pastore (Apple TV+)

Series: crítica de «El mundial de Messi: el ascenso de la leyenda» («Messi’s World Cup: The Rise of a Legend»), de Tim Pastore (Apple TV+)

Este nuevo documental sobre la Copa del Mundo se centra específicamente en la experiencia de Lionel Messi, con una cámara exclusiva que lo siguió en la intimidad. En Apple TV+ el 21 de febrero.

Hay un momento que dura apenas cinco segundos y que vale, por sí solo, las casi cuatro horas que dura esta serie documental que recupera la victoria argentina en el Mundial de Qatar. El equipo acaba de ganar la final y, horas después, está viajando en un micro descapotado por las calles de Doha ante miles de personas mientras festejan el triunfo. La cámara que sigue a Messi y al equipo se detiene en una conversación privada entre Angel Di María y Lionel. En medio de los gritos de los jugadores y de la gente apenas se alcanza a escuchar lo que dicen, pero si uno presta atención –o pone subtítulos– se escucha un emotivo agradecimiento del «Fideo» a su amigo y sufrido compañero de selección. No es más que eso, pero se lo ve tan natural, tan privado, un momento no pensado para la cámara, que golpea al corazón.

Hay muchas escenas que las cámaras de esta serie captan que no se vieron en otros documentales sobre el Mundial. Algunas son simpáticas y tienen que ver, principalmente, con la intimidad de la concentración, con ver el cuarto de Messi, algunas comidas, partidos de truco, charlas y situaciones casuales. Para los «completistas» del Mundial es un material indispensable. El otro gran aporte, aún más consistente si se quiere, es que se trata de una serie que da mucho espacio a los partidos del Mundial, con imágenes poco vistas o captadas con una elegancia cinematográfica única.

Con mayor o menor detalle en función de cada partido –los dos primeros ocupan mucho espacio, lo mismo que el de Países Bajos y la final; los otros tres poco y nada–, la cámara entra en la cancha como un jugador más, un testigo cercano de los partidos, algo que otros documentales sobre el tema no cuidaron tanto. El último aporte diferencial es una larga entrevista a Messi que se va mechando a lo largo de la serie, pero eso no cambia realmente las cosas ya que no hay declaraciones novedosas allí. Por más esfuerzos que los entrevistadores hagan –y retomas para que regrabe cosas, en modo voz en off–, Messi ya ha dicho todo lo que tiene que decir y por lo general suele repetir lo que ya sabemos. Es el mejor jugador de la historia –o uno de los dos mejores–, pero no es un entrevistado demasiado elocuente.

El resto de MESSI’S WORLD CUP es lo que hemos visto ya mil veces, solo que enfocado mucho más en Lionel con el resto del equipo en segundo plano, o apareciendo en función de los aportes específicos que pueden hacer en la historia del 10. Hablarán muchos de ellos –Scaloni, Enzo Fernández, Di María, Dibu Martínez lo hará en inglés, De Paul y otros–, pero tampoco las declaraciones moverán el amperímetro de lo que ya sabemos y hemos visto. Hay algunos detalles interesantes de la infancia de Messi, de sus primeros años en Barcelona y, ya en el Mundial, un uso del sonido –se escucha muy alto cada golpe a la pelota– que es muy efectivo también.

El relato en sí es muy cuidado, está muy bien organizado (más allá de que Messi habla en una entrevista hecha luego del Mundial como si estuviera filmada antes, generando alguna que otra confusión) y cuenta con los aportes de conocidos comentaristas locales y de ex jugadores como Gary Lineker y Jorge Valdano, entre otros. Quizás falten algunos detalles –la Copa América de 2021 se menciona pero, supongo que por un tema de derechos, casi ni se ve–, pero está todo lo previsible. Lo que tiene que estar en un documental así.

Pero lo que se rescatará de esta serie serán sus imágenes inéditas, esa cámara que muestra a Messi durmiendo en un avión, partidos de truco, bromas en entrenamientos, en el micro camino a los partidos, algunas escenas en los vestuarios (el «qué mirá’, bobo!» tiene detalles inéditos) y todo lo que se filmó en la concentración que, hasta donde sé, no se vio todavía. La industria del documental deportivo mejora por las cosas que se escapan del «producto». Así como un momento personal de Scaloni o un comentario del utilero podían llamar la atención en otros documentales sobre el Mundial, acá ese «hallazgo» sucede en la noche de Qatar, cuando Di María y Messi hablan como si la cámara no estuviera ahí. Y todo lo que hasta ese momento parecía armado se humaniza, se torna verdadero. Son dos amigos llorando, abrazándose y festejando el mejor momento deportivo de sus vidas. Y el de todo un país.