Estrenos online: crítica de «Llegó a mí» («She Came to Me»), de Rebecca Miller (Claro Video, Movistar Play, Flow)

Estrenos online: crítica de «Llegó a mí» («She Came to Me»), de Rebecca Miller (Claro Video, Movistar Play, Flow)

Esta excéntrica comedia romántica cuenta la vida de dos familias y una mujer que se enredan en una curiosa trama de amores cruzados. Con Peter Dinklage, Anna Hathaway y Marisa Tomei. Para alquilar en Claro Video, Movistar Play y Flow.

El personal universo cinematográfico de la realizadora y también novelista Rebecca Miller está lleno de personajes excéntricos y curiosos. Como en su anterior film MAGGIE’S PLAN –su más reciente, que data de 2015–, LLEGÓ A MI puede ser calificada como comedia romántica, pero lo es de una manera particular, poniendo más el eje en los universos cruzados de una serie de extrañas criaturas neoyorquinas que en las clásicas idas y vueltas de las películas que responden a ese género. Son «comedias románticas» de la manera en la que una película de Woody Allen o Noah Baumbach –por citar otros autores con los que sus películas dialoga– pueden serlo.

La de SHE CAME TO ME es una historia de dos familias, dos generaciones y dos clases sociales cruzadas. Si bien por el título y el póster se la vende como un triángulo amoroso, ese asunto es bastante secundario a la trama. Lo que Miller cuenta es la vida de siete personajes que se cruzan entre sí de maneras insospechadas, con esas cercanas conexiones casuales que solo existen en las ficciones y que serían imposibles en una ciudad real y enorme como Nueva York. Pero esto, claro, no es una película realista.

El protagonista es Peter Dinklage. El actor de JUEGO DE TRONOS interpreta aquí a Steven, un compositor de operas modernas que viene de una crisis nerviosa, parece bastante fóbico y lidia con la imposibilidad de terminar un nuevo trabajo que le ha sido encargado. El hombre, un manojo de ansiedades constante, está casado con la que fue su psicóloga, Patricia (Anne Hathaway), una mujer que parece su opuesto absoluto: segura de sí misma, elegante, casi altanera.

Tratando de que Steven salga de su pozo depresivo-creativo, Patricia lo conmina a salir a la calle a pasear al perro, a hablar con gente, algo que a regañadientes Steven hace al sentarse en un bar. Allí se topa con Katrina (Marisa Tomei), que maneja un barco de remolque y que está bebiendo allí también, en su día libre. Conversan, terminan yendo al bote en cuestión y tienen una relación sexual. El problema es que el sexo es algo que Katrina tiene «contraindicado» médicamente, ya que tiene un historial de volverse obsesiva y peligrosa con sus amantes, por más ocasionales que sean.

A la par, conocemos a otra familia. Magdalena (Joanna Kulig), una mujer de origen polaco; su marido Trey (Brian d’Arcy James), un taquígrafo judicial, y Tereza (Harlow Jane), hija adolescente de ella que él ha adoptado. Lo que iremos descubriendo los espectadores es que Tereza es la novia de Julian (Evan Ellison), hijo de Patricia con su anterior y fallecido marido. Y lo que Tereza descubrirá es que Magdalena, su madre inmigrante, trabaja haciendo la limpieza de la casa de su novio, lo cual genera una situación por lo menos incómoda. La primera de varias.

Como en un film de Woody Allen las historias de todos ellos se cruzarán, los movilizarán creativa o psicológicamente a cada uno por su lado y provocarán además unos cuantos problemas. El mundo en el que funcionan los personajes es el de una fábula o un cuento de hadas. Desde la personificación de los actores a las curiosidades de cada una de esas criaturas (los únicos más o menos centrados parecen ser los adolescentes), todo aquí es un poco exagerado, excesivo, pasado de rosca. Más propio de una novela de, digamos, John Irving (o algún relato del siglo XIX) que de una comedia romántica que sucede en la actualidad.

Pese a ser un relato que descoloca permanentemente al espectador con sus giros narrativos y las extravagantes decisiones de sus personajes, SHE CAME TO ME tiene una ternura y una cierta devoción por esas criaturas enamoradizas que llevan a que uno tolere esas abruptas decisiones artísticas. Como sucede con las acciones de los personajes, la de Miller es una película anárquica y caprichosa. Su lógica es más poética que otra cosa. Como las óperas que Steve trata de componer, funcionan en un registro más grande y más raro que la vida.

El disfrute de LLEGO A MI dependerá de la paciencia y tolerancia del espectador respecto a la forma de narrar, de generar ficción que propone Miller. Uno puede engancharse con las extravagancias que se presentan como si tal cosa (Hathaway contará una graciosa anécdota sobre los kreplaj de la cocina judía mientras se desnuda, D’Arcy James se volverá peligrosamente obsesivo con la vida sexual de su hijastra, Tomei hará desastres con cada una de sus actitudes y lo único que querrá hacer Dinklage es esconderse de todo y de todos) o irritarse con eso, pero lo que es innegable es el espíritu amable y, sí, romántico que la película presenta. Un cuento de hadas, una fábula para adultos, una comedia picaresca sobre las cosas que la gente es capaz de hacer por amor.


La película está disponible para alquilar en Argentina en las siguientes plataformas: Claro Video ($65), Movistar Play ($140) y Flow ($120)


La banda sonora original la compuso Bryce Dessner (miembro de The National y colaborador de varios artistas, incluyendo a Taylor Swift) y tiene como tema de cierre una canción original de Bruce Springsteen.